§ Ø9 § ⚘️ Agradecimiento ⚘️

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Calidez fue todo lo que alguna vez emanaba del corazón de Lujuria durante sus primeros años de vida, ella pensaba que si fuera totalmente amable y fuera alguien cercana a los mortales ella podría simplemente alguien a quien irían por consejos, pero realmente no ocurrió como ella pensaba, todo fue de mal en peor, todos iban para dañarla y acusarla por cosas que no eran hechas por ella, pero cuando sabes que existe el mal, solo sigues a quien esta delante de tuyo para criticar a quien no sabes si es o no el culpable de un acto tan indecente como lo hacían con la pobre de Lujuria, al igual que su progenitor, quien igual sufre de críticas, sin ser quien obliga a los mortales a ser los causantes de dichas acusaciones tan bárbaras de tales actos tan banales como mortales.

— Eres nueva, ya no eres solo la diosa de la lujuria mi niña

Esa voz dulce y susurrante llena el vacío en el cual se encuentra la pequeña Lujuria, sola triste, desconsolada por no poder ser como ella creía que debía ser, esperaba con cada fuera de su ser, poder ser alguien tan amada que no habría porque odiarle por hacer su deber, su razón de vida.

— Duele

Confiesa la joven yacente en el suelo con los ojos cerrados por la impotencia y debilidad de su cuerpo por todo el dolor y el ardor en su piel.

— Lo sé pequeña...pronto dejará de doler...

Aquellas palabras no la tranquilizarnos, solo ayudaron a que el dolor, el ardor y la incomodidad de estar en su propia piel fuera incrementando a gran escala.

— Pronto podrás hacer lo que más desea tu corazón, ser cruel, despiada, humillar a quien desees aun siendo capaz de dar amor y consuelo a todo aquel a quien tú lo desees, eres y siempre serás Lujuria la gran diosa de la Lujuria, con bella sin igual, ni afrodita llega a alcanzar tal belleza, tus estrategias superan a las de Athenea, eres capaz de todo lo que te propongas mi bella hija.... despierta

Con aquella última palabra, Lujuria abrió sus ojos, tomo una gran bocanada de aire y comenzó a arañar su propia pie, arrancando pedazos de esta dejando ver una nueva piel, una piel rosada por la novedad y pureza en ella, tal como una serpiente muda de piel, los gritos y la agonía eran evidentes, pero no eran menores a los gritos de aquel sitio, Lujuria gritaba tan fuerte por cada arañazo que ella misma realiza sobre su propia piel, a un nivel tan alto que llenaba de dolor a cualquiera que se encontraba en aquel lugar, todos fueran quienes fueran sufrían el dolor de la joven, tal era el dolor que sus gritos impartían en los demás que inclusive su madre se encuentra en el suelo sucumbiendo ante tal dolor, nadie creería que ella será posible y menos sin poder ver como la estrella de la mañana se encuentra arrodillada pues se encuentran a más de mil metros del suelo donde sus demonios no les es posible ver tal acto de debilidad pues ella es alguien inquebrantable.

Lujuria ahora ella era nueva, era diferente no solo era la simple lujuria pasión carnal que cualquier mortal siente en un momento en el cual el deseo de más llega a ellos, ahora era alguien diferente, era Lujuria, diosa de la belleza, estrategia y la creadora de vida tal como su padre, ahora madre lo hizo en su momento, crear vida es una particularidad familiar tanto que sería extraño que ella no fuera capaz de realizar tal acto tan glorioso.

— Pero que hizo...luce totalmente diferente

— Acabo de darle lo que ella quería, ser mejor que cualquiera...

— Pero yo...yo preferiría estar...

— Ni siquiera lo pienses

— Pero...

— Pero nada, ahora

— Pero...

— Hola

Aquel cambio tan drástico en su tono de voz y el giro dando la espalda por completo a Lujuria la dejo completamente confundida, debido a que su madre jamás dejó una discusión por la mitad debido a algún visitante o intruso en tal sitio.

— En verdad vas a dejar de lado nuestra charla por quien fuera que acaba de...

— Luna debes comportarte

— Bien, por mi haz que llueva aquí dentro y luego que nieve y se congele el lugar si vas a traer a Morfeo aquí para no tener que discutir conmigo

— Yo no lo eh llamado, dime Morfeo que te trae ante mi

— Les doy mis saludos a ambas... igual a ti Mazikeen hija de Lilith, lamento interrumpir lo que sea que ocurre entre ambas

pero me encuentro en busca de mi yelmo de vuelta

— Me encuentro totalmente agradecida por su gran bondad al otorgarme mis nuevas habilidades...pero quisiera ser ...ser espectadora de este nuevo diálogo es posible que...

— Argh, solo no hables mucho, tanta labia suele incomodar

— Bien, porque tendrías el yelmo de Morfeo

— Yo no lo tengo

— Claro, como si...lo lamento, porque me disculpe contigo

— Porque estas en el tiempo de agradecimiento, dura unas horas... Descuida dudo que te duela mucho agradecerme dejarte vivir

— Pero no sabes quién lo tiene...podría tenerlo alguno de...

— De ser de esa forma invito a Lord Morfeo a buscar cual de todos los demonios lo tiene...me ofrezco a ayudar, pero no terminaríamos nunca a pesar de los cuatro y el cuervo ayudaremos

— No hace falta...tengo mi arena

— Como se dice

— Mmmh... gracias por la información, fuiste más especifica que otras personas...no hablo de usted

— Eso espero...

— Sabes que habla de las hermanas no es así

— No soy idiota, veamos si tu arena te devuelve tu yelmo, de lo contrario te toca buscar entre la multitud

— Yo...pero estaba...como fue...

— Y él cree que fue un buen trato cambiar lo que sea que cambio por el yelmo, porque no busco otra cosa en lugar del yelmo

— Mjm...

La Debilidad De Sandman (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora