Capitulo 5

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Cuando Rhaenyra volvió al Salón de los Nueve, con Alicent unos pasos detrás de ella, todos acordaron estar cansados y que continuarían con esas charlas al día siguiente.

No muchos pudieron tener una buena noche de sueño, pues ellos tenían mucho en lo que pensar.

La mañana siguiente encontró a Baela, Rhaena, Jace, Luke, Aegon, Helaena y Aemond en una de las terrazas de Driftmark preguntándose qué les depararía el futuro si en verdad lograban reparar las grietas en su casa.

-Sabes, escuche que Rhaenyra ofreció un huevo de la próxima nidada de Syrax para Aemond, pero como él ahora tiene a Vhagar no lo va a necesitar, tal vez podrías pedirle uno de esos huevos -. Le dijo Helaena a Rhaena rompiendo el tenso silencio.

-¿Crees que ella haría eso?

-No veo porque no. Parecían llevarse bien en esas pocas interacciones que las vimos tener en el futuro.

Eso les recordó a todos que en ese futuro ella y Daemon se casarían y los dejo preguntándose si, si se presentan las circunstancias, también lo harían en esta línea de tiempo.

Baela, Rhaena, Jace y Luke no estaban seguros de como sentirse con esa idea, sobre todo porque parecía que habían sido felices en los años previos a la guerra, o eso pensaban basándose en como interactuaban en esas visiones.

-¿Creen que el futuro está escrito en piedra?-. Pregunto Aemond de repente.

-El pasado si, el futuro lo formamos nosotros. Y creo que si queremos evitar el futuro que vimos anoche depende de todos nosotros y que hagamos los cambios necesarios mientras aún estamos a tiempo-. Respondió Jace y los chicos aprovecharon ese tiempo antes de que alguien fuera a buscarlos para conocerse mejor y formar vínculos.

Sin saberlo estaban dando un importante paso para mejorar su futuro.

Alicent y Criston

Alicent paso toda la noche pensando en lo que le dijo Rhaenyra, una parte de ella pensaba que tenía razón sobre lo que dijo sobre el rencor, pero tenía miedo de dejar ir ese rencor, finalmente se convenció de hacerlo poco a poco porque temía que por ese rencor terminara condenando a sus hijos a una guerra, pero no quería ver que se hiciera realidad el futuro que todos vieron en las llamas.

De eso se encontraba hablando en ese momento con Ser Criston.

-Mira lo que nos ha hecho el rencor, nos ha amargado, nos hemos desquitado con niños inocentes, vimos que podría llevarnos a la destrucción. ¿No cree que sea hora de seguir adelante?

-No me importa si fue a propósito o no, ella nos hizo mucho mal.

-¿En verdad cree que es sano aferrarte a ese rencor, a esa negatividad durante tanto tiempo?

Criston trago. –No.

-Tal vez hay que intentar dejar ir todo eso y seguir adelante. Dudo que nos dé peores resultados.

Ambos soltaron una pequeña risa sin alegría.

-Escuche que su padre fue despedido de su puesto esta mañana.

-Después de lo que vimos en las llamas no me sorprende. Viserys parece muy empeñado en ser sucedido por Rhaenyra y se confirmó que si quiere eso no puede confiar en mi padre.

-¿Cree que me echen de la Guardia Real?

-Hare lo que pueda para que no, pero si sigues sosteniendo ese odio hacia Rhaenyra no sé cuánto podre ayudarte.

-Dejar ir algo a lo que uno se ha aferrado durante tanto tiempo no es fácil.

-No puede hacer daño intentar.

Rhaenyra y Daemon

-Tu padre me pidió que aceptara volver a King’s Landing y ser su Mano. Dijo que necesitaba a su lado a alguien que respetaría sus deseos para la sucesión. Algo me
dice que se avecinan cambios en el Consejo.

-¿Aceptaste?

-Le dije que le daría mi respuesta después del almuerzo. ¿Vos que haras?

-He pensado volver a King’s Landing con mi padre. Si quiero reparar las grietas en la familia no puedo hacerlo desde la distancia.

𝐋𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐂Í𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐃𝐀𝐆𝐀 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora