Volar Sin Alas

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Poché - POV

Mario Ruíz es el chico ideal, con el cual soñé llegar a casarme.

Me ha sorprendido con una velada romántica perfecta en la cubierta del Napoleón; un Yate enorme propiedad de la famila Zurita, el mejor amigo de Mario.

La noche estaba espléndida. Cielo estrellado, Luna creciente y brillante que iluminaba las aguas junto con la tenúe luz amarillenta de las lamparitas puestas estratégicamente alrededor de la mesa para dos, en la que descansaban dos copas, una botella de champán dentro de una champañera cubierta con una servilleta blanca y dos platos tapados con la cena especial que prepararon a petición del que creí era el amor de mi vida por más de dos años.

Siempre tan detallista. Atento, considerado, amoroso y muy atractivo para mi gusto... ¿Qué me pasó que ahora tengo miedo de que haga la pregunta tan esperada y para la cual estoy segura preparó todo este escenario?

Comencé a sentir una opresión en el pecho cuando destapó mis ojos para descubrir todo el escenario que les acabo de describir. Era obvio que está noche la había planeado para pedirme que nos matrimonio... Es lo que yo quería ¿No?

Casarme con un bello vestido de diseñador, por la iglesia y después pasar a la gran celebración rodeada de todos nuestros seres queridos ¡La boda Soñada!

Era lo que yo siembre había querido ¿verdad? Ahora no lo tenía tan claro.

Con Mario siempre fue fácil hablar. Nos contamos todo y por supuesto que en algún momento le conté como debería ser la petición y también la boda perfecta. Por lo que ahora tenía la sensación de que lanzaría la propuesta esta noche... cosa que debería alegrarme pero en realidad ahora solo siento mucha ansiedad... todo se remonta a lo que comencé a sentir por "Ella"...

- Amor ¿por qué estas tan callada? ¿No te gustó el salmón? - Mario me sacó de mis pensamientos. Me conocía tan bien.

- ¿Eh? ¿Qué dijiste? - lo miré con cierta preocupación. El acarició mi mano sobre la mesa. A penas había probado bocado pensando en lo que según el escenario y según mis deduciones estaba por ocurrir.

- ¿Qué si no te gustó el salmón? - me dedicó una de sus sonrisas encantadoras. Mario era un niño tan lindo, no se merecía una novia como yo, tan cobarde e insegura. Se merece a alguien que lo ame por todo lo que es y por todo lo que puede dar...

- El salmón está increíble - le sonreí. De verdad la cena estaba exquisita pero apenas había podido probarla.

¿Por qué las cosas tuvieron que cambiar? Al principio él era mi mundo. Lo amaba con todo mi corazón, y me atrevo a decir que lo sigo amando, pero ahora solo pienso en que le romperé el corazón porque ya no lo quiero como antes.

- Estas muy callada y pensativa

- Es que quiero decirte algo y no se como empezar.

- Amor sabes que me puedes decir lo que sea - baje la vista y comencé a jugar con la comida.

- Yo sé de algo que te va a cambiar de ánimo, espera... - se puso de pie, entró a la cabina tardó menos de un minuto y regresó con mi postre favorito.

- ¿Cheese cake?

- Con mermelada de maracuyá - se sentó, agarró una cucharita, cogió una pequeña porción y la llevó a mi boca, como si yo fuera una bebé - abre, ahh

- Mario no soy una nena - me hizo reir por su ocurrencía con sus ojitos tiernos y la boca abierta diciendo aaahh.

- Eres mi bebé - acercó más la cucharita a mi boca. Abrí y probé el famoso cheese cake con mermelada de maracuyá. Me pareció delicioso.

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