¿Te importa si me acerco? [Fem WangXian]

CAPÍTULO ÚNICO

Para Lan Zhan las vacaciones no son nada del otro mundo, aparte de una larga estancia en su casa familiar y unos días para descansar de su insoportable trabajo. Excepto este año.

Trabajar en el marketing de Qishan no es tan gratificante como pensaba cuando solicitó el puesto hace años. En realidad, es mucho peor. Muchas horas de trabajo, no es el mejor sueldo que podría obtener en el sector y, además, el segundo hijo del jefe suele ir por ahí llevándose el mérito de las cosas que hace ella, y todos los demás.

A pesar de su conducta habitualmente tranquila, le da rabia quedarse quieta mientras su jefe elogia a su desastre de hijo por cosas que hizo otra persona.

Está muy enfadada, sobre todo después de pasar largas noches de trabajo durante todo un mes, buscando la mejor manera de publicitar la nueva línea de productos de su cliente para las fiestas. Todo el reconocimiento que recibía Wen Chao mientras ella pasaba desapercibida y trabajaba en exceso hizo que su paciencia habitual desapareciera, con la ira enroscándose en su estómago, saltando ante el sólo pensamiento de ese hombre.

Se aferra a su sidra sin alcohol, sin importarle si la copa flauta de cristal se rompe. Nunca en su vida ha hecho una escena pero ahora mismo la perspectiva de protagonizar una es más que tentadora. Tal vez rompiendo unas cuantas botellas de champán contra el suelo, o preferiblemente contra la cabeza de Wen Chao. Tal vez empujarlo contra uno de los árboles de Navidad que hay en cada esquina de la sala, o lanzarle alguno de los adornos.El solo pensamiento parece ayudarla a recuperar la cordura lo suficiente. No vale la pena, pero tiene muchas ganas de vengarse. Es el hijo de su jefe, así que hacer que lo despidan es poco realista, presentar una denuncia no cambiará nada, pero la pondrá en el punto de mira y probablemente hará que la despidan. Y a Wen Chao no le importa nada su trabajo, así que es difícil encontrar algo realmente convincente para vengarse de él.

Al menos hasta que le ve entrar en la sala llena de empleados sobrecargados de trabajo con sus mejores galas para esta fiesta de Navidad, con una joven por la cintura. Está tan guapa con su vestido largo de terciopelo rojo con una abertura por la que asoma la pierna de vez en cuando a cada paso que da, tentador y perfecto, tan largo y de aspecto suave. Sus brazos están cruzados y envueltos en la tela aterciopelada del vestido, el cabello largo atado en una coleta alta, dejando su largo cuello completamente expuesto, sólo adornado con una delicada gargantilla de oro. Es un verdadero espectáculo, con su vestido abrazando su cuerpo en los lugares adecuados, los tacones de aguja negros pisando con confianza el suelo de mármol y los labios rojos convertidos en una sonrisa. Realmente hipnotizante. Se encuentra perdida en la vista, como si una diosa hubiera agraciado la tierra con su presencia.

Acompañando nada menos que al peor hombre que ha conocido. Realmente la vida es injusta.

Bebe de su flauta de sidra, observando cómo su jefe muestra grandes sonrisas y un carácter general agradable y despreocupado, completamente diferente a su comportamiento habitual.

"Ah, ¿así que es la prometida?", escucha a un compañero de trabajo, su mirada se dirigió también a la mujer. "¿He oído que es la protegida de la familia Jiang? Qué ricos son esos tipos, son dueños del Muelle del Loto y de más de la mitad de Yunmeng".

"Sin embargo, hacen las mejores joyas. Mi mujer me ha pedido que le compre un anillo de ellos. El de Zidian, pero tendría que pagar como 2 años de mi sueldo y ni siquiera estoy seguro de cubrirlo".

"Sí, sólo para los ricos. ¿Pero por qué está con Wen Chao? Ese bastardo no podría darle más que su familia, ¿verdad? Ella está fuera de su alcance".

Lan Zhan asiente ligeramente. Esa mujer, de unos 20 años, quizá incluso más joven, es demasiado para un hombre como Wen Chao. Demasiado preciosa y, aparentemente, agradable para alguien de su talla.