Los ojos de Minho relucieron ante las hermosas obras de arte. Su acompañante sonrió con tal escena, él sabía de antemano las emociones que iba a ocasionar estas en el corazón de su amigo.
Incluso cuando le costó tanto convencerle para que fuera al museo.— Minho —le llamó, sacándole de su encantado trance—, está a punto de empezar la visita guiada. No te entretengas mucho —sonrió con picardía mientras que el contrario asintió sin pensar mucho en el tono burlesco utilizado.
En definitiva aquel lugar había conseguido cautivar todos sus sentidos.
Tan solo avanzaba uno o dos pasos pues se detenía a admirar cada una de las bellas pinturas. No trataba de intentar comprenderlas, por supuesto que no; literalmente no sabía nada de arte.
Sin embargo, cada vez que veía un cuadro los dorados de sus principescos trajes envolvían su corazón mientras que los tonos marrones, completamente opacos, se clavaban en su órgano vital como si de una estaca se tratase. Minho se sentía como si sufriera paro cardiaco y le estuvieran reviviendo con electrochoques continuamente. Un circulo vicioso.Y así mismo siguió, caminando con parsimonia, siendo hipnotizado por los querubines, los feroces caballos posando junto al caballero y las doncellas que invitaban a Minho a ser parte de la obra.
Hasta que su burbuja estalló con un suave murmuro a sus espaldas, así fue como se acordó de su requerida presencia en la visita guiada, siendo Bangchan el guía.Evidentemente, el rubio no pasó por alto su mirada de reproche, al fin y al cabo se perdió la mitad de la exposición.
Siendo respetuoso, caminó en silencio hasta juntarse con la pequeña multitud, justo cuando estaba empezando a comentar una nueva obra. Con interés, todos sus sentidos se agudizaron para captar hasta el más mínimo detalle de la explicación, siendo así testigo de una nueva faceta no conocida por parte de su amigo.— ¿Cuántos de ustedes escuchó alguna vez sobre la guerra de Troya? —Minho vio como la mayoría daba indicios de saberse la historia, él, avergonzado, no tuvo el placer de conocerla. Bangchan sonrió satisfecho, acto que dejó mostrar sus hoyuelos—. Bien, entonces conoceréis a Aquiles —la misma cantidad de personas asintieron como respuesta.
Por un momento el rubio se sintió fuera de lugar, era un individuo externo al ambiente artístico que le rodeaba; no tenía conocimientos básicos del arte, mucho menos de mitología.
Él tan solo era un simple camarero. ¿Qué iba a saber?
Su alrededor comenzó a pesar, podía sentir el denso aire taponar sus canales auditivos, los dorados desaparecieron y su mente fue reemplazada por tan solo una mancha negruzca.Unos ligeros golpes en el suelo hicieron eco en sus oídos los cuales le ayudaron a regresar a su realidad; volvió a ver a los querubines, a las doncellas, a Bangchan y, ahora, a quien había sido un intruso en el grupo.
Nadie pareció darse cuenta, o tal vez sí, pero no pareció ser tan importante como lo fue para Minho; su sangre se aceleró y sus ojos brillaron por primera vez dentro de ese museo por algo que no fueran los cuadros. A pesar de parecer estar viendo otra obra de arte.
Un chico, joven y de complexión pequeña, su vestimenta y postura desprendiendo elegancia, una cabellera castaña oscura, sin ningún rizo a la vista y peinada cuidadosamente hacia atrás, tan solo con unos mechones cayéndole por la frente.Sin duda Minho podría decir que era la persona más hermosa que vio en toda su vida.
Instantáneamente se avergonzó de su actitud; sus orejas enrojecieron al darse cuenta del extraño cosquilleo en su cuerpo.
Estaba analizando a un desconocido aún cuando este ni se había percatado de su existencia. Cosa que hubiera sido peor.
Con todas sus fuerzas volvió a atender a su amigo ignorando el nerviosismo creciente que inundaba su pecho.— Supongo que Patroclo no es tan conocido como su acompañante, más tiene la misma importancia que el semidiós —seguidamente señaló el cuadro protagónico—, esta historia se centra en la conexión de estos dos personajes, más allá de la guerra, la ira y el dolor, existió una pequeña astilla que se clavó en la memoria de los dioses como un recuerdo agridulce.
Las palabras del castaño fluían como un riachuelo que rompió el hielo en plena primavera, la información refrescaba la mente de Minho, limpiando cualquier otro tipo de pensamiento y dando paso a un sin fin de imágenes que se proyectaban como recuerdos.
Se permitió dejar de mirarle para llevar su atención solamente al cuadro, sin desatender a su guía, progresivamente fue arrastrado hacia la pintura como si el tenebroso mar le tragase para guiarlo hasta las profundidades. Y, por alguna razón, solo sintió paz.— Todo comienza con el destierro de aquel niño.
♡
Me gustaría aclarar que, a pesar de que en los próximos capítulos se hable sobre la historia de Aquiles y Patroclo, les nombraré como Minho y Jisung. Me parece mejor para poder crear la conexión que quiero dar a entender.
Espero no ocasionar líos mentales. :)

ESTÁS LEYENDO
The Song of Minho; minsung
HistoryczneEn donde Minho se encuentra a si mismo a través de una guerra. Con otro nombre, otra historia, otra vida. ❛01/11/22❜ ❛ ❜ Esta historia está inspirada en el libro "The Song of Aquilles", escrito por Madeline Miller.