- ¿Y como te fué con la rubia? - Le pregunté divertida a Hiccup, estabamos en el sótano.- Pues creo que aún quiere matarme.-
Puse mis ojos en blanco.
- ¿Porqué? - Me preguntó divertido.
- Ah, por nada.- Dije sin importancia.
- ¿Y a tí como te va con...Ese chico? - Preguntó.
- Genial. A mi no me quiere matar. - Le regañé.
- No... A ti te van a salir unos cuernitos.-
Abrí mi boca. Maldito castaño.
- ¿Perdón? -
Hiccup lanzó una carcajada melancólica.
- ¿Asi que a mí eh? - Le jugué.- ¿Y que hay de tí? -
- ¿De mí? Nada. Sigo aquí, limpiando un sótano contigo.- Comentó divertido.
- ¿Que me dices cuando Astrid te engañó? ¿Lo recuerdas? Ah no, espera creo que no porque volviste con ella. ¿No? - Me burlé.
Hiccup seguía con su perfecta sonrisa de lado.
- ¿Celosa cariño? - Se acercó peligrosamente a mí.
- No, ¿Y tú? - Le jugué acercandome a él.
- No.-
- Perfecto.- Sonreí.
Estabamos tan cerca que podía sentir su respiración.
Él se mordió lentamente el labio lo que me obligó a mirarlo.
Y como de sorpresa, sus labios se posaron agresibamente sobre los mios. Por la fuerza egercida al besarme, choqué con una de las mesas que había y me subí a ella con la ayuda del castaño.
Joder. Otra vez, besando a Hiccup Haddock con tanta intensidad que me volvía loca. Sus labios eran demaciado adictivos como para negarme.
La desesperación e intesidad del beso me llevó a ir corriendome sobre la mesa tirando al piso todo lo que acababa de acomodar para sostenerme.
Le abrazé del cuello, el me levantó y caminó hasta tal punto de llegar a la cama que había en este lugar.
Trompezé hacia atrás, el castaño se posicionó sobre mi y seguimos besandonos rompiendo aquella pequeña separación de ambos.
El sótano, se convirtió en mi lugar favorito.
- Esto está mal...- Dije en un susurro, pero aúnque lo dije, no dejé de besarlo, él tampoco se detuvo.
Sí, esta mal. Lo sé, lo sabemos, y lo sabe. Él esta con alguien, yo estoy con alguien y esto es demaciado prohibido lo que lo hace aún mas especial.
Desesperados, alocados y saciando nuestra sed con nuestros labios, Hiccup, se quitó la remera dejando en vista su musculoso pecho y siguió besandome.
Yo le abrazé por la espalda acariciandolo. Nuestras respiraciones aumentaban a cada segundo y todo lo que hacíamos era en busca de algo que los dos queríamos.
Sentir a alguien que antes odiaba tanto, sentir sus calidos y perfectos labios sobre mi, como a él era perfecto.
Él comenzó a darme caricias en cada parte no cubierta de mi cuerpo, respiraba con profundidad.
Buscabamos algo que sabía que haríamos.
(...)
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"Rebeldes 2" ¡Que empieze el juego! Hiccelsa
Diversos- ¿Celosa Cariño? - - No ¿Y tú? - - No. - - Perfecto.- Hablábamos justo antes de besarnos.