Nuestro pecado

Rumores

Lentamente desperté con Lucifer entre mis brazos debido a la luz de la puerta de mi lugar abriéndose. Me encontré con la mirada de un niño de cabello negro. Era de los ángeles de más bajo nivel, a penas se estaban formando y me miró curioso.

- Señor, lamento molestarle, pero la maestra Celi me pidió que le trajera los informes de los diseños de las nuevas flores - Estiró sus cortos brazos, aún sin haber entrado totalmente.

- Esta bien, pequeño. Puedes ponerlos sobre el escritorio que está a tu lado. Por cierto, esta situación... No la menciones. - 

No me preocupaba el hecho de que pensaran algo que no era, sino que era un poco incomodo que los demás pensaran que Lucifer había llegado a ser mi mano derecha por un vínculo amoroso y no por su talento. Se movió en mi pecho lentamente y se sentó sobre mis piernas.

- ¿Dormí demasiado? - Se frotó lentamente los ojos y sonrió suavemente.

- No tengo idea, pero los niños de First Sunshine ya salieron de clase. Tal vez fueron unas horas - me senté también.

- Me tengo que ir, Jes. Tengo que coordinar el baile de los de segundo; no comprendo porque Mangel no lo hace, a él le gusta más sentarse y asentir con la cabeza - Era la única parte de su trabajo que no le gustaba: Los actos públicos. 

- Yo tengo que encargarme de la flora de la tierra, los niños hicieron bocetos de flores. De reojo ví algunos pétalos color fluorescente así que no creo que se queden muchos diseños - Él seguía mis piernas y soltó una carcajada un tanto grave.

- Las flores fluorescentes son lindas. - Se levantó - Adiós y disfruta separando hojas. 

Se retiró con calma hasta que desapareció totalmente de mi vista, comencé a revisar los folletos. No comprendo porque me pareció una buena idea.

Llegué al salón de suelo liso después de caminar veinte minutos bajo la luz brillante del firmamento, la luz era cegadora pero no hacia demasiado calor. Ahí encontré a una a una mujer rechoncha de piel color nubes. De verdad, era bastante pálida.

- Hasta que llegas, Lucifer, ¿Estuvo buena la siesta? Más te vale que apruebes esto, los niños se esforzaron bastante.

- No fue nada, Garu, la oficina del jefe esta lejos y tuve que detenerme a comprar uno de los pastelitos de Safer. Estaba recién horneado. - Me reí un poco, solo fueron como dos minutos extra - ¿A que siesta te refieres? - Me senté en una de las sillas que estaba frente a los niños y ellos se acomodaron.

- No todos tenemos la oportunidad de dormir en el sillón del jefe, digo, en el jefe. - Me molesté, esas insinuaciones eran bastante molestas.

- Garu, no se te olvide de quienes estas hablando. Cuida tu boca - Se quedó callada y comenzó con la música. 

No entendí muy bien eso de los giros, parecían monedas cuando se caen, daban vueltas y luego se tabaleaban, saltaban y caminaban hacia atrás. Era bastante gracioso y tierno ver a niños cerca de los cuatro años con caras de concentración y chocando con otros. Terminó unos minutos después.

- Me parece entretenida, me gusta la idea. Intenta que no se caigan tanto, no necesitamos más gente en la enfermería. Los huevos nacerán pronto y sabes que acaparan las camas - Me levanté, me despedí de los niños dulcemente - Por cierto, Mujer, piensa antes de insinuar situaciones entre Jehová y yo. - La miré serio, era demasiado atrevida 

- Lo lamento, Lucifer, no pensé que te fuera a molestar; eso es lo que dicen. - Se veía arrepentida. Me fui a revisar como iban Mangel y Sety con los huevos.

Los ángeles nacen de huevos, el tiempo en que se repuebla el reino depende de lo que opine Jes. Ahora con la construcción de la tierra y los seres vivos necesitamos algunos que lleven en orden sobre ella.  

Fin del POV de lucifer

El rubio hizo conteo de los huevos; las personas lo miraban atentos y cuchicheaban entre si. Regresó a la Casa Real, entró a la oficina y le empezó a hablar con el mayor.

- Jes, ¿por qué están todos más chismosos de lo normal? Ahora ni disimulan que hablan de nosotros - Estaba esperando una respuesta concreta, algo que no solía obtener de Jehová. 

- Al parecer se enteraron rápido, les aclararé las dudas a todos - Era increíble que en menos de diez minutos ya todo el reino estuviera enterado de que habían dormido juntos.

El cobrizo tomó un micrófono negro, presionó un botón y dijo:

- Deben aprender a no creerlo todo, la información se distorsiona y estoy tan decepcionado de todos. No puedo creer que mis propios súbditos piensen en mi de una manera corrupta y sucia. - Dejó de hablar y la luz brillante del cielo se apagó, ahora el clima era húmedo y con nubes en tonos negros y grises, Los ojos del menor se encontraron con los del mayor.

- Es insufrible, no comprendo porque piensan que no merezco el lugar que tengo - Se quejó, se acercó al hombre que tenía en frente y lo rodeo con los brazos. El más alto le correspondió el abrazo y le acarició la cabeza con cariño.

- No te preocupes, no tienes que demostrarle nada a nadie. Yo sé lo que hago y tú sabes porque llegaste hasta aquí. - Se separó y le acarició la mejilla recibiendo una sonrisa con dientes como agradecimiento.