capitulo IV

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Inuyasha
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Odio muchas cosas..

Y odio ver a las mujeres llorar, es insoportable

Nunca supe que kikyo podría cocinar hasta que hicimos esos pastelillos para regalar unos días antes de febrero. Compramos lo necesario en un supermercado y con ayuda de mi madre, quien fue muy amable al darle esa receta. Entre risas y crema batida, kikyo me confenso un secreto, mientras su mirada oscura era cautivada por las flamas del horno

Jamas había visto ese brillo en sus ojos, como un buen amigo sostuve su mano y le mostré mi apoyo... jamás pensé en el dolor que poco a poco parecía estarla matando

—¿Por que mierda me has seguido?

Me encoji de hombros, me senté en el suelo y recargue la cabeza en el muro, me fijé en sus ojos, hinchados y enrojecidos. Una capa delgada de lágrimas en ellos. Nuevamente había vuelto a llorar. En momentos como estos tuve ganas de golpear a ese bastardo

—Volviste a llorar

Apresuradamente tomo la cajetilla de cigarros que tenía en su abrigo del instituto y me ofreció uno, lo tomé sin negarme. Me acerqué a ella, pasé un brazo por encima de su hombro. Mientras que con la otra mano llevaba mi cigarrillo a los labios y le daba una calada. Kikyo también le dio una fumada, al momento de dejar caer su cabeza a mi pecho

—¿Que quieres que te diga?.. Estoy echa mierda

Una alumna ejemplar, talentosa y ingeniosa, número uno en todo. Pero nadie ve como realmente sufre, ella dice que es una tontería, que debe enfrentarse a esto sola. No quiere que nadie se entrometa en su vida

Absurdo...

Mientras cumplas, nadie sabrá que estas mal...

—Además, tu chistesito no ayudo en nada, lo empeoraste..— sabia a que se refería, pero no me importa lo que pueda o no pasarme—No quiero que te pase nada

—Que más da— me encojo de hombros, soltando el humo del cigarrillo— Al final logré escabullirme

La vi negar con la cabeza, soltando un risilla, un risa seca. Estuvimos juntos uno minutos antes de que ella verificara su reloj que llevaba en su mano derecha

—Bueno mi hora libre se ha terminado— con tranquilidad la observe quitarce algun rastro de tierra que su falda gris tuviera— Se supone que deberías estar en clase— levante una seja en desacuerdo— Olvidalo... pero antes— me extendió su Palma abierta

Del bolsillo de mis pantalones yo saqué una caja de mentas, le entregué una. Debía ocultar su aliento, nadie sabía que la famosa kikyo fumaba, eso no era bueno para su imagen

—Me voy— me despedí de ella, alzando mi mano

No pasó mucho para que escuchara cerrace la puerta, le eché un vistazo a nuestro escondite, nadie venía aquí, o bueno, no muy amenudo. Me quedé sentado, esperando a que nadie decidiera venir a interrumpir mi paz, cerré los ojos, traté de conciliar el sueño, no había podido dormir estos últimos días, solo podía pensar en unos ojos, solte una mueca muy parecida a una sonrisa. Esos ojos, enormes y redondos, podía sentir tanta inocencia con solo ese contacto visual

Me había afectado, las chicas que frecuente hace un par de noches, lo dejaban claro, por el momento las chicas de ojos cafés, eran mi novedad, me siento extraño de solo pensarlo

Mordi mi labio al recordar esa figura, un cuerpo descaradamente perfecto para mi vista, a pesar de estar medio vestida, porque solo fue eso, y su manera de verme, causo estragos en mi libido. Apesar de no saber su nombre, cada que paso por esa casa, sin evitarlo, mis ojos la buscan descaradamente, y eso me frustra. Seria muy fácil seducirla y llevarla a las duchas para tener sexo rápido, mis dedos tiemblan con deseo, con el simple echo de imaginar ese pequeño y bien proporcionado cuerpo. .

Le di una calada a mi cigarrillo.

¡Mierda!... enserio necesito una noche con alguna otra chica

Escuche la puerta del almacén abrirce, tire el cigarrillo por alguna parte, me metería en problemas si alguien me viera, decisión que odie, cuando percibí una molesta voz

—¿Hay alguien aqui?— el rostro de miroku se mostró tranquilo cuando me vio

—¿Que quieres? — se adentró y sin pedirlo me acompaño, por la expresión de su cara y su semblante, inmediatamente me puse a la defensiva— Miroku te eh dicho que esto no es tu asunto así que si me vas a sermoniar... olvidalo

—Taisho...— me tensó ante la seriedad de su tono, Miroku siempre me llama por "inuyasha", el jamás usa mi apellido, solamente cuando esta hablando de algo muy grueso y delicado—Entiedo que estés molesto pero así nadie solucionará nada— su mirada me penetró, yo no aparte la mía— Vamos... si sigues comportándote como un jodido idiota no podremos charlar

—Y que sugieres que haga— frunzo el seño— ¿Que lo deje pasar? — me pongo de pie, ardiendo de rabia— ¡Por dios! ¡El maldito se lo merecia!... eso y más

—Kikyo no quiere que te metas en más lios por ella— eso ya lo sabia, pero por ella yo era capaz de lo que sea— Ella conoce a ese hombre, de lo que es capaz... y tu no eres muy paciente— aseguro miroku, frunciendo el seño—y meterte a una casa estando una chica en trapos, me da la razón— aparto mi vista, dándole la espalda— Eso es solo de locos...

—¡Y que importa! no pasó nada... — siento un golpe en mi nuca, inmediatamente volteo a ver a miroku,

—Y da gracias imbecil— lo noto molesto, con sus brazos cruzados— Esa pobre chica pudo llamar a la policía... — hace una pausa dramática innecesaria—quizás y ahora estés en los perfiles policíacos de pervertidos

Los regaños de miroku me entran por un lado y me salen por el otro, y el lo sabe. Su semblante serio y molesto, cambia después de soltar un suspiro, gradualmente sus labios forman una sonrisita

—Pero dime hombre... que tan grandes eran sus pechos—Me encogo de hombros ante la insinuación, no me apetece hablar con el sobre la chica loca— Seguramente tenía una par de tetas sabrosas

—¡Basta pervertido!— fue mi turno de plantearle un golpe en la cabeza— Todo su cuarto olía a virgen así que no me arriesgué a estar mucho tiempo

—¿Eso que significa? — declaró burlonamente— a ya veo... sigues con la absurda idea de jamás follarte a una virgen— rolo los ojos— aunque la virginidad es solo una construcción social

Miroku bufa y ríe con tanta gracia que me hace desear estrangular lo

—Si no mal recuerdo, cuando Sango se lío contigo ella ya no era una mocosa inexperta— lo codie— "sabe mover las caderas".. tu mismo lo dijiste

—No tengo ningún problema con que ella supiera o no..aprenderiamos junto de todas formas— sonrío— aunque no niego que me hubiera gustado ser el primero, ser su maestro..

—A que te refieres.

—Es..es increíble esa satisfacción de ser el primero en algo, es un honor que muy pocos gozan— arqueo una seja— solo los idiotas como tu, que no saben serán siempre unos pobres bastardos

Un suspiro cansado y profundo brota de mi garganta, palmeo su hombro derecho.

—Miroku.. aunque yo quisiera cojerme a una chica virgen, por que bueno, es una de mis fantasías frustradas— lo veo arquear una seja— pero ya no hay... a esta edad es muy difícil que una joven se mantenga casta

—Hay una chica... kagome, hay rumores que ella y su amiga aún son buenas chicas —Sin duda miroku solo es una mala influencia...

—Y eso que

—Dime hombre....No te gustaría ser el primero... — no necito decirlo, el sabe mi respuesta—si lo consigues, y cambias de opinión me veré obligado a que me dejes usar tu moto en varias ocasiones...

—Me gusta la idea

—pero si fallas y al final reconoces honestamente que fue una mala idea y sigues arraigado a tus ideales... pídeme lo que quieras

—Ese es el problema... no quiero nada de ti

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