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Pasaron varios días y Luna no dejaba de preguntar por Lauren, o, mejor dicho, por Lolo. Camila tampoco se podía sacar a la amable joven de ojos verdes de su cabeza, pero no quería agobiarla así que había decidido darle un tiempo antes de volver a hablarle, pero cuando Luna preguntó una vez más por la otra mujer Camila suspiró y sacó el móvil de su bolsillo.

Camila: ¡Hola! espero no estar molestando, pero ¿Me preguntaba si te gustaría comer conmigo y con Luna?

Camila envió el mensaje y miró a su hija "Ya le he preguntado cariño, pero ahora tenemos que esperar a ver si puede"

Luna empezó a moverse de arriba abajo emocionada "Seguro... si... mami... puede"

"Despacio" Dijo Camila con una sonrisa "Más despacio que no te entiendo mija"

"Seguro que sí que puede mami" Dijo con una sonrisa.

En ese momento el móvil de Camila sonó y Luna soltó un grito de emoción.

Lauren: Salgo de trabajar a las cinco así que no puedo ir a comer con vosotras... pero me encantaría veros después y dar un paseo o algo así, me vale cualquier cosa

"¿Qué dice mami? ¿Puede?"

"No puede comer con nosotras" Dijo Camila y vio la decepción en el rostro de su hija "Pero puede quedar después de trabajar, podemos hacer algo las tres" La felicidad volvió al rostro de su hija.

"¡Vale!" Dijo gritando y Camila no pudo evitar soltar una pequeña risa.

Camila: Luna aprueba ese plan. Si quieres podemos pasar a buscarte

La respuesta de Lauren no tardó más de unos segundos en contestar.

Lauren: Genial, te paso la dirección, nos vemos a las cinco, saluda a Luna de mi parte

"Lauren me manda un saludo para ti" Camila sonrió cuando la otra mujer le pasó la dirección de una floristería, le parecía curioso que la mujer con la chaqueta de cuero y el vestido negro que había conocido el otro día trabajase en una floristería.

Luna empezó de nuevo a balancearse de la felicidad.

"Mami, ¿A qué hora vamos a ver a Lolo?"

"A las cinco"

"¿Y qué hora es ahora?" Dijo la niña.

"Las..." Camila miró la hora en su móvil "Diez y media"

Luna hizo un puchero "¡Pero faltan seis horas y media!" La pequeña era muy inteligente para su edad, pero Camila estaba acostumbrada y no le sorprendía lo rápido que hacía esos cálculos pese a que solo tenía cuatro años.

"Ya lo sé mija, pero Lauren está trabajando"

"¿Por qué tiene que trabajar?" Preguntó Luna con curiosidad.

"Para ganar dinero"

"¿Y para que quiere dinero?"

"Para comprar comida... y ropa y pagar el alquiler de la casa en el que vive por ejemplo" Explicó Camila.

"No me gusta cuando tú vas a trabajar" Dijo Luna mirando al suelo.

Camila acarició su mejilla. La mujer trabajaba en el hospital infantil de Miami, desde que Luna había nacido había reducido mucho sus horas, pero aun así trabajaba cinco días a la semana y pese a que Luna adoraba a su niñera siempre le resultaba difícil cuando su madre se marchaba. Hoy era uno de sus días libres.

"Pero tengo que ir mi amor"

"¿Yo puedo trabajar?"

"Claro que sí, cuando seas mayor"

Solo una flor [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora