Cosas que nunca te dije

Pesadilla

El sonido de una puerta abriéndose y cerrándose se escucho por todo el departamento silencioso, Minho entro al departamento arrastrando los pies, camino directamente a la cocina donde fue al refrigerador para agarrar una botella de agua, pero un pedazo de papel amarillo le llamo la atención.

"Te deje un poco de comida en el microondas, te amo <3"

Al acabar de leer la nota la hizo bolita y la dejó en el mostrador, estaba tan cansado que solo quería llegar a su cama y dormir, así que solo se tomó lo que quedaba en la botella y camino hasta su habitación, al entrar pudo distinguir una figura en la cama totalmente dormida, la ignoro y fue al baño a cambiarse para poder finalmente dormir.
Al estar al fin acostado en su cama rápidamente se quedó dormido dándole la espalda a la otra persona que ocupaba la cama.

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Al abrir los ojos tuvo que parpadear varias veces para quitar la neblina que nublaba su vista, se quedó unos momentos tirado en la cama con la mente en blanco, cuando decidió que era tiempo de levantase si es que quería llegar a tiempo al trabajo procedió a estirarse cual gato después de su siesta de medio día al sol, para quitar un poco la flojera que tenia de levantarse de su cómoda cama.

Una vez que algunos de sus huesos tronaron cuál mueble viejo dio media vuelta para abrazar a su pareja, pero se encontró con el lugar vacío, restándole importancia ahora si, al fin se levantó de la cama para ir al baño, iniciando así oficialmente su día.

Después de su ducha Minho camino hacia la cocina en bata y aún con algunas gotas cayendo de su cabello, el sonido de la cafetera y la estufa lo hicieron sonreír en cuanto las escucho.

-Buenos días- hablo Minho llegando a la cocina.

-Buenos días Honnie- respondió la persona que estaba en la cocina el cual le ofreció una de las dos tazas de café que había en el mostrador.

Minho se sentó en la mesa mientras tomaba de su taza de café, momentos después un plato con arroz dos huesos estrellados y kimchi fue puesto delante de él.

-Gracias Jinnie- dijo Minho para después empezar a comer.

Hyunjin que estaba recargado en el mostrador con su propia taza de café en sus manos veía a Minho con una pequeña sonrisa.

-Minho, podemos hablar, no tomará mucho tiempo, lo prometo- hablo Hyunjin dejando su taza sobre el mostrador con delicadeza.

-Que ocurre?- pregunto Minho antes de tomar un sorbo de su café viendo por unos segundos a Hyunjin.

-Yo... lo estuve pensando y...- Hyunjin fue interrumpido por el sonido del celular de Minho, el cual se paro de la mesa y fue a atenderlo, Hyunjin solo observo como Minho se iba, soltó un suspiro y empezó a recoger la mesa, seguramente antes de que se vaya podía terminar de decir lo que tenía que decirle.

Quince minutos después Minho salió del cuarto vestido para el día junto con una bolsa de deporte colgada en uno de sus hombros.

-Tengo que irme, cuando regrese podemos seguir con lo que tenias que decirme- dijo mientras se dirigía a la puerta mientras desenredaba su cargador de sus audífonos y después paso por la puerta, cerrando la detrás de él.

Hyunjin soltó un pequeño suspiro y empezó a recoger la cocina antes de arreglarse para ir a su propio trabajo.

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Minho sentía como un deja vu cruzaba por su visión en cuanto abrió la puerta, se sentía exactamente igual que ayer y anteayer, y bueno... todos los días desde hace un par de meses, siempre llegaba cansado y con el alma por los suelos, lo único que lo animaba era ver el rostro de Hyunjin y sentir todo su presencia en el departamento.