18. Buenas Intenciones.

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Zack.

     Mis pasos se escuchaban resonar por el pasillo silencioso, me pase seguidamente las manos por el cabello sin importarme que se me despeinaría de forma espantosa y simplemente me limite a abrir la puerta de mi habitación.

     Al entrar deje la mochila a un lado para sentarme en el sofá frente a la tele, hundiéndome en este mientras observaba el techo, las cosas parecían empeorar con cada día que pasaba.

     Mire sin ganas la hoja de examen que se escapa del bolso tirado en el suelo, la calificación resaltando en tinta roja y me limite a rodar los ojos dejándome caer hacia un lado, vi sin ánimos la consola de juegos y mi reflejo en la pantalla del plasma.

    - Qué asco de vida, joder. – musite sin ánimos.

    Siempre era lo mismo para mí: salidas, ir a la secundaria, chicas y jugar videojuegos. Ya estaba cansado de lo mismo, era una rutina, un bucle constante de asquerosidad inservible.

     Ya no salía porque no tenía amistades sinceras, la secundaria se había vuelto infernalmente aburrida, los videojuegos ya no me divertían y la única persona que podía decir que tenía ahora era Jacke.

     Sin embargo estar con una misma persona siempre, me estresaba, ambos habíamos caído en la monotonía debido al lío que habíamos creado, pero ¿qué culpa tenía yo de que los tragos se me fueran ido la noche de la fiesta?

     Mucha en realidad.

     Mi auto-respuesta no me agrado y termine gruñendo mientras me acostaba cómodamente sobre el sofá.

     En realidad el lío lo había armado yo solo, a final de todo ni siquiera tenía nada con Jacke, eso era lo que la gente creía al vernos juntos, simplemente éramos amigos que lastimosamente se habían besado antes de conocerse en realidad.

     Me maldije una y mil veces luego de esa noche, se suponía que estaba comenzando a mejorar mi vida para darle un sentido, para no ser un bueno para nada, quería salir de aquel constante patrón de salidas sin sentido.

      No tenía una responsabilidad sobre los hombros como Fabián, quien por lo menos estaba seguro de aceptar un futuro ya medio planeado porque le agradaba, tampoco tenía cosas interesantes y planificadas como Fiore, la cual ya era independiente con solo dieciséis años.

     Ellos sabían cómo enfrentar las consecuencias de sus actos y salir de ellas, a mí solo me tomo cinco segundo para sacarlos de mi vida por un estupidez.

     - Entonces… ¿Todavía no has conocido a nadie interesante en esta ciudad? – pregunte dejando el vaso rojo lleno de vodka sobre la mesa de ping pong.

     - Corrijo, todavía no he conocido un chico interesante en esta ciudad.- ella tomo un trago antes de imitar mi movimiento y proseguir con pasarse las manos por el cabello. - ¿Ahora donde se metería Brith?

     - Tal vez, ha conocido alguien interesante. – sonreí viendo poner un gesto un tanto extraño.

     - Espero que lo interesante que conozca no sea otra desgracia. – le escuche mascullar, pero no pregunte al respecto, simplemente me quede callado dejando que ella siguiese. – ¿Y tú sales con Fiorella?

     Negué sin dejar de sonreír. – No, Fiore y yo no queremos formalizar nada, sus padres tienen altas expectativas para ellas y yo no encajo en eso. – confesé suspirando.

     - Entiendo. – ella observo alrededor. – Mi padre también piensa lo mismo para mi hermana y yo, pero yo sinceramente no me encuentro para formalizar nada mientras que no esté segura de Brith.

Hilos Negros ✓(Blood #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora