Único

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Ella era la chica más linda de la escuela, con el cabello largo y castaño con esa hermosa sonrisa suya, siendo amable con todos, muchos chicos se fijaron en ella ese ser de brillante alma, y yo, yo tenía el placer de ser parte de su grupo de amigos; lastimosamente no era el único chico en ese grupo, mi mejor amigo también era parte.

Éramos muy buenos amigos, todos los proyectos los realizábamos juntos, las salidas, las reuniones siempre estábamos los tres, ese era el problema, al menos para mí.

Mis sentimientos por ella eran muy evidentes, todos se daban cuenta, todos menos ella. Notaban mis celos, mi tristeza, mi enojo, cuando los veía juntos. Cunado ella prefería pasar más el rato con mi mejor amigo, no podía evitar que el rostro se me desfigurará a una de amargura y podía notar la mirada de él, esa mirada que le daba a ella, la mirada de una persona interesada podría decir de una persona enamorada, no podía no evitar sentir celos en mi interior, cada vez que lo atrapaba mirándola por demasiado tiempo, con esos ojos brillosos.

Éramos mejores amigos y todo esto solo hizo que una grieta se abriera entre nosotros.

Notaba su atención, sus acciones por ella, y todas esas cosas que una persona enamorada hace con la persona que le gusta, muchas de esas veces coincidimos; en regalos, en algunos sitios, en momento. Yo lo sabía, sabía que estaba interesado en ella, que la quería, pero, ¿él sabrá que siento lo mismo que él siente por ella?, ¿sabrá que necesito que se aparte?, ¿que quiero con toda mi alma que deje de mirarla como lo hace?, ¿que me llena de celos cuando trata de tomarla de la mano?

Y solo podía quedarme a ver, por qué mi cobardía no me dejaba hacer nada, mis celos y mi amor por ella no eran tan grandes como para ser valiente y confrontar a mi mejor amigo y pedirle que se apartará.

Estaba tan metido en mi mundo de amor no correspondido que nunca note a la única persona que me apoyo y estuvo conmigo en mis momentos de vulnerabilidad, Jeongin, siempre trato de animarme, de distraerme en los momentos donde los veía a ellos dos juntos.

A veces me decía lo mucho que se sentía abandonado por Minho y a veces simplemente solo se quedaba a ver a un lado mío, diciéndome con un tono de voz bajo: —Ya tendrás el tiempo para estar con ella—.

Al principió todo fue apoyo, él siempre trato de animarme para no dejar de sentir lo que sentía por ella, después eso cambio a una especie de celos y creía que era porque dos de sus amigos ya no pasaban más el rato con el, sino compitiendo entre si, celos de que pasara más tiempo preocupándome por el acercamiento de Minho. De todo el tiempo que pasaban juntos.

Todo esto acabó cuando en un intento de Minho por tomar la mano de ella, yo no pude seguir ocultando mis sentimientos en mi arranque de celos, aparte su mano lejos del alcance de mi mejor amigo, la mirada que el me dio después de eso me dejo en claro que no tenía una idea de lo que sentía.

Y ahora estoy aquí, culpándolo por todo.

Lo culpo a él, por no haberse dado cuenta antes, lo culpo de la vida que tengo ahora, lo culpo del hecho de que ahora vivo arrepentido con la decisión que tome. Pero sobre todo me culpo a mí por no dejar que Minho se confesara ese día.

No vivo feliz, no estoy con la persona correcta, me culpo por ser tan ciego, por qué la persona con la que debí ser feliz estaba justo frente a mis ojos, pero me cegó mi estúpido amor no correspondido que jamás me di oportunidad de mirar a los lados, de mirar a un lado.

Ahora tengo que vivir arrepentido, con una vida que no me hace feliz y con lo que al final se convirtió en "amor correspondido".

El único culpable en esta trágica historia soy yo.



Treat;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora