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Jake estaba acomodando los libros que
iba a necesitar llevarse para estudiar, la mayoría eran libros pesados de muchísimas páginas. Pero prácticamente ya tenía sus materias ganadas, siempre entregaba todo
en tiempo y forma, participaba mucho y tenía puntos extra en todas y cada una de clases, economía la podía pasar con los puntos de ayuda por su servicio comunitario ayudando a niños sin recursos a estudiar lo básico.

Se sentó con cuidado en el sofá del lugar, cerró los ojos al sentir una pulsada en su parte baja. Pero tampoco se arrepentía mucho de lo que pasó ayer, habían sido varias rondas y esperaba que pudieran haber sido más pero realmente estaba cansado. Sunghoon lo había acabado, casi literalmente.

No se podía concentrar en los textos de los libros, los recuerdos de esa habitación de hotel inundaban su mente de una manera abrumadora, distrayendo su concentración en otra cosa que en lo que realmente necesitaba. Cerró el libro frente suyo y lo dejó junto a los demás.

Pasó sus manos por su rostro y dejó caer su cara hacia atrás. Tenía los ojos cerrados y los labios fruncidos por la frustración, no tener el control de lo que sucedía lo enojaba y alteraba.

Se dispuso a salir de la biblioteca sin ninguno de los libros, luego podría volver por ellos, tal vez cuando su mente por fin le deje derecordar lo que pasó en el hotel. Fue a los baños más cercanos y entró, sin darse cuenta de que Sunghoon lo seguía por detrás.

Jake se echó agua en el rostro y se golpeó un poco las mejillas, abrió los ojos cuando sus manos sacaron el agua en ellos y gritó un poco por el susto

- ¡Tú puta verga, Sunghoon!- exclamó el pelinegro

Sunghoon estaba al lado de la puerta mirándolo fijamente, como un depredador mirando a su indefensa y deliciosa presa. Pero la diferencia era que Sunghoon ya se habia comida a Jake, y queria probar y experimentar más con cada rincón que no haya sido tocado por sus grandes manos. Aprenderse de memoria cada una de las partes más sensibles del pequeño atleta, grabar en su mente cada uno de sus sonidos y muecas cuando su pene estuviera dentro suyo, haciéndose espacio entre sus cálidas paredes.

-Hyung, hay que hacerlo - soltó sin más.

Jake frunció el ceño confundido, no
estaba entendiendo la situación.

- ¿Hacer qué? - preguntó mientras arreglaba su cabello.

- Hay que tener sexo, aquí y ahora.

Jake abrió los ojos lo más que pudo por la sorpresa, corrió hacia el alto y le tapó la boca - Guarda silencio maldito idiota, alguien podría escucharte y nos meterás en problemas - Jake lo fulminó con la mirada.

Sunghoon le apartó la mano con algo de brusquedad e iba a decir algo, hasta que una de las puertas de los cubiculos se abrió y de ahí salió Niki, con un rostro como piedra mientras los miraba.

Jake se mordió la lengua para no comenzar a fulminar y contó hasta diez en su mente, por suerte Niki seguía en un pequeño estado de shock.

- Tapa la puerta Sunghoon, tengo asuntos que arreglar - Jake se alejó de él y se acercó a Niki, sacando su billetera.

Sunghoon fue hasta la puerta y siguió la indicación de Jake, mientras tanto veía a los dos hermanos hablar y a Jake
señalarlo con uno de sus dedos como si
estuviera recriminando su actitud o palabras. Después de unos segundos Niki sonrió y Jake sacó unos billetes y se los entregó al menor, se dieron las manos cerrando el intercambio y Jake le hizo una señal para que dejara el camino libre.

Niki se apresuró en salir con el dinero en la mano, Jake dejó salir un suspiro pesado y luego dirigió su mirada a la suya, sus ojos entrecerrados casi sacando llamas de la ira al observarlo. Se acercó y le agarró la oreja
jalandola.- iAy, hyung! - protestó Sunghoon sintiendo los violentos tirones.

- No vuelvas a hacer algo así de arriesgado y menos en la escuela, puede que en la siguiente no sea Niki el que nos escuche. ¿Entendido?

Sunghoon asintió y en cuanto Jake soltó su roja oreja dirigió su mano a esta, acariciando hasta disipar un poco el dolor. Su mirada cayó en la del pequeño pelinegro, se estaba divirtiendo de su pequeña travesura.

Esto no se quedaría asi, lo tendría que castigar para que aprenda a respetar a alguien más fuerte y que lo hace gemir como una gata en celo.

Antes de salir, Jake dejó un pico sobre sus labios y una caricia sobre su oído.

Bueno, puede que la reprimenda pueda esperar hasta que baje de su nube.

𝘉𝘢𝘥 𝘉𝘰𝘺 ☘︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora