Sweet spell

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Helada noche al final de octubre, perfecta para una fiesta de máscaras celebrando halloween, en esa enorme mansión repleta de luces, decoraciones, bocadillos, bebida y personas alocadas moviendo sus cuerpos al caluroso ritmo de la música, la única regla "nadie debe quitarse la máscara"

—Dijiste que tu madre iba a comprometerse pronto—

—Ni me lo recuerdes, dijo que quería presentarme pronto al pesado hijo de su novio...tiene mi edad—

—Seguro será divertido tener un hermanastro—

—Sí cómo no...hoy solo quiero beber y bailar—

—A lo mejor perderte el respeto con alguno de esos chicos—

—¿Pues de que me viste cara?—

—Deja de ser una ñoña Song Ji, diviértete una vez en la vida—

Y las brujas me dejaron ahí a lado de la mesa de bocadillos para ir a bailar/fajar con sus respectivos novios; probablemente tenían razón pero yo no podía simplemente perderme el respeto con cualquiera como ellas decían, era demasiado mojigata para eso

—¿No es el chiste de estas fiestas estar allá bailando y no aquí parada como decoración?—

—¿Esa es tu idea de coqueteo?—

—Al menos insinué que eres muy bella ¿Eso no contó?—

—¿Cómo sabrías si lo soy cuando llevo una máscara?—

Todo lo que hizo fue soltar una risilla resignada, no podía discutirme ese argumento pero al menos había logrado qué me interesara en esa breve charla

—Te diré que, baila conmigo, dejando a un lado todo ese asunto de la apariencia, solo baila conmigo, es mejor que estar aquí— tendió su mano para mí y como si fuera impulsada por los comentarios de mis amigas accedí

Las reglas de la fiesta decían que esa noche éramos los disfraces qué usábamos, yo era un hada y él era el fantasma, solo así sin nombres sin rostros, un montón de extraños bailando en ese lugar, y de pronto todo dejó de importarme, mi cuerpo pareció flotar al ritmo de la música y mi mirada se perdía en su sonrisa, luego bebida tras bebida y nuevas pistas de baile nos llevaron a un momento más tranquilo, una balada lenta; sentí sus brazos alrededor de mi cintura y no me negué, le eché mis brazos sobre los hombros y me acerqué más a él, el aroma de su perfume llenó mi mente entre todo lo que pasaba ahí yo solo podía verlo a él y sus ojos parecían querer ver a través de mi antifaz, pero yo no me sentía incómoda, al contrario quería acercarme incluso más

Pronto sus labios tocaron los míos muy ligeramente, casi con temor pero yo no lo rechacé, respondí al beso dejándome llevar, disfrutando de esa suave boca que amenazaba con robarme el aliento, poco a poco el beso se volvió hambriento, lujurioso, y sentí sus manos bajando por mis caderas

Me aparté entonces pero no dije nada más, solo lo tomé de la mano para alejarnos del lugar, aunque tampoco fue que lo obligara, él parecía muy cómodo yendo detrás de mí, al llegar al pasillo él tomó la delantera y abrió la primera puerta qué encontró, era una habitación pequeña pero no puse atención, solo cerré la puerta tras de mí y me fui encima de él nuevamente a besar sus labios dejando que sus manos volvieran a mis caderas

Puse mis manos sobre su pecho y empecé a abrir su camisa —hey parece que llevas prisa nena—

—¿Estás diciendo que no quieres?—

—Estoy diciendo que me encanta preciosa—

Sonreí y no perdí tiempo para deshacerme de la prenda, sus hombros anchos se presentaron ahora desnudos ante mí, el tatuaje de las rosas me volvió loca y mientras mis manos recorrían su piel desnuda, las suyas se apresuraron a abrir mi vestido

La única prenda en ambos cuerpos seguía siendo la máscara y la mantuvimos como tal mientras llegábamos a la cama y sus besos bajaban por mi cuello hacia mis pechos, ahora con su cuerpo sobre el mío no había nada que yo deseara más que seguir sintiendole, el tacto de sus manos parecía quemar en mi piel y las mías no podían quedarse quietas, bajé hasta poder sentirlo despierto, completamente listo para mí y no pude evitar separar mis piernas para él

—No hay vuelta atrás—

—Hazlo ya, mi cuerpo quema—

Recibirlo en mi interior fue una fiesta de sensaciones, no era virgen pero tampoco lo contrario, poco a poco el roce de su miembro en mi interior dejó de arder y comenzó a ser placentero, tanto que mi voz se alzaba en vergonzosos gemidos, la suerte qué tenía de que la música en la fiesta fuera estridente

Sus labios volvieron a mi boca callandome con besos y mis manos paseaban por su espalda, podría jurar que lo escuché gruñir cuando se alejó de mis labios

—Estás volviéndome loco— susurró sobre mi oído entre jadeos qué jamás había escuchado de un hombre

Algo se apoderó de mí y puse mis manos contra su pecho, lo empujé para hacer que se alejara y poder tenerlo de espaldas en la cama, me subí a horcajadas sobre su cuerpo y me senté sobre su pelvis haciendo que su miembro me invadiera por completo de nuevo —Tú ya me has vuelto loca— apoyando las manos sobre su abdomen empecé a moverme en círculos al inicio solo un momento antes de empezar a subir y bajar sobre su miembro

Sus manos pasearon por mi piel acariciando mis caderas, subiendo poco a poco hasta detenerse en mis pechos y lo dejé apretarlos y frotarlos como quisiera. Ambos cuerpos estaban cubiertos por una ligera capa de sudor, mi cabello cayó como hebras líquidas a los lados cuando me incliné a besarlo de nuevo y nuestras lenguas se enfrascaron en una lucha de poder que nadie parecía querer perder

Pronto se irguió para quedar sentado en la cama conmigo encima y me tomó por el trasero para hacerme subir y bajar de forma más brusca sobre su miembro y de nuevo tuvo que callarme con sus labios mientras mis manos se aferraban a su espalda dejando caminos rojos en ella con mis uñas cuando lo sentí llegando junto a mí al orgasmo

Cuando desperté unas horas más tarde estaba sola en la habitación, salí tras vestirme pero la fiesta casi había terminado y no volví a verlo...

—Entonces ¿Será qué si llega para el desayuno o mejor lo esperamos para la comida?—

—Ji, deja de ser tan antipática seguro se le atravesó algo—

—Descuida querida, mi hijo es desobligado e impuntual—

—Espero que no hablen de mí—

—Junmyeon, ya era hora que aparecieras mocoso—

De inicio rodé los ojos con fastidio pero al apartar la mirada de mi móvil y tener al patancito en mi campo de visión casi sentí que me ahogaba en mi propia saliva, él usaba una camiseta con las mangas cortadas y en su hombro se asomaba el inicio de un tatuaje...rosas

—Vamos papá también te ibas de fiesta a mi edad, anoche en esa fiesta de halloween...bailé demasiado, con una hermosa hada—

Entonces en definitiva se me atoró la tostada que acababa de morder de puros nervios y tosí un par de veces

—Ji querida, sé más cuidadosa al comer— acotó mi madre entregándome un vaso con jugo

—Así que tú eres mi nueva hermanita, mucho gusto— y me sonrió de tal manera que no lo creí posible —supongo que tu entiendes lo que es irse de fiesta—

"No puede ser, este patán sabe quien soy y encima se convertirá en mi hermanastro...estoy muerta"

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