me, myself & i ☽ kooktae

23.

—Hola —Taehyung escucho una voz que conocía a la perfección detrás de él.

¿Ya comenzaba a extrañarlo?

—Hola Minho —contesto Taehyung sin voltear a verlo.

—¿Cómo estas?

—¿Te interesa?

—Oh vamos —alargo— No me trates así —dio dos pasos hacia Taehyung— ¿O tu nuevo novio no te deja hablarme?

—No tengo ningún nuevo novio y si te trato así es porque se me da la gana.

—¿Es así? antes...

—Mi amor —los zapatos de plataforma de Yong sonaron por todo el pasillo— ¿Qué haces hablando con él? —pregunto con molestia.

—Nada cariño —le dio un beso en la mejilla y ambos se fueron.

Taehyung termino de guardar sus cosas en el casillero, y de sacar los libros que necesitaría para las siguientes clases, se dio la vuelta, pero se sorprendió al ver a un chico enfrente de él.

—Hola —sonrió tímido.

—Hola —le sonrió con desconfianza.

—Eunwoo —se presentó

—Taehyung.

—Si lo sé —rio tímidamente— Oye yo... quería saber si tal vez tú y yo —comenzó a tartamudear— ¿te gustaría salir conmigo? —finalmente término la oración.

—Claro —contesto mirando sus bonitos ojos color miel.

—¿De verdad? —dijo sorprendido— ¡Genial! —Eunwoo le regalo una bonita sonrisa —¿Este viernes está bien?

—Sí, está bien —Taehyung le contesto tratando de sonreír, no le agradaba mucho la idea de salir con Eunwoo.

La última clase del día era la de algebra, no había nada más aburrido que eso, el maestro simplemente nunca dejaba de hablar ni de escribir en el pizarrón, lo peor es que ni siquiera explicaba, solo el mismo se entendía. Su clase era un tormento para muchos.

Taehyung dirigió su mirada hacia las últimas filas y se encontró con la figura de Jungkook, su mirada estaba enfocada en el pizarrón, pero no estaba prestando atención, estaba más bien perdido. Fue a las ultimas hojas de su libreta para recortar un pedazo, tomo su pluma rosa y escribió.

¿Si me prestaras a tus hermanos?

Volteo hacia el maestro para asegurarse de que no fuera a verlo y lanzo la pequeña bola de papel, logrando que golpeara la mejilla de Jungkook para después caer en el piso. Bajo su mirada para identificar qué era lo que lo había golpeado, lo tomo del piso y la extendió para poder leer el contenido. Escribió y le regreso el mensaje.

No queda de otra.