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-De verdad estoy bien - Jose les sonrió para darles ánimo a los tres hombres que le miraban atentamente - no es necesario que se queden más tiempo aquí, uno de los sacerdotes de la congregación vendrá a hacerme compañía 

¿-Seguro? Nos podríamos quedar un poco más, comprar comida.  Avísale a Ella - pidió el hombre británica, James. Jose negó con la cabeza, en parte abrumado, en parte avergonzado de haber sido tan tonto como para dejarse golpear por alguien 

-De verdad no es necesario - insistió él, tenía ganas de ver a esa chica Ella, pero no lo iba a admitir, quería conversar más con Will, pero tampoco es que se lo fuese a decir por qué no entendía el porqué 

-Está bien, si mañana venimos a visitarte?-pregunto Will, que por lo que Jose entendía era el hijo de James, ellos eran muy parecidos físicamente e igual de amables 

-Maria esta a punto de llegar cenar - dijo Rodrigo, refiriéndose a su hija, Jose asintió con la cabeza de acuerdo 

-He dejado indicaciones a los doctores, estarás bien -James señalo, Rodrigo le dijo adíos desde la puerta y Will le apretó el hombro con amabilidad, a Jose le gusto ese toque, pero no dijo nada. 

Nunca lo diría. 

Los vio irse, rezo un poco agradeció a Dios por haberlo salvado y le pidió perdón por haber mentido, nadie iría a ayudarlo, él apenas conocía al resto de la congregación, había batallado para entender sus acentos y sus modos no era lo suficientemente cercano a ninguno para pedirles ningún favor aunque sabía que lo ayudarían sin ningún problema. 

Pero quería estar solo, necesitaba estar solo. Todo había sido demasiado abrumador, la ciudad era demasiado grande, la gente muy grosera, lo habían golpeado y estaba en un hospital que no estaba seguro si podría pagar, quiso levantarse para ir a recepción y pedir su alta, pero cuando se movió le dolieron las costillas, maldijo y no le gusto, pero no tenía otra palabra para describir lo que estaba sintiendo en ese momento. 

Luego estaba ese par de extraños, no estaba seguro si eran propiamente extraños, sus nombres eran Ella Maria y William ambos difierentes y completamente atractivos, no debía de pensar en eso, pero no lo podía evitar y una parte de él no lo quería hacer, le gusto, le gusto pensar en ambos. 

No podía permitirse cosas así, no lo pensaría de nuevo, no los vería otra vez, nunca.



William observo la casa de su padre, era una de esas que solían verse en las películas, con un exterior antiguo con ladrillos rojos y un a cerca de metal color café, con el césped perfectamente recortado y las flores bien ciudades, el interior era moderno de colores blancos y muebles ligeros, minimalista seguramente la palabra adecuada, pero no estaba seguro y no dijo nada.

Las escaleras tenían una alfombra que estaba perfectamente limpia, porque lo obligaron a quitarse los zapatos y ponerse unas pantuflas nuevas cuando entro a la casa, todo estaba tan limpio que le daba un poco de miedo moverse, nunca había sido cuidadoso.

-Tu habitación estará en el segundo piso - le dijo James - tiene balcón y un baño, Ella dejó  sabanas y cobijas nuevas para la cama. También  algo de ropa, más adecuada para el clima 

-No era necesario que gastaran en mí - Will - mucho menos Ella, no tiene ninguna responsabilidad conmigo -dijo un poco a la defensiva

-No es gasto, Ella nunca lo vería así -Rodrigo respondió, Will se había dado cuenta de que a pesar de que el hombre era directo con su hija y al parecer algo duro, siempre saltaba de inmediato a defenderla, le recordó a su madre y quiso llorar 

-Entiendo - respondió, no quería iniciar una discusión o una conversación incómoda, suficientes pensamientos ya tenía en su cabeza, el de verdad quería empezar a tener una relación real con su padre, y evidentemente Rodrigo y Ella venían en el paquete -seguramente es una excelente ropa, Ella estaba bien vestida - dijo estúpidamente 

Rodrigo se rio y James comenzó a sacar ollas de la alacena que estaba pintada de verde profundo, Will nunca había visto ollas tan brillantes y con los mangos dorados 

-La familia de la madre de Ella se dedica a la moda -le explico Rodrigo -tienen algunas tiendas...

James lo interrumpió con una risa, Rodrigo rodó los ojos, pero después sonrió, se acercó a lo hombre y le dio un beso en el cabello.  Will los miro un rato, pero no se dio cuenta de que lo hacía hasta que Rodrigo le dijo:

-Te molesta?-le pregunto a la defensiva, Will comenzó a negar con la cabeza, sintiéndose estúpido y entendiendo al hombre 

-Solo me estoy acostumbrando ... -Comenzó a explicar 

-No te tienes que disculpar -James le hablo con delicadeza, mientras comenzaba a cocinar, miro de manera dura a Rodrigo, quien sus pro y su mirada se suavizó cuando volvió la mirada a Will 

-No era mi intención ser grosero -comenzó a decirle - no podemos esperar que te acostumbres todo tan rápido ... Hablado de eso, necesitas algo? -pregunto, amable y honestamente 

-Podrías indicarme donde está mi habitación, de verdad creo que necesito un baño -le dijo por qué necesitaba tiempo a solas. 

Agradeció el aga caliente, el clima de Londres era desgraciadamente frío. Su habitación era preciosa, con accesorios oscuros y, pero, muebles limpios, la ropa colgada en el armario era de su talla perfectamente, y nunca había sentido tela tan fina entre sus dedos. 

Ella la escogió para ti, le habían dicho y él se imaginó a aquella chica rara y malcriada escogiendo las camisas color verde jade, se la imagino con esas camisas verde jade. 

Sacudió la cabeza, por sus pensamientos absurdos, pero su cuerpo fue más fuerte, movió sus manos de su cabello por su pecho, se imaginó, recordó  las piernas de la muchacha, llego a su cadera y recuerdo como el cabello rizado de Ella se enredaba en el escote, se tocó y se dio placer pensado en la mujer que acababa de conocer, que no era su hermana y eso lo hizo sentirse solo un poco menos culpable. 


Tim la había dejado a unas cuadras de su casa, Ella le había dicho que sus padres necesitaban cosas del supermercado, no era cierto, pero si entro al lugar.  Compro unos cheetos flaming hot y dos chocolates, se los termino antes de recorrer siquiera una calle, guardo con ciudado los empaques en su bolsa y lloro en silencio en par de calles que faltaban a su casa.

El olor a ajo la golpeo cuando entro, dejo los zapatos y se puso sus pantuflas, pensó en la pasta y el pan de ajo, en como su padre le cocino seguramente una porción hecha con crema vegana y que su ensalada no tenía lechuga pero si nueces. No quería comer, si quería comer pero no podía, el vestido a duras penas le había cerrado, no podía comer...

-Te preparé pasta con crema vegana y queso vegano -su padre, James le dijo como saludo y le dio un beso en la cien -espero que te guste, ese queso es raro ...

-Seguramente estará delicioso - ella le sonrió, comería, ya pensaría como arreglarlo 

Le sirvieron una opa de vino tinto para festejar la llegada de Will y ella la bebió con lentitud, el alcohol tampoco era bueno para su peso, estaba pensado en ello, sacando cuentas cuando Will bajo por las escaleras, con la camisa ajustada a su pecho, y el cabello mojado sonrió le había escogido la ropa perfectamente, su sonrisa se borró cuando vio que se había puesto de nuevo los tenis 

-No usamos zapatos en la casa - le dijo 

-Eres asiática? -él preguntó 

-Eres estúpido -ataco ella 

-Ella- le dijo Rodrigo, James se rio 

-Discuten como verdaderos hermanos- dijo el hombre y Will parecio incómodo, la miro un segundo y luego agacho la mirada

-No se vuelve a repetir, lo prometo -le sonrió de manera que se podría considerar coqueta, ella le respondió de la misma manera.






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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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