Capítulo 8

1K 180 69
                                    

—Y eso fue lo que pasó.

Seungmin comenzó a reír cuando su amigo terminó de relatar todo lo ocurrido durante esa última semana.

—Ustedes son demasiado azúcar para mi organismo, Changbin tenía razón.

—Basta Seung, hablas como si tu no fueras cariñoso con él. —Jisung se defendió.

El castaño rápidamente comenzó a negar con diversión ante su respuesta.

—Es distinto, tu lenguaje de amor siempre ha sido el tiempo de calidad y las palabras de afirmación y por lo que noto Minho es similar, en cambio, Changbin y yo somos más de regalos y contacto físico.

—Eso explica las flores en tu casa.

—¡Es una por cada día que nos conocemos! ¿Puedes creerlo? —Saltó emocionado en su asiento—. Creo que mi momento de casarme ha llegado, Jisung.

El rubio le dio un ligero empujón a su amigo que tenía una expresión embobada en el rostro.

—Siempre actúas como un desinteresado en el amor cuándo estás conmigo.

—Es porque tú eres muy idealista Seung, así que debo mantener el equilibrio en esta amistad.

Un cojín fue lanzado en su dirección y por suerte, Jisung fue hábil al tomarlo en el aire antes de que lo golpeara.

—Pero no eres así con Minho.

El ligero rubor en las mejillas del mayor no pasó desapercibido para Seungmin que solo sonrió pícaro por el rumbo de la conversación.

—Es diferente, todo con él es diferente. —Confesó.

—Porque te gusta.

—Exactamente, es porque me gusta que todo se siente tan natural. —Argumento con demasiada confianza—. No me fuerzo a ser cariñoso, yo de verdad quiero ser así cuándo estoy con él.

—Es tan lindo escucharte así, ¿Cuándo fue la última vez que te vi así? Es cierto, nunca.

Jisung ahora negó lentamente y rio ante lo mencionado, poniéndose de pie para ir por un vaso con agua.

Habían pasado unos cuantos días desde su salida a la playa con Minho y se podría decir que todo iba muy bien para ser verdad. Se sentía flotando en una burbuja de corazones, gomitas, caramelos y más cosas dulces que en este momento no recordaba. Llegaba hasta un punto en el que toda la situación se sentía irreal porque sabía que era correspondido.

Ellos técnicamente estaban saliendo, hablaban todos los días por mensaje, se veían en las noches para cenar o hacían videollamada si estaban muy ocupados para verse. Jisung se estaba acostumbrando tanto a esa rutina y no le aburría en absoluto, es más, se levantaba cada día lleno de ánimos sabiendo que debía enviar o que recibiría un mensaje que diría: Ten un bonito día, te quiero.

Era algo simple, pero lo hacía tan feliz.

—Oye, en su tiempo también solía hablarte de Yunho.

—No me lo menciones, por favor, atraes malas vibras. —Respondió con fingida molestia—. Y sí, hablabas de él, pero nunca de este modo.

Era cierto y él lo sabía.

Jisung pensaba de este modo: Cada persona era distinta y cada una podía generar reacciones diferentes de un mismo sentimiento. Era por eso que, incluso si ya se había enamorado con anterioridad, ahora todo se sentía tan nuevo con Minho a su lado. Porque se trataba de él y eso ya lo volvía único.

El característico tono de notificación en su celular lo alertó, tomándolo y notando que se trataba de una videollamada por parte del peligris.

—Hola Ji ¿Sigues ocupado? Me dijiste que estarías con Seung, no quiero interrumpir. —Preguntó una vez el menor le contestó.

36 questions to fall in love | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora