Hokage Sama

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Era una mañana cómo cualquier otra, Iruka se encontraba en un puesto de comida comprando onigiris, fue a pagar cuando sintió que lo abrasaba por detrás, miro hacia atrás y vio que era  Naruto quién lo abraza, sonrió y luego lo saludo.

—buenos dias Naruto —saludó con una sonrisa.

—buenos días Sensei, quería preguntarle si quería venir a comer ramen conmigo —le devolvió la sonrisa

—claro, no hay problema —accedió pero deseando que cierta persona no esté presente.

Naruto deshizo el abrazo y dejó a Iruka pagar mientras el seguía hablando.

—entonces nos vemos a las 3 y media —acordó el rubio—. le avisaré a Kakashi sensei y a Sakura, adiós Iruka Sensei —se despidió y salió corriendo.

Kakashi sensei, ese nombre sonaba muchas veces en su cabeza, iba a llamar a Naruto para rechazar su oferta de comer ramen pero este ya se había ido.

Se fue de ese puesto y camino despacio, pensando en Kakashi, el si lo amaba pero no decía nada por miedo al abandono.

Kakashi siempre se le insinuaba y cada ves que estaban solos siempre buscaba seducirlo y manosearlo, también lo acosaba, siempre que tenía oportunidad, lo miraba sin ningún tipo de discreción, hasta parecía que se lo estaba comiendo con solo mirarlo, también le decía que lo amaba pero Iruka tenía miedo de que solo sea una mentira y que solo lo utilice para tenes sexo y luego botarlo cómo si fuera basura como ya le ha pasado antes. Ese era su temor y por eso siempre lo rechazaba o escapaba.

Ese día no había clases así que solo le tocaba trabajar en la torre del Hokage.

Por otro lado, alguien lo observó escondido entre unos árboles y trato de comprimir su chakra para no se tan evidente. Era kakashi quién lo miraba e pies a cabeza.

—Iruka.. algún día serás mío —aseguró para si mismo—. ¿por qué no entiendes que te amo?

Siguió en su tarea y se quedó viendo su trasero, era ya hermoso, grande, firme y se veía muy suave, le provocaba agarrarlo y apretarlo, morderlo, pegarle y dejar sus manos marcadas en su morena piel.

Quería tantas cosas sucias pero lo que más quería era ser  correspondido por el amor de su vida, lo amaba de corazón y no quería perderlo, lo quería junto a el para siempre

Kakashi sin darse cuenta ya tenía una erección que atender, se fue lo más rápido que pudo hacía su casa saltando por lo techos, llegó y se metió a su cass, cerró con seguro su puerta y posteriormente luego camino hacia su habitación.

—Lo que me hace Iruka es una tortura —musitó—. Si supiera que me tiene a sus pies —se sentó en la cama—. Dentro de poco ya no tendrás escapatoria.

Desabrochó su pantalón y bajó el cierre para después sacar su erección y así comenzar a masajear su pene de manera lenta y llena de éxtasis. Estaba tan duro, que solo bastó con pensar en Iruka para ponerse peor. Sentía que su cuerpo no quería abandonar la excitación así de fácil, mientras exige más placer.

El movimiento de su mano era rápido y frenético, que buscaba la manera de saciar la calentura de su cuerpo, aunque hubiese sido mucho mejor si Iruka fuese quien hiciera ese lasivo trabajo.

Unos cuantos jadeos y gemidos roncos se hicieron presentes en la habitación, haciendo que Kakashi buscase de mad placer hasta que sintió el orgasmo muy cerca.

Y luego de unos minutos, el soltó todo su semen en su man, aunque hubiese preferido soltarlo dentro de Iruka, bien sea en su boca, o llenar su entrada.

Después de eso, se fue al baño jadeando y decidió darse una ducha para limpiarse el sudor y restantes de semen de su cuerpo, salió del baño con una toalla amarrada a su cintura dejando ver su hermoso torso pálido, bien formado, y sus piernas tonificadas y musculosas.

𝐇𝐨𝐤𝐚𝐠𝐞 𝐒𝐚𝐦𝐚 |𝐊𝐚𝐤𝐚𝐈𝐫𝐮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora