El Protagonista Masculino se arrodilló ante mi.

Capítulo 41

¿Qué significaba eso exactamente?

¿Tenía la impresión de que yo no estaba presente?

¿O consideró que yo no era una mujer?

De hecho, no importaba mucho de cualquier manera, pero no pude evitar cambiar mi expresión por poco.

Mientras tanto, Lord Vessel salió y regresó de inmediato, afirmando que lo usaría correctamente, hasta el punto en que Caleb y yo no tenemos tiempo para hablar.

Su actitud me recordó a un antiguo amigo que, después de ser despedido del ejército, se quejó de tener que cambiarse en un minuto y ponerse una máscara antigás en diez segundos.

Lord Vessel, por supuesto, es un caballero, no un soldado.

"Me disculpo por hacerte esperar".

Negué con la cabeza para indicar que todo estaba bien.

Ni siquiera pensé que había estado esperando porque regresó de inmediato.

“Pero, comandante, ¿qué lo trae por aquí?.”

“Las luces estaban encendidas en la oficina, así que subí a mirar”.

“Bueno, las luces deberían estar apagadas en este punto. Pido disculpas por no informarle de antemano. Lo más probable es que las luces se enciendan después del trabajo por un tiempo”.

"¿Y cuál es la razón?"

"Eso es porque Lady Oreu me va a enseñar durante una hora a partir de hoy.”

Lord Vessel completó su oración borrando el final de sus palabras.

"¿Enseñando?"

“Como sabes, no soy útil para procesar papeleo, ¿verdad? Estaba avergonzado, así que le pedí a Lady Oreu que me enseñara para que pudiera aprender correctamente y arreglarlo esta vez.”

Me sorprendió la confesión de Lord Vessel.

Esperaba que mantuviera el secreto de Caleb, pero esto fue una sorpresa.

“¿Y has decidido hacerlo aquí?.”

"Así es."

Caleb no dijo nada más después de eso.

El silencio me inquietó sin razón aparente.

No esperaba que fuera un problema, pero cuando me encontré en esta situación, me inquieté un poco.

Tal vez por eso. Empecé a preguntar por la causa con cautela.

"¿Será un problema?"

"No hay nada de malo en ello".

A pesar de que era una respuesta esperada, me sentí aliviado por los comentarios.

"¿No estaría demasiado oscuro cuando regresaras?"

“Voy a tomar un carruaje de regreso de todos modos. Así que está bien…”

Espera, ¿carruaje…?

“¡Correcto!.”

“¿Oh, señora Oreu? ¿Qué sucede contigo?"

"Ahora que lo pienso, olvidé informarle al jinete que llegaría tarde a partir de hoy".

“Eso indica…”

Debe haberse ido a estas alturas. Eso está bien, sin embargo. Puedo caminar o buscar otro carruaje.”

Fingí estar bien cuando, en realidad, no lo estaba.

Ya estaba agotado por la idea de la humillación que infligiría a mi comportamiento descuidado.