3. - Nuevos Aliados.

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Tal vez Sam necesitaba ser mas rápida, así lo hubiera alcanzado.

Ella podría haber sido mas fuerte, así podía haberlo sujetado y ya nunca dejarlo.

Si hubiera sido mas lista, ella hubiera planeado algo.

Todos aquellos pensamientos recorrían su cabeza mientras miraba a su madre, sentía su mano acariciar su espalda mientras conversaba con algunas personas que ahí estaba, mirando las mientras los eventos de ese día estaban en sus bocas.

Maddie Fenton hablaba con algunas personas mientras sostenía esa venda en sus manos, sujentando la firmemente no queriendo dejarla ir, como si eso pudiera ayudarla de alguna manera. 

Aquella sucia venda era lo único que quedaba de el en ese lugar, Tuker sujetaba su brazo lleno de sangre mientras escuchaba al padre del chico hablarle mientras en su rostro se notaba miedo. El mismo miedo que todos los padres del lugar sintieron por sus hijos, el cuerpo de la mujer se acerco a ella y la miro detenidamente.

Abrió la boca ligeramente pero no emitió ningún sonido, tal vez por ese miedo a saber que paso, posiblemente porque estaba destrozada, ella realmente no lo sabía. — Se lo llevaron, ¿no es así?

La mujer de ojos lila finalmente habló, Sam bajo la cabeza antes de responderle. — Si. — Se atrevió a decir, ya era de noche, la luna ya había salido y no habían podido irse. Después de que el caos reino en el lugar las sirenas y los gritos por los heridos era todo lo que Sam pudo escuchar, la gente corriendo y los padres buscando fue todo lo que pudo ver.

Los oficiales de policía daban cada poco una mirada a la gente que se acercaba demasiado a las afueras de la escuela. — Solo se puede entrar, ya no se podrá salir. — Se los habían dicho cuando su madre intentó llevarla al hospital.

La gente se amontonaba en las orillas pasando alimento y algunas mantas. Los adolescentes de la escuela miraban cada poco la nueva interrogación que les hacían, uno por uno. Cada uno de ellos, Sam podía mirar como parecía que los retenían en la escuela.

 — ¡Ya déjenos salir de aquí! — Pudo escuchar gritar a Paulina, su rostro seguía con aquellos raspones dados por la caída que recibió en la mañana, aun estaba con su ropa sucia llena de tierra. 

— ¡Traigan acá la sopa caliente! — Baxter grito al lado de las camillas y Sam se enfoco únicamente en ello antes que la voz de la mujer le hablara nueva mente. — Sam. — La gótica la miro detenidamente. — ¿A donde se lo llevaron?

— No lo se. — Fue lo único que dijo, los ojos rojos de la mujer dejo caer varias lagrimas nuevamente. Sam jamás se sintió tan cansada como en ese momento, la enfermera que la atendía la inyecto una vez mas. Ella necesitaba dormir, estaba tan cansada y no sabía del porque.

— Creo que sería bueno que descansarás, debes estar agotada. — Pudo oírla decir eso con una suave voz que la relajo. Y ella no protesto, no tenía la fuerza para hacerlo.

(...)

Vlad miro con detenimiento el cuerpo del adolescente, no se movía y parecía muy cansado por las ligeras expresiones que daba cada poco que movía su cuerpo. Miro la hora en el viejo reloj que estaba e la pared, media noche y aún se sentía con la energía suficiente para hacer más.

Salió de la habitación traspasando la sin la intención de hacer ruido, las inyecciones que le había dado no durarían para siempre y era mejor que consiguiera algo para impedir que despertara o tan siquiera lo mantuviera vigilado.

El portal fantasma brillaba fuertemente y el no dudo en cruzarlo. Se pregunto por un minuto cuando se había vuelto algo imprudente, tal vez porque su paciencia eterna se había agotado o simplemente algo lo detonó.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2023 ⏰

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