Christopher jamás pensó encontrar a alguien que lo entendiera tan bien cómo Minho lo hacía. Él era un escape de su realidad, su padre y destructor de su soledad.
Antes de darse cuenta, su corazón tenia dueño, y Christopher descubre que eso no siemp...
Y sí fueras mi pequeño niño, haría todo lo que pudiese
Correría lejos y me escondería contigo
Adoro que tengas problemas paternales
Yo también los tengo.
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Era un infierno.
Su propia casa era un infierno.
Se acostumbró a que las personas se alejaran de él o le temieran, su personalidad era la principal razón. Aunque él lo quiso así, simplemente le fastidiaba tener a esos malditos hipócritas rodeándolo todo el tiempo y, sinceramente, no quería lidiar con ellos.
No otra vez.
Suficiente tenía con su padre, jodiéndole la vida cada vez que podía. A veces se pregunta si su madre volverá, o siquiera se arrepiente de haberlo dejado con ese demonio con cara de ángel.
Lleva 18 años preguntándoselo.
Pero sabe que ese bastardo es la razón de que ella se fuera.
Acelera el paso, mirando hacia atrás de vez en cuando con el pánico de que su padre le siguiera aun si estaba consciente de que ya estaba bastante lejos de su "hogar".
Si es que se le podía llamar así.
Su vista vuelve al frente, calculando cuanto faltaba para llegar al, probablemente, único lugar en el mundo donde se sentía cómodo.
Su lugar seguro.
Escucha voces venir de aquel parque deteriorado, captando su atención inmediatamente al identificar esa voz que tanto repudiaba.
Ahí estaba, una de las razones por la cual odiaba a todo el maldito mundo.
El par de ojos chocan con su mirada apenas le ve detenerse. Y simplemente se quedan mirando, uno con indiferencia y otro con una ira irremediable.
Podría vomitar cada vez que ve la asquerosa cara de Seungmin, ya sea la verdadera o la que insistía mostrarle a todo el mundo, engañándolos vilmente.
