Drogas, violencia, pobreza y exclusión no han desaparecido en el año 2077 y la gente ha seguido estando como lo era hace siglos, egoísta, de mente cerrada y débil. Pero no solo los fantasmas del pasado preocupan a la humanidad, sino que nuevos probl...
Pues no debería haber escrito esto pero bueh, acá estamos, escribí este fice porque me dio la gana y nada mas, ya veré como lo llevo y todo eso, no prometo nada
Capítulo 1.
Los minutos pasaban y pasaban, la fría noche no le perdonaba ningún segundo, pero la noche no era lo único que no perdonaba ningún segundo, todo a su alrededor, si cometía algún tipo de fallo, la ciudad se lo devolvería el triple de fuerte, era algo que había aprendido durante su corta existencia.
Drogas, violencia, pobreza y exclusión no han desaparecido en el año 2077 y la gente ha seguido estando como lo era hace siglos, egoísta, de mente cerrada y débil. Pero no solo los fantasmas del pasado preocupan a la humanidad, sino que nuevos problemas han aparecido. Los psicópatas se acumulan, y las calles están llenas de adictos a una nueva forma de entretenimiento: el Braindance, una forma barata de experimentar las emociones y el estímulo de otras personas que viven una vida más emocionante
Vivir una vida más emocionante... normalmente eso solo era una excusa para tener una mejor existencia, en las zonas más bajas, no se vivía ni sobrevivía, se malvivía, la gente con suerte podía pagar él y si no, te ibas para la calle y nadie se preocuparía de tu existencia, en la ciudad, lo único que importaba era la cantidad de dinero que tengas en los bolsillos, si no nacías con un traje, normalmente tu vida será una miseria.
Todo eso y más en la gran ciudad de Nigth City, la ciudad de los sueños, donde puedes conseguir lo que quieras... si tienes las agallas para hacer lo que sea necesario.
Sentado en lo alto de un edificio no tan grande, se encontraba un chico rubio recostado sobre la pared del edificio a su espalda, bestia una chaqueta de color marrón claro sobre una camiseta negra un poco ajustada, llevando consigo unos pantalones negros ligeramente holgados con unas zapatillas negras con las suelas de color blanco, siendo que también tenía una mochila a su lado que hacía juego con su chaqueta.
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-A ver si llegan pronto-, decía en voz baja el chico, mientras miraba el precipicio a su lado, por la calle apenas pasaba gente, eran horas de la madrugada y la zona en la que se encontraba no era muy visitada por la gente, al menos no la gente que planea salir de fiesta.
Y como si de un ser divino lo haya escuchado, el rubio suelto un pequeño suspiro de felicidad al ver como un coche se acercaba y entraba dentro del garaje sobre el cual él se encontraba, -Al fin llegaron-, volvió a decirlo en voz baja, mientras se arrojaba del borde del techo, no sin antes recoger su mochila, cualquiera que viera la escena podría pensar que hacer eso era directamente un suicidio, pero no para este chico, el cual aterrizo sobre el suelo como si de nada se tratase, sin recibir ningún tipo de dolor aparte de una ligera incomodidad, pero que no le afectaba casi nada.
Siendo así, que el chico entro rápidamente al garaje en el que anteriormente entro el coche que parece el había estado esperando durante los últimos minutos, siendo así que el chico se apresuró a llegar al vehículo, del cual se bajaron 2 personas.
