Dimensiones perdidas - MDZS reacciona

Una verdad nunca antes escuchada

Nota del autor:

¡Hola a todos! Perdón por el largo descanso, pero me acabo de mudar a tres horas de casa para vivir en la universidad y es tan raro.

Sin embargo, la buena noticia es que mi calendario académico me ayuda mucho a escribir, ¡así que mis actualizaciones deberían comenzar a llegar a tiempo una vez más!

Hoy es un capítulo corto, que explora la dinámica entre Jiang Cheng, Wei Wuxian y Madame Yu.

Espero que la próxima reacción sea la siguiente canción del personaje de Lan Wangji, ¡así que espero que la esperen con ansias cuando salga!

*
*
*
*

Antes...

Como era de esperar, la mujer arremetió con saña, abofeteando duramente a su hijo antes de volverse contra Wei Wuxian.

"Yo no lo tocaría si fuera tú, madre. Él es la única razón por la que todavía soy capaz de cultivar".

******

Madame Yu se detuvo, sus pasos vacilaron por la conmoción que le produjo tal afirmación.

"¡Jiang Cheng!" Wei Wuxian siseó, y su mano se acercó para revisar el rostro de su hermano mientras intentaba evitar que este dijera algo más.

Al parecer, su hermano menor era tan terco como siempre y no hizo caso a Wei Wuxian, sus ojos se entrecerraron mientras se volvía a mirar a su madre.

"Como he dicho, madre, Wei Wuxian es la única razón por la que todavía lo tengo en pie. Él es la única razón por la que soy el líder de la Secta Jiang. Él es la única razón por la que no te seguí con mi muerte solo unos días después de tu propio fallecimiento". Jiang Wanyin declaró con hechos, su tono orgulloso y confiado, como si no estuviera anunciando sus propias debilidades a una multitud de pasados y futuros Líderes de Secta.

Jiang Wanyin ignoró la mirada de asombro de su hermano, sintiendo una ligera diversión y arrepentimiento en respuesta a esa expresión.

Tal vez debería haber dicho estas cosas antes, quizá hubiera facilitado su reconciliación. Sin embargo, no pudo evitar el sentimiento de satisfacción que le recorrió el pecho tras ver la cara enrojecida de su madre.

Estaba furiosa, avergonzada y quizás hasta resentida por el hecho de que el hombre al que siempre había llamado inútil y patético había sido el responsable de la supervivencia de su hijo.

Fue sabiendo esto, viendo esto, que Jiang Wanyin pudo finalmente permitirse admitir a sí mismo que su madre nunca había sido un ejemplo justo de persona amable y buena.

Se escondió en su resentimiento, su ira y su amargura. Permitió que esta cubriera y absorbiera cualquier emoción positiva que sintiera.

Era una pesimista tanto de corazón como de cabeza, por lo que su amor por su hijo y su hija siempre estaría por encima de su odio hacia Wei Wuxian y su madre.

"Por lo tanto, madre, ya no tienes motivos para estar amargada o encontrar defectos en mi hermano". Anunció Jiang Wanyin, sus palabras eran lo suficientemente claras como para escuchar la finalidad de las mismas.

Miró hacia su yo más joven, encontrando una expresión de miedo en el rostro del muchacho.

No era inesperado, ya que Jiang Wanyin, a la edad de quince años, ignoraba por completo cualquier otro temor que no fuera el de decepcionar a sus padres. Y, sin embargo, con casi cuarenta años, Jiang Wanyin había perdido a su familia, había sido la razón por la que su hermano había sido abandonado y se había suicidado, y todavía lo creía tan firmemente que podían reconciliarse y dejar atrás el pasado.