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"Necesito un poco de serotonina"

Se encontraba sentada sobre el barandal de un puente, fácilmente se calculaban quince metros de altura entre este y un río profundo

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Se encontraba sentada sobre el barandal de un puente, fácilmente se calculaban quince metros de altura entre este y un río profundo.
Solía recurrir a ese lugar cuando estaba aburrida y no tenía nada que hacer, se sentaba en el barandal y se colocaba sus audífonos hasta dejar su mente en blanco o de lo contrario, ordenar sus pensamientos. Esta vez era por el segundo motivo, no sabía el por qué de su existencia.

Con la vista perdida en la oscuridad del agua, escuchaba una hermosa melodía sonar en sus auriculares. Pensaba en qué sería de su vida, lo que estaba haciendo actualmente la llevaría a una vida de lujos y éxito. Había nacido y crecido en cuna de oro, era muy afortunada y tenía una familia decente, pero le faltaba convicción y un motivo por el cual esforzarse. Ella no era el motivo suficiente para luchar por su propia vida, estaba harta de la monotonia y eso la estaba llevando a decisiones, decisiones que en el peor de los casos terminarían con su aburrida vida, estaba aburrida.

Con un profundo suspiro cerro los ojos y bajo del barandal, no fue por cobardía, ella realmente no quería morir. Simplemente no sabía que hacer y bacilaba en lanzarse al abismo.

Ya sería otro día.

El despertador sonó dando inicio a un nuevo día, tenía que alistarse para un nuevo día de clases. No se quejaba por tener que ir a la preparatoria, era la persona mas lista de su clase y por tanto la número uno de esta, los idiotas superficiales la alavaban por su belleza, inteligencia y por supuesto su riqueza también. En realidad no era algo que le importara pero podía conseguir lo que quisiera cuando quiera, eso te servia si te gusta el poder y vaya que a ella le gustaba.

Terminando de alistarse bajo al primer piso de la gran mansión en la cual vivía con su único hermano el cuál nunca estaba por trabajo. Sus padres se encontraban indefinidamente en una vivienda en Japón controlando los negocios que tenían allá, se podría decir que vivía sola.

Ni siquiera se molesto en desayunar, ya compraría algo en la institución. Tomo una cajetilla de tabaco, sus útiles y las llaves de su automóvil y se dirigió a la cochera de la vivienda para así tomar camino a la preparatoria a la cual asistía.

El instituto Gyerong

Un famoso instituto por los babosos newtubers que estudian en sus instalaciones, personas doble cara y trepadoras que solo buscan la fama a costa de otros que tienen el más mínimo poder o simplemente que imponen algo de miedo a los más débiles.

Al llegar se estacionó y bajo del auto escuchando las voces de quienes no tenían nada que hacer más que admirar a otros.

-Ya llegó Leah.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora