sinopsis: en una fiesta de pijamas que ha organizado jake, termina acostándote con tu amigo sunghoon.
pareja: park sunghoon x lectora
advertencias: smut (+18), dom! sunghoon, degradación, sexo sin protección (no hagan lo mismo que la rayis, usen protección), amigos con derecho a roce (?
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—¿Entonces qué película vemos, la última de Spiderman o la última de los Warren? — Jake preguntó, listo para seleccionar una de las dos con el mando a distancia.
—La última de los Warren —fuiste la única en responder, ya que los demás estaban, o bien terminándose las palomitas que habían preparado, o bien concentrados en sus pantallas móviles.
—De eso nada —Jay se negó en rotundo porque detestaba las películas de terror.
—¿Pero qué más da quién pongamos? A mitad de película la mayoría os habréis dormido —comentó Sunghoon.
—En nada va a ser la una, veamos esa o terminaremos sin ver nada —añadió Heeseung agotado, después de media hora intentando elegir una película con nosotros.
—Pues no se hable más —Jake zanjó la conversación y le dio al play, ganándose un bufido por parte de Jay.
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Más o menos a mitad de la película, algunos de los presentes ya estaban profundamente dormidos, tal y como Sunghoon había predicho.
A decir verdad, todo se había vuelto más tranquilo ahora que no se escuchaban los gritos de Jay ni los comentarios que Jake hacía con Heeseung, así que Sunghoon aprovechó ese pequeño momento de paz para recostar su cabeza sobre tu hombro y descansar un poco.
—¿No te importa que me apoye, verdad?
—Que va, tranquilo, acuéstate —respondiste algo nerviosa, porque muy en el fondo sí te importaba.
Sunghoon era el que más te atraía con diferencia de todo tu grupo de amigos, y a veces tenía gestos contigo que no hacían más que confundirte, como por ejemplo el que estaba teniendo en ese mismo momento.
—Si te empiezas a sentir incómoda me lo dices —te susurró al oído para no molestar al único que aún quedaba en pie, el cual se giró al escuchar vuestras voces la última vez.
Te limitaste a asentir a modo de respuesta y él se acomodó entonces sobre tu hombro, aprovechando también para cubrirse con parte de la manta que tú estabas usando.
Por un momento temiste que alcanzase a escuchar los frenéticos latidos de tu corazón o que se percatase de tu respiración pesada, pero descartaste aquellas opciones al mirarle de reojo y darte cuenta de que se hallaba con los ojos cerrados, dispuesto a dormir.
—Pst, Jake —llamaste a tu amigo en voz baja, queriendo decirle que quizás ya iba siendo hora de ir a descansar, pero entonces sentiste unos calientes dedos posándose sobre la parte que tus pantalones cortos no llegaban a cubrir.
