Lo que estaba escrito | Brangie

Capitulo siete

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-Esta bien, los esperaré.

Brisa dijo como último y colgó. Miro hacia Angie, que se encontraba ahora dándole la espalda.

-Ni siquiera me di cuenta que las dos horas habían pasado.- dijo rompiendo el silencio.- Sebastián ya aterrizó, llamara al técnico, no debe tardar mucho.

Angie asintió pero se quedó ahí. Brisa sabía que no debía insistir más, le dolía ver que ahora Angie se apartara, pero sabía que también ella misma se había equivocado.

Suspiro y se acomodó en el mostrador, espero y unos diez minutos pasaron cuando vio un auto estacionarse frente a la tienda. Ambas caminaron a la entrada, compartieron unas palabras con el técnico y este prosiguió a desbloquear la puerta y a checar qué estaba mal.

-Es tarde. No puedo saber si la alarma tuvo que ver y que esta mal sin mi equipo. Cerrare normalmente y vendré más tarde.- el hombre le dijo a Brisa.

Todos salieron, cerraron y el hombre tomó la herramienta con la que abrió y volvió a su auto.

-Vamos Bri, te llevo a casa.- Angie hizo amague de empezar a caminar.

-No es necesario Angie, mi...

-Brisa por favor, ve la hora que es, no tienes forma de irte, no dejaré que camines o algo.- Angie insistió.- No quiero que lo qué pasó lo haga todo incómodo y...

Otro auto se estacionó delante de ellas, Angie miro extrañada.

-Es mi hermano.- Brisa le explico.- No te preocupes, el me llevará.

Angie asintió derrotada. Estaba hecha un lío, pero llevar a Brisa a casa le había hecho ilusión.

-¿Angie?

Martín bajó del auto y miro sorprendido a Angie.

-Hola.

-Dios, hace cuanto no te veía.- el chico la saludo con un corto abrazo.- ¿Que haces en la ciudad?

-Me mudé hace un par de meses.- Angie correspondió el abrazo.

-¿De verdad? Tenemos que salir.

-Cuando quieras.- Angie río.- ¿Por que no te había visto?

-Estaba de viaje, ya sabes de egresados.

Brisa se aclaró la garganta.

-Bueno, y yo no existo.

El chico rió y finalmente se acercó a abrazar a su hermana.

-Vámonos, ¿si? Me muero de sueño.

Martín asintió y se dirigió a Angie.

-¿Quedamos después entonces?

-Claro.

Ambos empezaron a dirigirse al auto. Angie miro profundamente a Brisa.

-Bri.

-¿Si?- la chica se giró hacia ella.

-¿Podemos hablar después? Por favor.

Brisa asintió y finalmente se subió al auto.

-Adiós Angie.

Angie vio alejarse el auto para después caminar al suyo.

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Al día siguiente Angie se encontraba en su habitación. Tenía a Julieta abrazada entre sus piernas mientras veían una película en su cama. Julieta le comentaba cosas de vez en cuando mientras Angie no se podía concentrar, ni en la película ni en la chica.

Había estado dudosa en contarle lo qué pasó con Brisa, sin embargo él no decírselo no le parecía la opción más viable.

-¿Angie?

-¿Mh?

-Te estaba hablando.- Julieta se giró en sus brazos para mirarla.- Llevas días distraída, ¿por que no me contas?

El corazón de Angie se detuvo por un segundo, se sentía culpable, pero que mierda le diría ¿no dejo de pensar en que me bese con tu amiga?

-No nada, cosas del trabajo.

Julieta pausó la película y le sonrió lascivamente moviéndose para acomodarse sobre su regazo.

-Ese trabajo te tiene mal, ¿por que no te ayudo a olvidarlo por un momento?

Julieta tomó sus labios, sin dejarle tiempo siquiera para sopesarlo. Las ropas fueron desapareciendo y Angie trato de seguir el consejo de Julieta, no solo olvidarse del trabajo, sino también de Brisa, por un instante por lo menos.

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