Parte 24 - Romance2

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- ¿Y como te fué con la rubia? - Le pregunté divertida a Hiccup, estabamos en el sótano.

- Pues creo que aún quiere matarme.-

Puse mis ojos en blanco.

- ¿Porqué? - Me preguntó divertido.

- Ah, por nada.- Dije sin importancia.

- ¿Y a tí como te va con...Ese chico? - Preguntó.

- Genial. A mi no me quiere matar. - Le regañé.

- No... A ti te van a salir unos cuernitos.-

Abrí mi boca. Maldito castaño.

- ¿Perdón? -

Hiccup lanzó una carcajada melancólica.

- ¿Asi que a mí eh? - Le jugué.- ¿Y que hay de tí? -

- ¿De mí? Nada. Sigo aquí, limpiando un sótano contigo.- Comentó divertido.

- ¿Que me dices cuando Astrid te engañó? ¿Lo recuerdas? Ah no, espera creo que no porque volviste con ella. ¿No? - Me burlé.

Hiccup seguía con su perfecta sonrisa de lado.

- ¿Celosa cariño? - Se acercó peligrosamente a mí.

- No, ¿Y tú? - Le jugué acercandome a él.

- No.-

- Perfecto.- Sonreí.

Estabamos tan cerca que podía sentir su respiración.

Él se mordió lentamente el labio lo que me obligó a mirarlo.

Y como de sorpresa, sus labios se posaron agresibamente sobre los mios. Por la fuerza egercida al besarme, choqué con una de las mesas que había y me subí a ella con la ayuda del castaño.

Joder. Otra vez, besando a Hiccup Haddock con tanta intensidad que me volvía loca. Sus labios eran demaciado adictivos como para negarme.

La desesperación e intesidad del beso me llevó a ir corriendome sobre la mesa tirando al piso todo lo que acababa de acomodar para sostenerme.

Le abrazé del cuello, el me levantó y caminó hasta tal punto de llegar a la cama que había en este lugar.

Trompezé hacia atrás, el castaño se posicionó sobre mi y seguimos besandonos rompiendo aquella pequeña separación de ambos.

El sótano, se convirtió en mi lugar favorito.

- Esto está mal...- Dije en un susurro, pero aúnque lo dije, no dejé de besarlo, él tampoco se detuvo.

Sí, esta mal. Lo sé, lo sabemos, y lo sabe. Él esta con alguien, yo estoy con alguien y esto es demaciado prohibido lo que lo hace aún mas especial.

Desesperados, alocados y saciando nuestra sed con nuestros labios, Hiccup, se quitó la remera dejando en vista su musculoso pecho y siguió besandome.

Yo le abrazé por la espalda acariciandolo. Nuestras respiraciones aumentaban a cada segundo y todo lo que hacíamos era en busca de algo que los dos queríamos.

Sentir a alguien que antes odiaba tanto, sentir sus calidos y perfectos labios sobre mi, como a él era perfecto.

Él comenzó a darme caricias en cada parte no cubierta de mi cuerpo, respiraba con profundidad.

Buscabamos algo que sabía que haríamos.

(...)

"Rebeldes 2" ¡Que empieze el juego! HiccelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora