❱ ☠️🔪 13 𔘓 ˖࣪

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Third Reich estaba parado, organizando unos papeles y limpiaba su escritorio, mientras tarareaba algunas canciones que recordaba cuando sonaban en la radio

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Third Reich estaba parado, organizando unos papeles y limpiaba su escritorio, mientras tarareaba algunas canciones que recordaba cuando sonaban en la radio.

Miró la hora: 17:42.

Suspiró agotado, en lo único en que pensaba era en llegar a casa y pasar tiempo con su pequeño, no lo veía desde las seis de la mañana más o menos.
Dirigió su mirada hacia un lugar no importante y se apoyó en el mueble, seguramente le compraría algo como disculpa por no pasar tiempo con él, pero solo debía esperar hasta el viernes y todo mejoraría.

Inmediatamente un fuerte portazo lo hizo sobre saltarse y ponerse en una posición de defensa por puro reflejo, al menos hasta que reconoció a Imperio Japonés.

- ¿Was...? [ ¿Qué...? ] -murmuró el mayor frunciendo el ceño y agarrando los papeles con algo de enojo.- ¿Acaso todavía no lo entiendes? ¡Toca la maldita puerta antes de entrar, Japan! -exclamó fastidiado.

Detestaba cuando no tocaban la puerta antes de entrar, que falta de modales.

El japonés miró para otro lado.

- ... Necesito hablar contigo -cerró la puerta y se acercó a Third Reich, apoyándose en el escritorio, al frente de su compañero.- Algo raro me está pasando, creo que estoy enfermo-.

El alemán alzó una ceja y rodó los ojos, ¿Enserio solo había venido por esa mierda? Ugh... Ni se hubiera molestado, ya tenía suficientes cosas en la cabeza como para aguantar a Imperio.

- Háblale a tu doctor para que te diga, quizá no tomaste tus pastillas o solo es algo tuyo. No me necesitas- se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

Luego de unos segundos de silencio se acordó.

- Oh... cierto que tuviste un pequeño problema con tu doctor, je...-

Imperio Japonés había matado a su doctor personal en un ataque de ira y todo por no tomar las pastillas que le recetaron hace unos meses atrás: lo decapitó, le cortó la lengua e hizo desastre en la oficina de este.

Reich fue hacia los estantes, sacando muchísimos papeles y libros para organizarlos o ver qué quemaría. Al no escuchar pasos ni ruido de puerta, dedujo que el japonés no estaba ahí solo para molestarlo.

- Ugh, bien, dime... ¿qué es lo que te tiene tan "raro"? -volvió a hablar con desinterés y solo con atención en sus papeles.

- Itaria...

- Ajá... ¿Ya te cansaste de follar con él después del trabajo? -murmuró, la verdad no le estaba prestando mucha atención.

- Sore? Īe [ ¿Qué? No ] -respondió fastidiado. Y se calló por unos minutos pensando en que decir, hasta que se dió cuenta de lo que acababa de decir el contrario.- ¿Cómo sabes lo de...?.

- A veces se les olvida que soy el último en salir... no es de extrañar escuchar gemidos en uno que otro cuarto, por ahí no me doy cuenta cuánto follan en lugares alejados a mi oficina o el pasillo -respondió con clara neutralidad y desinterés.

- Ah... Uh... bien... ¿Te sigo contando lo de antes?.

- Ajá.

- Hace un rato... Itaria me tocó la cabeza y jugó con mí cabello... ¡Es realmente extraño! ¿Con qué necesidad de hacerlo? ¡No lo entiendo! -exclamó furioso, golpeando suavemente la mesa con sus puños.

Hizo una pequeña pausa.

- Siempre que estoy a su lado... siento que tengo bichos en mí estómago que se mueven todo el tiempo, mi cara se pone roja, siento cosquilleos en todo el cuerpo y a veces no puedo hablar... mis pensamientos son un caos y me pongo tan tímido... -gruñó y se abrazó a si mismo.- Modokashī na, Raihi! [ ¡Es frustrante, Reich! ] -gritó agarrándose de los cabellos.

Third Reich, dejó de revisar papeles y ordenar libros, y levantó un poco su mirada, con clara confusión, ¿Había oído bien? Luego desvió esta hacia la derecha, debía admitir que estaba un poco sorprendido, se esperaba muchas cosas menos eso.

¿Imperio Japonés? Ese mismo asesino y psicópata, que era desalmado y solo mataba... ¿Tenía esos sentimientos?.

No, imposible, el japonés no sabía lo que era el amor, ni la empatía, ni nada bueno. Solo sabía matar, matar y tener sexo, eso era todo.

Bueno... Reich también era así, pero con la diferencia de que si tenía sentimientos, solo que no los mostraba frente a los demás.

Agradecía estar de espaldas ahora mismo.

- Hmj... me parece que desarrollaste sentimientos de amor o cariño hacia Italien. No me sorprende para nada que la causa sea ese idiota, me sorprende que TÚ seas el que pasa por eso... -se dió vuelta y se apoyó en la estantería, cruzándose de brazos.- ¿Dónde quedó ese Imperio Japonés que solo pensaba en matar y en sí mismo? ¿Hm?~.

Imperio temblaba ligeramente y se mordía el labio. No entendía que era lo que le sucedía, nadie nunca le había enseñado que eran esas cosas que solo le pasaban a él.

No sabía que era lo que Third Reich le decía: ¿Amor? ¿Qué es el amor?.

También le asustaba el comportamiento raro de Italia: le tocaba el cabello, a veces lo abrazaba o se apoyaba en él, le regalaba sonrisas y pequeños detalles. A Imperio Japonés jamás le demostraron ni una pizca de afecto, y menos le enseñaron ese tipo de cosas.

Solo recordaba que le habían enseñado las técnicas de artes marciales, como matar y leer y escribir.

Era como un niño pequeño con su primer crush, o un niño descubriendo los nuevos sentimientos que desarrollaba.

- ¿U-uh? ¿"Amor"?- murmuró dudoso y frunció el ceño.- ¿Moriré si lo siento? ¿Los bichos seguirán brotando de mí? Carajo.

El mayor volvió al escritorio y comenzó a guardar sus cosas.

- Tranquilo, Japan, es normal. Lo que experimentas es gustar de alguien.

- Iugh.

El nazi finalmente terminó de acomodar una parte del estante y el escritorio.

- Si buscas mi consejo: el amor te vuelve idiota y te lastima, no te lo recomiendo para nada porque una vez que te enamoras, te vuelves débil e imbécil -opinó Reich con una sonrisa, mostrando sus afilados dientes.

Imperio Japonés lo miró.

- ¿Y cómo lo sabes? -preguntó extrañado.- ¿Cómo sabes que el amor es así? ¿Lo has experimentado? ¿Te enamoraste, Reich?.

La sala quedó en completo silencio.

El alemán quedó estupefacto ante las preguntas del nipón, su sonrisa desapareció y su mirada se oscureció.

- Es war genug [ Es suficiente ].

Agarró sus cosas y se fue, dejando a un japonés confundido y con más preguntas que respuestas.

Agarró sus cosas y se fue, dejando a un japonés confundido y con más preguntas que respuestas

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Mmm, sospechoso.

26/05/23

꒦꒷꒦꒷ ꨩ᮫࣭𔘓༉ 𝐀 𝐏34𝐑𝐋 ━━━ 𝐓𝐡𝐞 𝐀𝐱𝐢𝐬 𝐬𝐭𝐮𝐟𝐟 !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora