Estoy parado en la noche, la fria brisa golpea a mi cuerpo, y levanto mi vista al cielo. El mismo esta lleno de nubes las cuales esconden a la luna. Debido a esto me encuentro parado aqui esperando que el viento haga su trabajo, pero esto no sucede con la premura que necesito. Ahora me arrepiento-pense, debi traer la gabardina.
No lejos de ahi sentado en la rama de un arbol otro hombre con una gabardina y rostro juvenil, pero de mirada experimentada observa a nuestro preocupado pensador, el cual parado en el camino, espera la luz de la luna, para proseguir su camino, entiende lo que pasa por lo que atisba una pequeña sonrisa, asi que empieza a subir hasta la copa del arbol con sorprendente agilidad.
Una vez parado alli mira al cielo y levanta su mano izquierda, al monento un viento recio golpea en aquel paraje, haciendo estremecer al viajero vacilante, pero de momento todo empieza a verse mas claro y un camino de piedras se muestra ante el.
Nuestro viajero levanta otra vez la vista al cielo y observa una luna llena fuerte y soberbia, rodeada por unas nubes vencidas por el viento. Con una animo mejor empieza a sonreir y empieza a seguir el camino ante el.
El observador lo observa desde la copa del arbol mientras se aleja de el, no sabemos que piensa pero sus gestos faciales muestran que no sera la primera, ni la ultima, que se veran los rostros, incluso ansia que suceda.