Sarah siempre soñó a lo grande, incluso si eso significaba sacrificar grandes oportunidades buscando la suya propia que le haga triunfar en el mundo de la moda, o al menos empezar en el después de terminar su tediosa carrera y darse un golpe de real...
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Sarah pensó que las cosas serían más fáciles de lo que nunca pensó. Que con soñar alto todo era posible, pero nada más lejos de la realidad.
A veces el trabajar duro no es suficiente. Esas palabras se le clavan a fuego en su mente y empieza a pensar que tal vez solo le falta algo de suerte en su vida para conseguir lo que tanto anheló. Una vez esa suerte llama a su puerta o más bien a su número telefónico y posiblemente se haya aliado con el destino en el momento en el que tiene que enfrentarse a su primer crush de la secundaria, ese que apenas admitió en voz alta siendo adolescente. Peor aún cuando este apenas le reconoce o cuándo una vez que lo hace parecen no encajar, no empezaron con buen pie...
¿También es por algo místico que por una serie de circunstancias tengan que fingir estar en una relación?
No lo sabe, no quiere saberlo, pero tiene algo muy claro de eso y es que no puede salir nada bueno de esa terrible combinación...
O sí.
- "Eras más divertido cuándo íbamos a la misma clase."
