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Taehyung

Jimin ha estado gritando en mi oído durante la última media hora y mis nervios están tan agotados por lo que
estamos presenciando que apenas soy capaz de oír algo. Sólo mi corazón. Latiendo cómo loco en mí cabeza mientras los dos peleadores están en el ring embistiéndose uno contra otro, ambos alfas iguales en altura y peso, ambos extremadamente musculosos mientras atacan la cara del oponente.
Cada vez que uno de ellos aterriza un golpe, gritos y aplausos estallan en el lugar, el cual está lleno de gente con al menos trescientos espectadores, todos sedientos de sangre. La peor parte de todo es que puedo escuchar el espantoso sonido de los huesos craqueando contra la carne, y los vellos de mis brazos se erizan del miedo. En cualquier momento espero que uno de ellos caiga y nunca, nunca, se levante de nuevo.

—¡Tae! —grita Jimin, mi mejor amigo, y me abraza—. Parece que estás a punto de vomitar, ¡no estás hecho para esto!

En serio, voy a matarlo.

Tan pronto como aparte los ojos de estos hombres y me asegure de sigan respirando cuando termine la ronda, voy a matar sin piedad a mi mejor amigo. Y luego a mí mismo por acceder a venir.

Pero mi pobre y querido Jimin tiene una nueva obsesión. Así que cuando se enteró de que el objeto de sus fantasías nocturnas estaría en la ciudad participando en este «privado» y muy «peligroso» club clandestinode lucha, me rogó venir con él y verlo. Es difícil decirle que no a Jimin.
Es efusiva e insistente, y ahora está saltando de alegría

—Es el siguiente —dice entre dientes, sin importarle quién ganó esta última ronda o si sobrevivieron. Que al parecer, gracias a Dios, los dos lo
hicieron—. ¡Prepárate para ver un verdadero hombre, Tae!

El público se queda en silencio, y el locutor dice—: Damas y caballeros, y ahoraaaaa… el momento que todos habían estado esperando, el hombre por el que todos están aquí. El más malo de los malos, les presento, al único, ¡Jeon “Riptide” Jungkook!

Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando la multitud enloquece
sólo por el nombre, especialmente los omegas , y sus gritos ansiosos caen
uno sobre el otro.

—¡Riptide! ¡Te amo, Riptide!

—¡Quiero chuparte la polla,Riptide!

—¡JUNGKOOK, APOREAME, RIPTIDE!

—¡Jungkook quiero tu Riptide!

Todas las cabezas se giran cuando una figura con capucha y capa roja trota hacia el ring. Los peleadores esta noche, aparentemente, no usan guantes de boxeo, y veo sus dedos flexionarse y cerrarse en puños a sus costados, sus manos enormes y bronceadas, sus dedos largos.

Al otro lado del ring, una mujer agita en el aire un cartel que dice:«PERRA #1 DE JUNGKOOK » con orgullo, y grita al tope de sus pulmones en su dirección—supongo que es en caso de que él no sepa leer o que no vea las letras rosa neón o el brillo.

Estoy sorprendido, comprendiendo que mi loco mejor amigo no es el único en Seattle qué aparentemente ha perdido la cabeza por este tipo, cuando siento que él aprieta mi brazo. —Te reto a que lo mires y me digas que no harías todo por ese hombre.

—No haría nada por ese hombre —repito instantáneamente, sólo para ganar.

—¡No estás mirando! —grita—. Míralo. Míralo.

Toma mi cara y balancea mi mirada en la dirección del ring, pero comienzo a reír en su lugar. Jimin ama a los hombres en especial a los alfa. Ama acostarse con ellos, acosarlos, babear por ellos, y cuando los atrapa, nunca puedequedarse demasiado tiempo a su lado. Yo, por otro lado, no estoy
interesado en involucrarme con nadie.
No cuando mi romántico hermano menor, Soobin, ha tenido suficientes novios y drama para los dos.

Real- kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora