꙳ ﹡ ⛧ capitulo 13

1.1K 125 36
                                    

Las puntas de sus pies se alzaron en cuanto la música comenzó a sonar en el pent-house de la morena. Amity levanto sus manos mirándose en el espejo de la sala, una música sonaba de fondo, una coreografía artística y suave que estaba envolviendo a Luz desde el sofá.

Bebía lentamente de su copa de vino mientras sus ojos oscuros no se apartaban de Amity, cada movimiento que hacia la pelimorada era digno de apreciar, y Luz se sentía complacida de ser quien pueda ver a aquel ángel bailar frente a ella.

Se levantó del sofá y se acercó a Amity para tomar sus brazos, la pelimorada comenzó una danza junto al demonio, siendo cargada por este y alzando en el aire como una suave pluma. Sus pies regresaron al suelo, Amity rodea sus hombros y tras un pequeño silencio, se inclina hacia atrás para dar vueltas.

Luz termina tomando sus dedos y la acerca rozando sus labios, Amity respiraba pesada sobre su boca, mirando sus ojos tan profundos y que lograban cavar en lo más adentro de su cuerpo.

Se alejó cuando la canción finalizo y así acabar alzando su pierna y su mano tocando el hombro de Luz.

—Perfecto. —musito el demonio.

Amity regreso a su postura.

—¿Ya puedo ir con el lago de los cisnes? —cuestiono.

—Sí, pero quiero que uses el traje especial. —le pide.

—¿Cuál de los dos?

—El negro, quiero ver una cosa mientras bailar.

Amity mordió su labio y asintió. Luz regreso al sofá para servirse un poco más de vino mientras Amity se cambiaba en su habitación. A pesar de que todo este "normal" entre ambos, Luz se sentía extrañamente inquieta, las voces en su cabeza eran más fuertes cada día que pasaba, las cadenas que logro liberar en el pasado, parecían volver.

Los días eran más nublados, Amity era su única compañía en su apartamento, la única que podía hacerle sentir como alguien normal, y no como un monstruo. Se había estado cuestionando mucho tiempo sobre esto, y estaba más que decidido en que no quería regresar a su mundo, no quería formar parte del ejercito de su padre y estar encadenado al sufrimiento.

Amaba ser libre, amaba respirar el aire de la tierra, aun con sus cuantas contaminaciones, amaba sentir la nieve fría sobre su cálida piel, amaba la noche alumbrada de Brooklyn, amaba el vino y la cerveza.

Pero más que todo, amaba despertar y ver a Amity permanecer todavía con ella, pasar sus noches con aquella humana que de alguna manera parecía indiferente al hecho de estar con la princesa del inframundo. Amity era tan diferente y eso de alguna manera la volvía loca.

Pero a pesar de todo eso, ella estaba consciente que tarde o temprano tendría que regresar, que su tiempo se acabaría y tendría que volver a donde menos era feliz.

¿Qué pasaría con Amity? ¿De verdad quedaría en su mente como un mal sueño? ¿Tendría que borrarle la memoria para que no doliese más? De solo pensar eso la ponía de mal humor.

Amity regreso a la sala con el traje que usaría en el recital, tenía unos pantalones negros, una camisa semi transparente y una delgada tela negra brillante a su alrededor, los pantalones tenían pequeños detalles como plumas negras decorando todo su borde.

Luz la miro de arriba abajo sorprendida ante lo bien que se veía con ese traje.

—¿Empiezo yo o...?

—Lago de los cisnes, opera 20. —ordeno— Inicia.

Amity asintió, Luz coloco la música en el reproductor. La pelimorada comenzó su danza ante el suave y mágico sonido de la sinfonía, Luz la miraba atenta, dándose cuenta que seguía faltando algo, pero no sabía que era.

Illecebra ✠ lumityWhere stories live. Discover now