𝑁𝑒𝑣𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟.

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-Buenos días. — Dije con una sonrisa al despertar y ver a Aidan a mi lado.

-Feliz navidad. — Sonrió.

Sus ojos brillaban tanto que casi podia verme reflejada en ellos.

El brillante cielo nublado iluminaba toda la habitación a través de la gran ventana que había en ella.

Me puse sobre mis codos para poder sentarme en la cama. Talle mis ojos con mis manos, me levante y caminé hacía el cuarto de baño para lavarme los dientes y la cara.

Cuando salí vi a Ethan acostado en su cama con unos lentes de sol adornados de navidad.

-Buenos días y feliz navidad. — Dijo levantando un poco su cabeza viéndome salir del baño.

-¿Porque tiene puesto unos lentes de sol cuando no hay sol? — Me dirigí a Aidan y el solo levanto los hombros y río.

-El hecho de que no haya sol no me quita la onda.

-¿Hoy no dormiste en la habitación?

-Verás, tome unas cuantas copas de mas y termine dormido en el sofá.

-¿Tomaste?

-Tomamos, tu mamá se tomo unas copas de vino conmigo. — Me interrumpió.

-Dios mio. — Puse mi mano sobre mi frente. — ¿Todo eso paso cuando subí a dormir?

-Eso te pasa por ser una amargada a la que no le gusta tomar.

-¡No soy amargada!

-Lo eres. — Se puso de pie y puso su mano sobre mi cabeza dando ligeros golpes. — Deberíamos bajar, tu padre esta haciendo el desayuno. — Dijo cambiando abruptamente de tema.

Yo quite su mano de mi cabeza y me dispuse a bajar hacía la cocina junto a Ethan y Aidan. Justo al bajar a la cocina, el olor del desayuno y del café inundo mi nariz.

-Buenos días. — Dijo mi padre frente a la estufa mientras hacía panqueques.

-Buenos días. — Dijimos los tres en unísono.

-Que bueno que bajaron, el desayuno esta listo.

Todos nos sentamos a desayunar tranquilamente mientras mi padre contaba algunos de sus chistes malos.

Por un momento todo volvió a ser como antes, como cuando mis padres aún vivían en una misma casa. Esto hizo que me sintiera sentimental pero feliz, era una sensación que no sentía desde ya hace muchos años.

Pronto todos estábamos en la sala, cada quien abriendo sus regalos de navidad. Mi madre me regalo algo de ropa y algunos libros. Yo le regalé a Ethan algunas sudaderas, recompensándole todas sus sudaderas que me había robado.

Y a Aidan... a Aidan le regalé una guitarra. Jamas lo había visto tan feliz abrir un regalo. Parecía un niño pequeño abriendo sus juguetes en navidad. Se veía tan adorable.

Pero sin duda el mejor regalo de esa navidad fue el que mi padre le dio a Melissa.

Mi padre tomo una pequeña caja que estaba debajo del árbol de navidad.

-Su atención por favor. — Dijo con una sonrisa nerviosa en su rostro. — Este regalo es para la mujer que ha estado conmigo a pesar de todo. Es para ti, cariño.

Melissa se puso de pie para tomar el regalo de mi padre y en ese momento el se arrodillo frente a ella. Y pronunció las típicas palabras que todo mundo conoce.

-Melissa, ¿quieres casarte conmigo? — Dijo finalmente y todos los demás estábamos emocionados y nerviosos por su respuesta.

-Acepto. — Le respondió ella al borde de lagrimas.

Todos aplaudimos felizmente hacía ellos. Yo me sentía muy feliz por mi padre y su nueva prometida, podía ver que mi madre también lo estaba, se veía emocionada y feliz por el.

(Reproduce la canción)

Todos estábamos tan contentos que no nos dimos cuenta de que estaba comenzando a nevar.

-¡Nieve! — Haley grito y corrió a la ventana para ver hacía el exterior.

Todos nos dirigimos a ver la gran ventana en la sala y efectivamente, los copos de nieve caían lentamente sobre el suelo, haciendo que este poco a poco se pintará de blanco.

-Bueno, ¡los veo afuera! — Grito Ethan mientras tomaba su chaqueta y salía corriendo hacía afuera.

Aidan y yo corrimos tras el y tras nosotros corría mi familia.

Aidan estaba frente a mi, estaba distraído contemplando el paisaje cubierto de nieve. Yo lo mire directo a esos ojos verdes que resaltaban entre toda la blanca luminosidad.

Pude ver cada detalle de su rostro, sus mejillas y su nariz levemente rosadas. Su cabello castaño que se movía lentamente por el viento. Tenía frente a mi a la version de el mas hermosa que mis ojos pudieran ver. En ese momento no podía ver algo mas que no fuera el.

Mi chico de ojos bonitos.

De repente esos ojos brillantes me miraron y una sonrisa se formo en su rostro.

-Jamas había contemplado una nevada con mis propios ojos. — Dijo y volteó a ver de nuevo el paisaje. — Y lo mejor de todo es que la estoy contemplando junto a ti. — Volteo hacía a mi y me miró directamente a los ojos con una sonrisa.

Yo recargue mi cabeza en su hombro y tome su mano. Ambos nos quedamos contemplando ese momento, sabiendo que esto solo pasaría por primera vez solo una vez.

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Creo que este es el capítulo que mas he disfrutado escribir, a mi parecer es muy lindo. Espero que ustedes también lo vean de esa manera.

Gracias por leer, los quierooo 🤍

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𝑈𝑛𝑎 𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 𝐷𝑒 𝑀𝑖.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora