Capitulo 32

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Interpretó a Vivian como una extraña...

Es mucho peor de lo que imaginaba.

Por supuesto, en unos meses, esa declaración se ajustará de manera diferente.

De alguna manera mi rompecorazones.

Pero simplemente sonreí y dije.

"Lo haré la próxima vez".

* * * * *

"Joven maestro la señora lo está buscando".

Esas fueron las primeras palabras del mayordomo a Edmund cuando entró en la mansión del marqués.

Frunció el ceño en el mismo momento.

Maldición.

Edmund absorbió la maldición.

Era exactamente lo que había temido y esperado a su regreso a la mansión del marqués.

Tenía que haberle informado a su madre lo que había ocurrido antes en la oficina del Caballero Real.

Pero a Edmund le resultó difícil no ir porque su madre lo estaba buscando, así que se arrastró para caminar.

La marquesa estaba tomando el té con Vivian en el patio trasero.

“Tú me llamaste, Madre.”

“Bienvenido. ¿Acabas de regresar de los aposentos del Caballero?.”

"Sí."

“Siento que estés cansado. Siéntate porque te dolerán las piernas.”

Edmund se sentó tranquilamente en el sillón, aunque sus piernas no podían sufrir después de estar un rato de pie porque era un caballero.

El asiento se oponía a Vivian, pero todavía le resultaba familiar.

Esto era algo que su madre solía hacer cada vez que buscaba reconciliar a Edmund y Vivian.

"Pero Edmund, tu cabello parece estar húmedo... ¿Te lavaste en el cuarto de los Caballeros?."

"Sí, bueno."

Edmund se cepilló el cabello húmedo.

Realmente no se lavó.

Caminó deliberadamente hacia el grifo y se echó agua fría en la cabeza para refrescarse.

“¿Por qué no lo secaste bien después de lavarlo? ¿Qué pasa si te resfrías?."

"Está bien porque el clima es más cálido hoy".

“Eso es cierto, pero…”

Las palabras de la marquesa fueron veladas por una expresión preocupada, y en lugar de condenarlo por su conducta, simplemente envió a un sirviente a buscar una toalla a Edmund.

“Llamé porque tengo algo que explicarte”.

"¿Algo que explicar?"

“Escuché que hubo un malentendido entre ustedes dos por mi culpa. Lamento haber enviado a Vivian al barrio de los Caballeros sin informarte."

Edmund agarró su puño ligeramente y lo soltó, ya irritado y molesto, pero no podía comportarse de manera imprudente ya que el oponente era su propia madre.

“The Royal Knights es mi lugar de trabajo”.

“Sí, fui precipitado. Tengo tanta curiosidad acerca de la identidad de la dama a la que le enviaste regalos…”.

"Déjame ser claro aquí que ella no es mi amante".

Edmund trazó una línea firme recordando lo que había dicho Vivian.

El Protagonista Masculino se arrodilló ante mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora