OneShot

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Kyoto university, cafetería.

  Levantó la cabeza cuando escuchó la campanilla de la cafetería tintinear, indicando que alguien había entrado al concurrido establecimiento, se había quedado dormido enterrado entre sus libros, sin molestarse en cambiar de posición alzó su mano para que su amigo pudiera encontrarlo entre la marea de estudiantes, aunque no es que su larga y lila cabellera pudiera pasar fácilmente desapercibida.

Su amigo le sonrió a la distancia y el trató de corresponder al gesto, aunque estaba seguro de que sólo había hecho una mueca extraña, se sentía demasiado cansado como para hacer otra cosa.

—Lamento tener que decirte esto Mu, cariño pero te ves terrible… ¿problemas en el paraiso? –—le preguntó su amigo, sentándose en la silla frente a él y apartando los libros.

—No, Dite —le respondió desganado— no sucede nada malo entre Shaka y yo, sólo estoy algo cansado y debo estudiar para mi prueba de mañana.

—¿algo cansado? —le preguntó alarmado— las bolsas debajo de tus ojos me dicen que no estas solo algo cansado, honey. Estás agotado. ¿que esta pasando contigo?

—Pidamos algo y ya te cuento — respondió al tiempo que le hacía señas a la mesera, que al ver al recién llegado, puso una amplia sonrisa y se dispuso a atenderlos con diligencia.

—Buenos días, jovenes. ¿qué van a ordenar hoy? —les preguntó devorándose al peliceleste con la mirada.

—Buenos días, dulzura —le respondió Dite, coqueteando abiertamente con la chica— a mí me traes un chocolate caliente con esas galletitas de coco deliciosas que sabes que me gustan y a mi amigo el zombie, un café negro bien cargado y un pedazo de tarta de manzana.

La chica tomó la orden embobada y se fué, el peliceleste la observaba descaradamente y rió.

—Dite —su amigo lo llamó para recuperar su atención—  no deberías jugar así con la pobre chica —le reclamó con falso enojo— tú tienes novio y la pobre debe de tener un mundo de ilusiones contigo.

—Mi querido amigo, no le estoy poniendo los cuernos a Death con coquetar un poco con la chica —se defendió— además si un poco de mi atención la hace feliz, ¿quién soy yo para negársela?

Ambos rieron.

—Pero ya basta de hablar de meseras bonitas y dime qué demonios sucede contigo, te ves acabado cariño.

Mu suspiró.

—Desde hace unos meses estoy trabajando en una farmacéutica. Es medio tiempo, pero es realmente agotador trabajar y estudiar al mismo tiempo. No sé como Shaka lo hace sin venirse abajo. —Le respondió.

—¿Trabajando, tú? —Aphrodite estaba genuinamente sorprendido— Mu, de todas las personas que conozco eres quizás quien menos necesite trabajar, ¿por qué lo haces?

—Porque pronto es el cumpleaños de Shaka y me gustaría darle un regalo especial.

—¿Y por qué no le pides dinero a tus padres y listo?

—El tema del dinero es delicado para Shaka, Dite —suspiró— recuerda que ni siquiera aceptó el medio tiempo en el laboratorio, porque fué mi papá que lo recomendó.

—¿Qué anda mal con tu novio, Mu? sí me has contado que el dinero es un tema espinoso entre ustedes, pero no entiendo el porqué.

—No acepta ninguna ayuda ni de mis padres, ni de mí. Dice que no está conmigo por dinero o status social —respondió— esa reticencia se la debo a mi papá y su grandioso comentario cuando le presenté a Shaka. Lo llamó hippie vagabundo y seguramente quería sacarme dinero.

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