4.- 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗜𝗻𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗹𝗲𝘀

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente.

Cuando el nerviosismo de Quackity se calmó un poco pudo ver que el lugar estaba diseñado con buen gusto. Entre las paredes de colores suaves había una docena de mesas bajitas con sillas de colores y dos enormes árboles para gatos. Sus bandejas con arena estaban bajo las bancas, lejos de los recipientes con comida.

Yumi le explicó con precisión nipona todas las tareas que debía realizar cada tarde, antes de la llegada de los clientes para la comodidad de los chicos.

— Además de limpiar sus areneros y ponerles comida dos veces cada tarde no necesitarán nada más de ti.
Aunque estén aquí son muy independientes, ¿Sabes?, Tu misión será sobre todo servir a los humanos — Su voz tembló un poco, tal vez por la risita que pareció contener debido a su propio comentario. — Ya sabes, recibirlos, explicarles como comportarse con los gatos, preparar cafés con bigotes… También tenemos recuerdos a la venta en la vitrina al lado de la barra —.

Quackity levantó la cabeza para observar la selección de gadgets: tazas con el emblema del local, dijes gatunos, portavasos con forma de pata y otras inutilidades a su parecer, aunque siendo sinceros uno de los dijes le había hecho sonreír un poco.
No le dió mucha importancia a eso cuando Yumi volvió a hablar.

— Ya que vas a trabajar con ellos, ha llegado la hora de las presentaciones. Como a Capuccino ya lo conoces, quiero que conozcas a este señor de ahí arriba. —

En lo alto del árbol artificial más apartado de la calle había una plataforma con dos ejemplares durmiendo: un gato enorme tenía acoplado en cuchara a otro ejemplar rojizo de menor tamaño.

Parecen alfombras en vez de gatos, pensó Quackity con diversión.

— Ese gigante blanco es Chan, nuestro maestro zen. Es bastante mayor y verás que le falta un ojo. No sabemos cuál es su historia, pero todos los gatos se pelean por acostarse con él. Lo único es que se vuelve un poco loco en la luna llena… — agregó Yumi, parecía pensativa.

— ¿Qué quieres decir con que se vuelve loco? — Preguntó Quackity algo angustiado mirando aquella gran masa de pelo.

— Oh, nada serio. Empieza a merodear maullando como si hubiera perdido algo. — Quackity asintió aún sintiéndose intranquilo. — El más huidizo es el que duerme con él, esa bola de pelo roja se llama Licor que aún es un bebé, todavía no tiene ni medio año. Le encanta escaparse y crear problemas, cada vez que intentes tocarlo, saldrá a la carrera aunque tampoco es que pueda irse muy lejos… —

Me abstendré mucho de tocarlo, se dijo Quackity asimismo mientras daba un brinco en su lugar, sobresaltado porque algo suave le estaba rozando su tobillo justo ahora. Juraba por la virgencita que estaba por soltarse a llorar en cualquier momento por la presión que estaba poniendo en sí mismo para no huir del lugar así sin más. Dándose ánimos se giró con rapidez pero no vio nada.

𝙉𝙚𝙠𝙤 𝘾𝙖𝙛𝙚́ [𝙌𝙪𝙖𝙘𝙠𝙞𝙩𝙮 𝙛𝙖𝙣𝙛𝙞𝙘/𝙇𝙪𝙘𝙠𝙞𝙩𝙮]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora