irreal - ruikasa angst.

«1»

15 de septiembre, 2:43pm.

Un día bastante agradable, con cuelo despejado, el sol iluminaba todo el sitio en el que se encontraban.

Era un día perfecto.

Bueno, eso creyó.

-Tenemos que romper.

Y su presión se bajó, al cero.

-¿Qué..?

¿Qué se suponía que había hecho? No tiene sentido.

No había pasado nada grave entre ellos, fue demasiado repentino.

Al escucharle decir esas palabras, todo el mundo se le vino abajo. Pudo notar como su corazón paró por un segundo, la adrenalina recorrió todo su cuerpo al instante.

Su piel se erizó, abrió sus ojos bastante. No tenía nada que decir, estaba paralizado.

Tragó saliva, se reincorporó y decidió hablar de nuevo.

-¿D-De que hablas?-Su voz sonaba quebradiza.

-Es lo mejor para ambos.

¿Lo mejor para ambos? Será lo mejor para él.

-No tiene sentido, ¿he hecho algo?-Su cuerpo comenzó a temblar, el coraje le recorría por todas partes.

-No lo entenderías.-El más bajo apartó su mirada, rompiendo todo tipo de contacto visual con el mayor.

Rui hizo una mueca confusa y frunció el ceño.

-Si tan solo explic-

-No importa si lo explico o no, no lo vas a entender, porque nunca has pasado por ello.-Interrumpió, con una voz distante para el gusto del oji-dorado.

-¿Y tú qué sabes?-Encaró, mirándole notablemente enfadado.

-Déjalo, eres un inmaduro.-Bufó cansado, alterando al más alto.

-¿Inmaduro? ¿yo?-Alzó la voz un poco para demostrar que no le afectaban las palabras de Tsukasa, aún que claramente sí lo hacían.-Yo no soy el que está rompiendo con su novio y no está diciendo porqué.

-Te he dicho que no lo entenderías.

-¿Y tú que sabes si lo entendería o no?

-Porque nunca has entendido nada desde que empezamos a salir.-Alzó la voz también, cansado del tono de voz del de cabello violeta.

Rui tragó saliva, de nuevo, desconcertado por esas palabras. Pasó su temblorosa mano por su cabello, intentando arreglarlo.

Decidió dejar el mal genio que tenía para otro momento, ahora mismo estaba en una situación difícil.

Debía controlarse todo lo que podía.

-Sabes que puedes decime lo que sea.-Su voz temblaba, pero intentaba vocalizar lo mejor posible para intentar que la conversación fuese lo más seria posible.

-No tengo porqué decirte nada a ti.

Su corazón se estrujó.

Volvió a respirar de a poco, supuestamente relajándose.

Notaba como el rubio mantenía su cabeza gacha, incapaz de mirar al más alto a los ojos.

-Por favor, mírame.-Suplicó, más el mecionado no se dignó a mirarle.-Tsukasa..-Se acercó a él, elevando una de sus manos lentamente para tomar el rostro del más bajo.

Un golpe repentino le hizo reaccionar.

Tsukasa había golpeado su mano para apartarla.

-No me toques.