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Pensé que ya te habías ido para no regresar, pensé que podría empezar desde cero y tratar de ser alguien nuevo pero me di cuenta que no importa cuánto me esfuerce, siempre vas a estar ahí.

En la silla de al lado, en la mesa de enfrente, en la biblioteca o en el comedor.

Porque no importa cuánto trate de esforzarme jamás me vas a soltar y jamás vas a dejarme tranquila.

Me pregunto que si el hecho de ilusionarme y hacerme llorar es el motivo por el que te despiertas por las mañanas.

Jamás voy a olvidarte y deseo y ruego que tu tampoco me olvides.

Te amo, ojalá no te hubiera conocido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora