Reencuentro

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Una chica de cabello negro y ojos rojos daba movimientos feroces contra un hombre mucho mayor que ella, era una sesión de entrenamiento diaria que esta chica siempre mantenía, era normal pues era la heredera de su clan.

-Vamos hermana tu puedes -gritó un pequeño de cinco años de cabello rubio-

Finalmente la chica se acercó lo suficiente a su contrincante y con el kunai que mantenía en su mano derecha apuntó directo al cuello del hombre.

-Estas muerto -dijo la chica de 11 años mientras miraba al chico con unos ojos sin brillo-

-Eso estuvo increíble señorita -hablo el chico intentando ocultar sus nervios por la mirada que había lanzado quien en un futuro sería su jefa-

-Bien hecho hermana -grito Shinso con alegría mientras corría para abrazar a su hermana quien lo recibió con todo gusto con los brazos abiertos- crees que ya pueda entrenar contigo?

-Si continuas con tu entrenamiento probablemente si -hablo la de ojos rubi mientras sonreía con calidez-

La chica empezo a caminar de regreso a su habitacion debia quitarse la ropa de entrenamiento, despues de todo queria descansar, entro a la ducha y despues de darte un gran baño con agua caliente salio, tomo un kimono de color blanco que tenia pequeñas decoraciones de color rojo, cuando acabo de vestirse se escucho un voz desde el otro lado de la puerta.

-Señorita? -hablo una mujer que Saory conocía a la perfección-

-Si, que pasa Soko -hablo la pelinegra como respuesta-

-El señor desea verla -habló finalmente la mujer-

-Bien -dijo cortante la chica-

Era extraño que su padre hubiera vuelto más temprano de lo habitual, según sabía hace una semana él se había ido por una misión que le había encargado el kazekage por lo que no volvería hasta el próximo mes.

La chica salió de su habitación y se dirigió por los pasillos tranquilos de la residencia a la residencia de su padre, esta era mucho más grande y elegante que la suya por obvias razones, por lo que simplemente caminaba en silencio entre los fríos pasillos de esta mansión.

Al llegar a la oficina de su padre tocó tres veces, después de escuchar una voz afirmativa para que pasara corrió la puerta con cuidado y al entrar al cerro también con cuidado.

-Bienvenido padre -hablo la pelinegra con respeto-

Enfrente de ella habia un hombre de cabello negro y ojos rojos igual que ella, pero su actitud demostraba frialdad absoluta e indiferencia, miro con desde a la chica que hizo la reverencia y al ver que ella no se inmutaba ante su actitud sonrio con ironia.

-Es bueno verte Saory -habló el hombre con una voz imponente y fría-

-Igualmente, padre -respondió la chica con indiferencia-

-Necesito algo de ti -por primera vez ese hombre vio curiosidad en el rostro de quien se supone era su hija por lo que volvió a sonreír - el kazekage me ha pedido que debo vigilar a su hijo -habló mientras caminaba por la habitación- pero ya que mi salud no ha sido buena en estos últimos años, quiero que tu lo hagas -hablo con autoridad-

-Si es lo que el kazekage desea de nuestra familia lo haré -hablo la chica mientras miraba con arrogancia a su progenitor- pero solo tengo una condición -el hombre la miró con la misma curiosidad que ella había reflejado hace unos segundos- dejaras a mi hermano tranquilo

-Bien estoy de acuerdo, después de todo ese niño no me interesa -hablo con total sinceridad el hombre-

-Bien, cuando empiezo -hablo la chica-

-Esta noche -respondió el mayor-

-De acuerdo, entonces me retiro padre -dijo la chica para después empezar a caminar en dirección a la puerta, para después abrirla y salir de aquella habitación fría y desolada-

-Sin dudas se parece a su madre -habló para sí mismo el hombre mientras sonreía-

La chica al llegar a su cuarto tomó una pequeña mochila que podía poner en su pierna derecha y allí guardo un kunai y unas cuantas estrellas ninja, luego tomó su traje de ninja y se lo puso, amarro su cabello en una coleta alta y tomo una de las ligas especiales que había mandado hacer en donde tenían una pequeña perla la cual podía usar como veneno si alguien la tomara.

Cuando estuvo lista estaba empezando a caer la noche, salió de su habitación y se dirigió a la salida de su clan, al llegar se despidió de los guardias con una sonrisa, no había alcanzado a despedirse de su hermano pero supuso que Solo le explicaría el porqué se iba tan apresurada.

La chica tomó impulso y saltó al techo más cercano, comenzó a correr por los tejados y terrazas de las casas de la aldea de la arena, había bastante movimiento, los ciudadanos caminaban y hablaban alegremente, los niños pequeños corrían y de vez en cuando se veían ninjas que vigilaban que todo estuviera en orden.

Finalmente al llegar a la torre del kazekage se detuvo y al llegar a la entrada fue escoltada por dos guardias hasta la oficina del jefe de toda la aldea, al llegar hizo un reverencia para después presentarse formalmente, el hombre le dio una sonrisa y luego habló.

-Tu trabajo es cuidar la vida de los ciudadanos de mi hijo -esas palabras confundieron a la chica -eso es todo lo que necesitas saber -dijo el hombre con autoridad haciendo que la pelinegra asintió- encontraras a ese chico en las torre del oeste

-Entiendo -respondió con tranquilidad la oji rubí - entonces me retiro, hasta pronto kazekage-sama -dijo mientras hacia un reverencia para después salir de la habitación y correr a la torre oeste-

El camino no era largo, la luna la acompañaba con su luz mientras ella corría por los tejados, finalmente llegó a la parte más oscura y se detuvo al escuchar unos gritos ahogados en una terraza de la torre oeste.

Camino lentamente hasta que vio a un chico de espalda, la calabaza que genia en su espalda fue lo que más le llamó la atención, se acercó con cuidado hasta que el espeluznante chico habló sin mirarla o girara de su lugar.

-Quien eres -dijo con voz profunda y seria aquel misterioso chico-

-.....- nuestra protagonista solamente se quedó callada, estaba analizando la situación y las posibles salidas que podía tomar si todo se descontrolaba-

-Creo que no he sido claro -dijo la voz masculina mientras con una mano guiaba un monto de arena hacia la chica que estaba en su espalda, finalmente gracias a la luz de la luna, la chica analizo rápidamente el rostro del muchacho y al ver un tatuaje en su frente que significaba amor, finalmente entendió que él era la persona que debía cuidar- Eres realmente insignificante, acaso eres un espia de mi padre -volvió a llamar la atención el pelirrojo-

-Bueno realmente estaba analizando cómo salir de aquí lo más rápido posible sin pelear -habló finalmente Saory, haciendo que el chico pusiera atención en la intrusa- supongo que eres Gaara, ¿verdad? -pregunto con seriedad la oji rubí-

-Si me conoce entonces sabe lo que puedo hacer -hablo el chico finalmente dando una sonrisa sarcástica-

-Así es, bueno creo que es hora de presentarme -como si fuera lo más natural para ella, sonrio de manera cálida, desconcertando por completo al pelirrojo, después se acercó sin importarle que el monto de arena estaba aún al frente de ella- es un placer conocerlo Gaara-sama, mi nombre es Saory Kurosawa y desde hoy seré su compañera -dijo mientras hacia un reverencia respetuosa hacia el chico que estaba al frente de ella-

En Esta Vida Estare Contigo - Gaara y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora