Lujuria: The Lust

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La noche es lenta como el dolor en su pecho que persiste en quedarse allí sin importar cuántos tragos de whisky beba. La ebriedad no lo rescata de la realidad y por más que beba sigue estando en el mismo sitio donde todo es un caos.

Sentado en un pequeño sofá, sus brazos cuelgan de los apoyabrazos y en un mano puede sostener aquel vaso de whisky vacío sin una gota de este líquido que hace maravillas cuando se encuentra triste pero esta vez no surge efecto.

Su cabeza esta hacia abajo mientras sus ojos cerrados son ocultos por los mechones de su cabello azabache que cae en su frente y solo puede ocultar su otro rostro melancólico. El que le provoca pena enseñar.

Su vaso cae de su mano cuando su mirada se mueve hacia el fuego de su chimenea y puede apreciar que dos llamas bailan entre ellas. Se tocan, se acarician y se abrazan prometiendo no soltarse jamás.

Le muestran a Lujuria el futuro de sus próximos días pero el azabache no tiene idea lo que las llamas le explican hasta que el sonido de pisadas que se adentran en su casa arruinada y hecha un desastre de objetos rotos en el suelo de madera pero también algunos cuadros destrozados.

Todo era un completo desastre ante los ojos de ese rubio. Jarrones antiguos, cuadros, muebles, sillas y luego Jeongguk, todo era completo desastre roto desde todos los puntos de vista posible.

La puerta de la casa se encontraba abierta porque algo de en el intuía que ese humano podía seguirlo. Nada acabó en esa cena todavía.

Tragó duro cuando los pasos lentos de ese rubio se adentraron aún más en la casa y se aproximó al sofá dónde no se movió ni un segundo para observarlo.

La distancia volvió más estrecha y Jimin se colocó de cuclillas para luego apoyar sus manos sobre las rodillas de Jeongguk, intentando observar su rostro detrás de todos esos mechones que ocultaban sus lindos ojos.

¿Por qué te comportas de esa manera con mi ex-esposo? Creí que serías diferente, un hombre diferente a mi ex-esposo.

El susurro bajo de Jimin tiene pinchos porque cada palabra que le dice lastima su corazón ilusionado.

Las llamas del fuego se elevan y es mucho intenso como el calor de este es extraño pero abundante porque puede captar la atención del rubio, quien le echa un vistazo rápido y luego sus labios se separan un poco asombrado.

Pero su mirada regresa a Jeongguk cuando este tiene valor para platicar después de todo el dolor con el que carga su mente.

No me digas que tú ex-esposo te agrada de regreso porque yo mejor que nadie se que tu no eres feliz con el. — Y enseña un sonrisa divertida.

¿Eso es importante para ti? Crei que solo importa nuestra amistad.

—¿Amistad? ¿Pedí tu amistad? Tus palabras me dolieron.

El brusco movimiento del azabache asombró a Jimin cuando su rostro se aproximó al de él con rapidez mientras sus colmillos eran enseñados.

Los ojos del humano le enseñaron el asombro y el poco temor que poseía en su cuerpo al ver tal imagen de Jeongguk por primera vez. El rubio apretó sus labios y se alejó solo dos centímetros del rostro del contrario para observar mejor sus colmillos combinados con su perfecta dentadura.

No eres el mismo Jeongguk que conocí. —

Él negó junto a sus palabras expulsadas y intentó escapar lejos pero su brazo fue tomado por la mano de ese hombre, que ya no era más que un extraño con un nombre que solía ser Jeongguk. Solo quiera olvidar que lo conoció alguna vez en este pueblo y pedile a su ex-esposo regresar a la ciudad cuando supo que venir aquí fue la peor opción.

Lujuria: The Series 愛 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora