Morfeo: tiene la capacidad de crear sueños, tomando la forma de un humano, cómo también de crear ilusiones entre otras cosas.
──Madre ─ vocifere a las a afueras de la habitación de Hera, quien se encontraba recostada.Pienso pasar unos días en casa de las ninfas del bosque, necesito distraerme, después de todo lo que ha pasado.
──¿Cuantos días piensas quedarte─ preguntó mi madre, mientras me daba ciertas acaricias en las manos.
──solo dame unos días madre ─ musite mirándola fijamente a los ojos.
En seguida dirigí mis delicadas manos para tomar mis flecha, y mis pasos sigilosos se dirigieron en seguida al palacio de Morfeo.
Horas más tarde, mi presencia permanecía enfrente del palacio, dónde tenía claramente pensado hacer negocios con el.
──morfeo, Morfeo ─ masculle al llegar antes su trono, quien se encontraba sentado ahoracajadas.
──Que grata sorpresa tener a la hija de Hera en mi palacio ─ declaró Morfeo odservando mi cuerpo detenidamente.
Eres idéntica a tu madre, hermosa, reiteró.
De mi rostro salió una leve sonrisa al escuchar aquellos cumplidos, a la vez le daba gracias por aquellas hermosas palabras.
──Podemos ir al punto ─ recarque sin ninguna expresión, dándole por entendido que no querría hablar de otro tema.
── Soy todo oídos ─ dijo entrecruzado sus piernas.
── Necesito que te alies a mi, replique firmemente.
── ¿Porque debería hacerlo? ─ preguntó elevando su ceja izquierda.
── Porque así como tú estoy buscando venganza, y como resultado te dare la cabeza del hijo bastardo de Zeus.
«Zeus y Morfeo han tenido conflictos, por lo que no se llevan bien»
El simplemente me miró, bostezando al escuchar mi respuesta.
──Que diría Zeus, si se enterase que su propia hija, me está ofreciendo la cabeza de unos de sus hijos.
Pero Morfeo no era más astuto que yo, y en segundos no tarde mucho en convencerlo, para que entrase en los sueños de Laura cada noche.
Y así fue, cómo mofeo la atormentaba, haciendo que cada uno de sus noche fuese peor que el anterior, a tal punto en que temiese dormir.
Un tormento, que haría que nunca más volviese a descansar.
La semana comenzó, y tan solo se escuchaban los terribles gritos de Laura.
Los sollozo desgarraban su garganta, haciendo despertar de sus peores sueños.
Su voz agitada y el el sudor frío de su frente eran la marca del castigo que Morfeo le estaba mandando.
Grabrielle permanecía escondido cada noche en su habitación, presenciando el dolor que no abandonaba a Laura, haciendo que sus sospechas cada vez tuviesen sentido.
preocupaba cada vez más a su madre y su padre, quienes se despertaban cada noche en socorro de Laura, para ayudarla a despertar de aquellos sueños incesables.
Mi mirada agitada, se perdía a cada instante en clase.Me dirigí al baño para lavar mi rostro y recuperar la compostura en clase, cuando sentí aquellas manos tocar mi muneca.
Laura vamos─ dijo Grabrielle
Adónde iremos─ pregunté confundida.
──no preguntes, solo sigueme recalcó frunciendo sus cejas.
Horas más tarde, llegamos a su casa, tome asiento mientras lo esperaba.
Hasta que apareció un chico, el cual tenía un parecido a Grabrielle.
Entre los dos hubo un cilencio sepulcral, hasta el instante en el que el decidió hablar.
──asi que eres la manzana de la discordia ─ pronunció, mientras de sus labios se le notaba una leve sonrisa burlona.
Lo observé, y de mis labios salio una leve carcajada.
──muy buen chiste, pero, ¿adónde piensas ir con ese traje de egipcio?.
── me veo mal ─ preguntó frunciendo sus cejas un poco confundido─ pienso ir a una fiesta de disfraces.
En ese instante llegó Grabrielle, con algo en la mano.
──toma─ dijo firmemente, dirigiendo aquel amuleto hasta mi.
── ¿para mí? ─ Pregunté
── esto es para que Morfeo no pueda interferir en tus sueños, tengo el presentimiento de que Sarai está detrás de todo esto.
De mi rostro salió una gran sonrisa, y sin pensarlo lo abracé fuertemente.
Y así llego la noche, y mis miedo salían a flote, y en cuestión de segundos me puse aquella cadenas para poner a prueba todo.
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GABRIELLE ©
Novela Juvenil¿Que harías si vieras a un ángel caido en el patio trasero de tu casa? Recostado, herido y sin fuerzas. ¿Que harías si te mira y te pide ayuda? tú una chica de 19 años te ves obligada a brindarle ayuda, y a la vez te sientes aterrorizada por toda l...