La puedes perder sin darte cuenta

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Esta noche iba a disfrutarla al máximo, quedamos en la entrada de la discoteca, ahí nos veríamos todas juntas. Me despedí de mi madre, como siempre, cogí las llaves, comprobé que tenía todo lo necesario en el bolso y salí directa.Entré en el coche y puse la radio bien alta.LLegué.Me bajé del coche y fui directa a la entrada de la discoteca. Allí estaban mis amigas,las saludé a todas y seguidamente pasamos dentro de la discoteca. Mi primera impresión fue el gran espacio que había para bailar.

—Voy a por un Martini ¿vienen conmigo?—le pregunté a las demás.

Entré al baño, me miré al espejo y saqué del bolso el lápiz de ojo para volverme a maquillar.Salí del baño, pero mi torpeza apareció justo en el momento en el que mi cuerpo chocó con un chico muy lindo, que a pesar de parecer estar bastante tomado, me atrajo mucho.

—Chica, mira por dónde vas...—me recrimino ese chico.

—¿Cómo qué por dónde voy?—le grité, ¿qué se creía?

—Paso de discutir con una chica que no mira por dónde camina—pero... ¿qué coño se creía este maldito chico?.Le di una cachetada y me fui directa a la barra, a ver si con un Martini, me relajaba. Pero mi plan no funcionó, porque él, me atrajo hacia su cuerpo y caminó directo a la pista de baile. En ese mismo momento sonaba una canción lenta.

—Baila o...—me ordenó el tipo ese.

¿Hasta cuándo tendré que soportarlo?...Dios mío es el chico más insoportable que he conocido en mi vida.

—Bailo... ¿o qué? ¿me vas a pegar?—le pregunté incrédula.

—No, pero haré esto...—me besó, sus labios sabían a alcohol, a cubata, mejor dicho, me separé velozmente, pero antes le solté otra cachetada ,la segunda en media hora, si sigo así..En 2 horas, estará muerto—que fiera eres chica, eso me gusta...—me dijo el patán.

—Salvaje o no...a ti ni te va ni te viene—le contesté cortante.Él arqueó una ceja y me sonrió de lado.

—Salvaje o fiera, estás más buena...—me dijo el tío—por cierto, me llamo Darío y tú... ¿Cómo te llamas?—me preguntó.

—Yuset, me llamo Yuset—respondí su pregunta, intentando soltarme de su agarre, pero no pude, era demasiado fuerte.—¿puedes soltarme, por favor?—le pregunté.Él accedió—Voy a por un Martini—le dije. Él asintió. Pero me agarró nuevamente del brazo, giré y estábamos muy cerca, podía notar como su aliento entraba por mi boca, su respiración se agitó y tuve que dar dos pasos atrás.

—Tráeme un vodka—me dijo y me soltó. Me acerqué a la barra. Pedí mi Martini y el vodka, mientras me despachaban las bebidas, miraba a ese misterioso chico, bailando con más gente, a pesar de estar bebido, se desenvolvía bailando perfectamente. Me despacharon las bebidas y fui directamente a él.Seguimos bailando, hasta que empezó a a pasarse un poco de la raya.

—Yuset...¿qué te parece si seguimos con esta fiesta, pero... en mi casa?—me preguntó. Al principio pensé que la idea no era convincente, pero acepté, ya que la bebida estaba ya haciendo su grandioso efecto.Fuimos en mi coche, él conducía, sabía perfectamente que ninguno de los dos debíamos pero él estaba menos bebido que yo y atinaba mejor al conducir. No sabía si era que estaba bastante bebida o que el camino hasta llegar al destino era interminable, me fijaba en cada calle, como podía. Entramos en la casa y tras él poner las llaves en un cajoncillo, empezó a arrastrarme hasta el sillón. Quise detenerle, pero ya no pude hacer nada, me tenía y no lo podía parar, en un intento de quitármelo de encima alcancé un jarrón cercano y se lo tiré en la cabeza. El jarrón de cerámica logró que le hiciera una herida en la cabeza que no paraba de sangrar, en cuanto logré zafarme de él, Corrí hacia la salida pero ya era tarde él me había alcanzado a darme un puñetazo en la sien, lo que hizo que mi vista se nublara y quedara inconsciente.

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⏰ Última actualización: May 09, 2015 ⏰

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Una noche para perder la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora