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Habían pasado ya una semana desde aquella noche en que había coincidido con ese extraño chico del autobús, había sido una situación muy aleatoria y sin importancia, pero mi cabeza no dejaba de darle vueltas, no tenía ni la más remota idea de porqué seguía pensando en ello, y sobre todo, en su mirada. Era un chico con dorados rizos, facciones perfectas y ojos azules, un azul hermoso. La mañana siguiente que le conté lo que había pasado a mi mejor amigo Ariel; pareciera que describía a una persona de cuentos de hadas, porque no dejaba de hacer énfasis en lo guapo que era. Él solo se había burlado de mí diciendo que seguro me había dado un golpe muy fuerte. No voy a mentir, eso me hizo dudar de mi propio juicio, pero en fin.
Hoy era lunes, estos días de la semana me resultaban interesantes, los veía como un nuevo comienzo después de una semana estresante. Eran las tres en punto de la tarde, el sol continuaba brillando a través de los cristales del salón de clase, mi mente estaba en todos lados, menos en lo que explicaba el profesor de historia del arte. Pasaron alrededor de cuarenta minutos y por fin era libre para irme a mi casa, ya que hoy no tenía que trabajar.
Las calles se encontraban un poco más transitadas de lo habitual, yo se lo atribuía a la hora. Sinceramente me daba un poco de paz estar rodeada de gente cuando debía regresar a casa, nunca se está lo suficientemente segura. Sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, me detuve un momento para revisarlo y vi que recibí un mensaje de texto de Ariel, quería que nos viéramos para hablar un rato. Después de intercambiar un par de mensajes para acordar el lugar, me dirigí allí. Unos quince minutos más tarde ya me encontraba en un café muy rústico para mi gusto.
- Años sin verte, queridísimo amigo. - dije con una sonrisa, burlándome de Ariel. Me senté en una de las sillas vacías de la mesa.
- Te tardaste mucho, Laurie. - dijo mientras fingía molestia cruzándose se brazos.
- No seas dramático, ¿ya pediste algo? - Él solo negó con la cabeza, yo observé el menú para ordenar algo, la única opción atractiva era café, porque no me gustaban mucho las cosas muy azucaradas.
- A que no adivinas con quién saldré mañana. - dijo él con una amplia sonrisa.
- Oh por dios, ¿Alicia? - pregunté emocionada y él no necesitó contestar nada, ya tenía una cara de felicidad inexplicable. Alicia era una chica divina, hacía ya un par de meses que Ariel buscaba coincidir con ella de manera "casual" para llamar su atención, al parecer le había funcionado.
- Ariel, ¡es increíble! Me alegro mucho por ti. - dije dándole una palmadita en el hombro.
- Gracias Di, estoy muy feliz. Ella dijo que también le gusto, entonces aceptó salir conmigo a una cita. - mi amigo explicaba moviendo exageradamente las manos, se veía muy feliz y eso también me daba alegría a mí.

Ariel y yo comenzamos a platicar sobre los planes que tenía para la cita con Alicia, parecía que mi amigo llevaba mucho tiempo planeándolo, él estaba seguro de llevarla a comer a un restaurante muy bonito y después irían a un parque de diversiones, yo sugerí que cambiara el orden de sus actividades por precaución, al darse cuenta de su error, aceptó.
Después de hablar por un par de horas, decidí que era tiempo de irme a casa, tenía que hacer algunas cosas pendientes.
En casa, mi hermana Marian comenzó a contarme acerca de un chico que recién había conocido. Ella lucía igual de emocionada que Ariel, era bonito. Mi hermana tan sólo tenía dos años más que yo, pero parecía que teníamos la misma edad, tanto física como mental. Por algo éramos hermanas.
Se nos fue el tiempo volando mientras hacíamos un poco de limpieza y preparábamos algo para cenar.
Al llegar la noche, mi padre entró por la puerta con una gran sonrisa y un par de bolsas blancas.

- Laurie, Marian, hijas vengan. - parecía que mi padre estaba entusiasmado, eso era muy bueno.

- Papá, ¿Cómo te fue? ¿Qué pasa? - pregunté llegando hasta donde él estaba. Marian corrió para alcanzarnos.

- Pasa que hora tengo un puesto muy alto en mí trabajo. - no exageraría sí digo que mi padre casi brincaba de la felicidad, unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos y nos acercamos a abrazarlo.

- Eso es excelente papá, estoy muy feliz por ti. - dijo Marian con una sonrisa.

- Si, sobre todo porque eso significa que ambas se dedicarán de lleno a la escuela. - dijo con una mirada amenazante.

- ¿Qué? - dijimos Marian y yo al mismo tiempo. Eso no podía ser posible, había muchas cosas que pagar, deudas, colegiaturas y más. No podíamos darnos el lujo de dejar nuestros trabajos.

- Lo siento hijas, el nuevo jefe está al tanto de mi situación, nuestra situación. Él ha decidido darles una beca a ambas, es mucho más de lo que sus sueldos actuales.

¿Una beca? Era extraño que ambas situaciones se juntaran, yo no creía al cien por ciento en las buenas personas, quizá soy una exagerada, pero, ¿por qué razón les darías una beca a las hijas de un trabajador que acabas de conocer? Papá no se lo cuestionaba, pues él si creía fielmente en las buenas intenciones, pero Marian y yo no.

Eran exactamente las nueve de la noche cuando decidí salir al Seven a comprar unas cosas que había olvidado. Papá me dejó usar el auto, así que me encaminé para no tardarme mucho. Las calles estaban oscuras, una punzada de nervio me invadió de repente, no sabía la razón. Cuando llegué al Seven, estacioné el auto y entré al establecimiento. Las luces parpadeaban, y el letrero de "abierto" colgaba de una sola cadena, me adentré para buscar lo que iba a comprar, terminé agarrando una cajetilla de cigarrillos, un café frío y una bolsa de papas. Me dirigí a la caja para pagar, pero no había nadie, parecía que estaba completamente abandonado, la punzada regresó y era más fuerte que antes.
- ¿Hola? - pregunté en busca de alguna respuesta, pero no la obtuve. Estaba decidida a dejar las cosas e irme de aquí cuando escuché a una persona entrar al lugar, de inmediato sentí un escalofrío, así que me giré para ver de quién se trataba y lo vi; vestía una cazadora negra y unos jeans del mismo color y unas botas militares. Sus ojos se encontraron con los míos, su expresión era fría, no había nada ahí. Me daba miedo.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2022 ⏰

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THE DEVIL ✧⁠*⁠。Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora