Capítulo 1:Conejos en el petricor

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A-ce-le-ras to' mis latidos,
es que me gusta to' de ti.
Raw Alejandro

Un tulipán celeste ,que junto a un delicado clavel crecía , los vio pasar. Iban de la mano , dando brincos en el suave pasto de la colina que conducía al gran manzano ; contentos y sagaces , ora reían , ora suspiraban. La flor los vio ,y de haber podido pensar como ellos , hubiera jurado que eran flores sin raices que corrían cuesta arriba mendigando el preciado alimento del sol. Pronto aquellos seres prefectos , tanto que se confundían con la flores, se perdieron en la cima de la colina , dejando al pobre tulipán ansioso de verlos de nuevo y en una horrible espera por el regreso cuesta abajo.
Ella era la más ágil , delgada como un junco , daba saltos de euforia al pie del manzano. Mientras se alzaba en el aire , como una sardina saliendo de la mar , el travieso viento jugaba con sus negros cabellos , haciéndolos levitar . Él la admiraba con ternura , arrecostado en el tronco del manzano se maravillaba viendo a su novia elevarse en un salto , mezclarse con la pícara brisa y luego caer liviana como una pluma sobre un lago. Ella , entre salto y carcajada , también lo admiraba , lo veía a los ojos que era lo que más le atraía , eran dos luceros color verde esperanza y contenían en los iris una aguda vividez como de divinidades.
Al verlo allí recostado , con sus fuertes muslos cubiertos por el jean , dejó de saltar , y el sudor no corrió más por su blanca cutis , entonces se acurrucó sobre los muslos y se quedó allí en silencio , sin reir y sin hacer movimientos mas que el de la constante expanción de las aletas de su nariz. Él , teniendola sobre sus piernas la miró, no como novio , sino como mira un padre a su bebé de cuna. A la sombra del manzano , la piel de ella brillaba , era la magia del sol sobre el sudor , el cual ya comenzaba a empapar los jeans azules. Una tierna caricia se desplazó por el cabello , era la mano de él que no pudo aguantar la ternura de tenerla allí ovillada como un diminuto animal.
Los dedos surcando sus hebras la estremecían. Al compás de la caricia ,dormitaba, mirando el páramo que extendíase ante sus ojos , las verdes colinas , los lejanos cafetales , los manzanos y las cañadas. Había un río que corría entre los manzanos , estaba a una distancia considerable ; pero ella desde la colina creía poder oir la melodía del agua discurriendo por el cauce. Admirando aquel panorama tan espléndido , se percató que le daba la espalda a él ,y añoró sus ojos verdes. Rotó sobre sus piernas , para confrontar el deleite de aquellas pupilas , y las dos almas se encontraron , formando una sola.
_Te quiero , Seba_ declaró ella y los luceros que reposaban en sus cuencas brillaron cual constelación llena de estrellas.
Al voltearse , la mano de él había dejado de acariciarle el cabello y ahora pasaba sus dedos por el brazo y el abdomen.
_¿Me quieres?_interrogó él con dulzura_¿solo es querer?
_No Seba ,no solo es querer , es amor ¡Te amo!
_¿De qué tamaño es ese amor , Tana?
_¿Ves el páramo con sus manzanos y sus colinas?
Por unos segundos abandonó los ojos de ella para mirar el paisaje que lo circundaba. Vio desde las flores que crecían en las falda de la colina hasta el lejano cañaveral que quedaba , fuera de la "Zona baja".
_Lo veo , Tana , es hermoso_ suspiró_Creo que nunca lo había admirado tanto, el tenerte siempre a mi lado hace que me olvide que hay un mundo fuera de nosotros dos.
Cuando terminó de hablar , ella dejó sus piernas y se arrodilló para estar a la altura. Puso las blancas manos trás la nuca y penetrando en sus ojos con los suyos declaró:
_El tamaño de la "Zona baja"es el tamaño de mi cariño , pero el tamaño de mi amor , de ese , no existe objeto , lugar , planeta o galaxia en el universo con el suficiente dimensión como para compararse , así es mi amor por ti.
_¿Por qué no es tan grande el cariño?_inqurió él sin poder evitar la sonrojés en sus mejillas.
_Porque cuando se ama , no hay espacio para el cariño.
Sin poder dominar la felicidad de oir aquella palabras , rio , ella ahogó su risa con un beso.
_¿De qué tamaño me quieres tú?_preguntó ella.
Agarrándola por la estrecha cintura , se avalanchó hacia su boca y sumergió todo su ser en un profundo beso. Ella lo recibió con regocijo , se entregó ante aquel ósculo. Fue un beso largo , un raro impulso de agotamiento los hizo despegar sus labios , pues de ser por ellos , hubiera sido eterno.
_Viste ese beso_dijo él.
Ella no contestó , estaba como hechizada , jadeando entre sus brazos.
_Con la intensidad de ese beso , es con la intensidad que te amo , Tana.
Y nació otro beso.
Aitana y Sebastián , esos eran sus nombres , pero en esas cosas del amor , a veces , sobraban aquellos motes que se nos ponen al nacer. En la pasión , es preferible el anonimato , pues el amor es anónimo y misterioso como dos extraños que se enamoran trás una primera y fugaz mirada.
Meditando en ello , Aitana sintió deseos de escuchar música , pero no quería oir la de su celular , ni hacerlo bajo el manzano. Sebastián , quien le rozaba con sus labios el delgado cuello , sintió lo que ella sentía y supo lo que deseaba.
_¿Vamos al templo del pinar?_cuestionó él.
_Amor , me conoces tanto. Sí ,vayamos.
Tomados de la mano descendieron como gacelas la colina y trotaron juntos por la pradara , con rumbo al antiguo pinar. En el recorrido atravesaron zizagueando los cafetales de Don Genaro , quien al verlos entre sus cultivos los saludó alegremente. Pasaron por los potreros vacíos del difunto Matías , ahora de su viuda Hortensia , donde al no poder ser usados para la crianza de animales a causa de los fríos inviernos de la "Zona baja" , se usaban para almacenar las cosechas. Eran inmensos y estaban rodeados de arboles frutales , ella casi se cae al saltar desde un desfiladero hasta unos viejos cuartos de baños que tenían allí los campesinos. De la generosidad de Hortensia no se libraron tan fácil , en cuanto los vio retozando en las inmediaciones de su potrero , la muy buena señora los convidó a tomarse un café. Ellos aceptaron sin muchos peros , pues el café de Hortensia era del natural y no había paladar en el mundo que pudiese resistirse a su exquisitez. Hortensia aprovechó la presencia de la pareja para enaltecer al padre del muchacho hablando positivamente de su generosidad y de sus buenas gestiones en las tierras. Luego de despedirse de la señora siguieron su camino , salieron de los potreros y penetraron en el follaje oscuro del pinar. Era un bosque grande , pero más grande era el amor y ellos no se perdían , así como siempre , encontraron rápidamente la carretera que atravesaba el bosque , por ella se guiaron hasta llegar a una zona donde las ramas de los pinos eran más gruesas , los troncos más oscuros y el follaje más denso.Se intrincaron entre los árboles. Pronto salieron a un claro. Allí , la hierba no se veía , pues una inmensa población de girasoles había invadido la tierra. Entre las flores , se eregía una iglesia abandonada por los siglos, pero que aún conserbaba sus vitrinas de tornasol y estatuas barrocas.
Avanzaron dando piruetas entre los girasoles y junto a ellos saltaban huyendo familias enteras de conejos que se refugiaban en el cálido perfume del petricor. Él miraba a su novia , casi la confundía con los girasoles , el profundo amarillo que los rodeaba la hacía verse más hermosa. Llevaba un vestido celeste con encaje de flores y un pañuelo que le hacía juego embuelto a modo de cintillo , dándole un frescor primaveral a su pequeña frente. Bajo el vestido usaba una enguatada color sol , llevaba botines marrones. Él , se protegía de la gélida brisa de la Zona Baja con un jersey verde.
En la cima de la iglesia , cuyas paredes entregadas al musgo y a las enredaderas parecían muros de hielo , aún quedaban vestigios de una pequeña nevada ocurrida el invierno pasado y en el ruinoso campanario se acumulaba , mezclada con ciano , la nieve. Allí entraron , era de ellos aquella dádiva desalojada por los hombres en medio del claro , era ese su rinconcito secreto. Tenían allí una tabla de madera gruesa sobre la tierra que servía de suelo santo a la iglesia y colocado en la base de un monumento , donde antes hubo un busto de un cardenal , había una bocina.
No temían por sus cosas , pues los campesinos de la zona no eran gente de robar , ni de husmear en los asuntos ajenos , pero era menester comprobar si la bocina seguía funcionando , ya que estaba allí desde el invierno pasado. Para sorpresa de ambos , funcionó , y ella prosiguió a activarla , con su celular escogió la canción que quería escuchar.
La primera melodía fue "Destino o casualidad" , interpretada por el gran Melendi junto a una mujer de la que ni Aitana ni Sebastián recordaban nunca el nombre. Ella comenzó a cantar la partitura de la mujer y con mimos e insistencias hizo que él tarareara a medias la interpretación de Melendi. Luego al terminar aquella poderosa canción le siguió otra del mismo intérprete: "Mi jandín con enanitos" , con esa Sebastián sintió la pasión de la música y junto a su musa y compañera entonó el estribillo a todas voces. Las que siguieron fueron tonadas de pop , lindy hop , rock alternativo y toda una discografía entera de lo mejor y regular de la canción anglosajona que tanto le privaba a ambos. Por último , él , insistió en poner "Ojitos lindos" de Bad Bunny , artista del que siempre se mofó y criticó_de manera razonable_ pero del que recientemente , en su último disco , había notado cierta calidad. Ella musitó e hizo una mueca como de disimulado desprecio por el artista , pero notó la mejora de la que hablaba su complemento , en síntesis la disfrutó.
Después de la última rola , ella tomó nuevamente el control de la bocina , y comenzó a sonar una melodía clásica. Era la sinfonía de una pieza de ballet : "El cascanueces". Él se sentó en un banco de granito crispado por la humedad ha obserbar el espectáculo venidero y antes de que comenzara , aplaudió. Sobre la tabla , ella comenzó a bailar. Su delgadez y agilidad le eran propicios para los movimientos del ballet. Para él que la admiraba enajenado , lo hizo tan bien como las vedettes y ballerinas de los espléndidos teatros de París. Finalizada la pieza sonó un ballet contemporáneo , lo pies se movieron con piruetas similares , pero un poco más uniformes en ciertos tonos de violín y tecleos de piano. Él apludía sin cesar y soltaba chiflidos aduladores.
Interpretando la última pieza , Aitana se transfiguró lejos de la pasional Zona Baja. Su alma transitó por planos espaciales y arribó, con la levedad propia de las ánimas ,al escenario de un gran teatro , uno parisiano. El alma vestía un tutú rosa y sus delgadas piernas las cubrían largas medias blancas. Estaba sola en el escenario , con todos los reflectores sobre ella y un vasto público de hombres con traje y sombrero de copa y mujeres de amplios faldones y apretados corseses de colores cálidos. La miraban , esperaban verla danzar y como para alentarla sonó otra clásica: "El lago de los cisnes". Era una obra bastante compleja para un bailarín , pero Aitana danzó y como danzaba su alma lo hizo mejor. A cada Tourner , a cada Revelé brotaban ovaciones del público. Los reflectores la abrillantaban y las arañas , lamparas de veinte velas que colgaban de la cúpula del teatro, la almubraban con más intensidad ; aquel público quisquilloso con el buen ballet la vio mejor , admiró sus perfectos movimientos. Así se retiró su alma , con el tutú puesto y ensordecida por las ovaciones , así viajó de vuelta a la iglesia , y despertó de su fugaz sueño bailando aún sobre la tabla.
Acabada la puesta en escena y en una jugada al azar de la bocina comenzó a sonar una obra maestra de la música en portugués: "La Lambada" de la Kaoma y los nervios del peroneo de Aitana sobresalieron de la euforia que dominó sus pies y no solo sus pies , también sus caderas , cuello y brazos. Para complementar su alegría melódica sacó de un impulso a su novio a bailar y lo hizo danzar "La lambada" torpemente , pero lo hizo sin problemas , además de lo feliz que se sentían al complacerla , adoraba el pícaro roce que los cariocas incluyeron en sus pasos.
Pero cuando más joviales estaban , ella , repentinamente , se quedó paralizada y un diminuto alarido se desprendió de sus fauces , sobresaltándolo a él.
_¿Qué te sucede , Tana mía?_cuestionó alarmado.
Ella no respondió ; estaba afónica. Solo retrocedió unos pasos y con cara de terror señaló el muro al que él le daba la espalda. El novio se volteó y aunque al principio no notó lo que aterraba a su chica al subir la vista vio algo inusitado. Allí , oculto por la sombra que proyectaba el único trozo de techo que le quedaba al templo , había un monumento artístico esculpido en la pared , parecía tener siglos de antiguedad. Se trataba de la representación de una de las escenas escabrozas que se susitaban alrededor del alma del pecador. Esculpido al estilo barroco se formaba en la roca la esbeltura de un demonio con rostro y torso de mujer. Los senos del demonio , torpemente moldeados , eran largos como sables y de la frente de piedra se desprendían dos cuernos del largo de los brazos que eran garras de arpía. En una de las garras agarraba a un hombre cuyo rostro de piedra estaba tan bien tallado que trasmitía al obserbador la inquietante sensación de terror y desequilibrio. Trás el hombre y sujetándolo por el otro brazo había una mujer , esta vez humana. Esta más que un relieve parecía pintada en la pared y se notaba que aquella diferencia era producto de la premura del artista por terminar su obra , pero esto no le quitaba poder a la representación , pues la figura de la mujer estaba tan aterrada como el arrastrado por el demonio y parecía quererlo salvar a toda costa del funesto destino.
Aquello lo impactó también. En el verano pasado eso no se dejaba ver , pues él recordaba que en aquel alto rincón germinaban lianas y helechos que cubrían la pieza barroca del ojo de los visitantes , pero al parecer las plantas habían muerto en el fuerte invierno dejando al descubierto lo que juciosamente por décadas habían escondido.
Cuando Sebastián miró a su novia , estaba llorando y temblaba como una niña febril. Él se afligió al verla , una amargura similar lo invadió , sintiendo la terrible necesidad de abrazarla como consuelo mutuo. Cumpliendo su anhelo la estrechó en sus brazos y ella , entregándose al afecto , buscó cobijo en el pecho de su amado. Él la hizo sentarse en la tabla y allí continuó abrazándola , protegiendo el rostro hundido en su pecho , de la tenebroza escena que brotaba de la roca. Ella mojaba el jersey con sus lágrimas. Poco a poco , gracias a las caricias de él , se fue serenando hasta recuperar el don del habla.
_Se Seba_jadeó ella con voz llorosa_hay un demonio en nuestra iglesia.
_No , Tana , es solo una estatua , no hay de que temer.
_No ,no , yo recuerdo , recuerdo , y eso no esta ahí , no Seba ba , no estaba ahí.
_Amor , sí estaba ahí , solo que la vegetación lo ocultaba. Mira_explicó él y señaló el suelo en que la representación barroca proyectaba su sombra.
Con esfuerzo y temor ella despegó su rostro del pecho y siguiendo con la mirada el índice , evitando levantar la vista , vio en el suelo los restos de bejucos secos y las hojas marchitas de antigua vegetación.
_Ves_dijo él_por eso no veías la estatua , esas hierbas la cubrían.
Pero ella aún estaba asustada.
_Cierra los ojos_le aconsejó él.
_¿Para qué Seba?
_Solo ciérralos.
Obedeció.
Aislada del mundo trás sus párpados sintió el roce de los dedos del novio y repentinamente se halló descansando en sus piernas como cuando estaban bajo el manzano sin que un extraño demonio de piedra los acechara desde un rincón oscuro de un techo.
_Tengo miedo ,Seba_gimió ella_no quiero que un demonio como ese te aparte nunca de mí.
Sebastián subió la vista para mirar la obra escultórica , examinó la figura infernal con rostro de mujer. Era la fusión entre lo bello y lo diabólico , de repente sintió miedo.
_No me apartará nunca de ti porque los demonios no existen. Siempre estaré junto a ti y nada me apartará.
_¿Cómo sabes que no existen , Seba?
Comenzó ha acariciar las mejillas de ella. Levantando la vista para ver el celeste cielo que atechaba las ruinas de la iglesia dijo:
_Tana , no existen , somos gente de ciencias , no creemos en esas cosas absurdas del más allá. Los demonios fueron invenciones de la iglesia para quitarle dinero a los campesinos a cambio de perdonar sus pecados.
Pero Aitana no estaba segura de ello.
_Aún me parece verlo aunque tengo los ojos cerrados.
_Escúchame , no pienses en esa estatua , ningún demonio con rostro de mujer me apartará de ti. Piensa en mí , imagíname vestido de cabellero medieval , imagina que me enfrento a ese deminio y lo derroto clavándole mi espada para que nunca más pueda asustarse.
Ella sonrió.
_Es hermoso Seba , me lo imagino y también imagino que soy una princesa que espera día a día el regreso de su caballero , vigilando el horizonte desde su ventana en lo alta de una torre.
Él también sonrió y sintió una profunda ternura al ver a su chica soñar despierta. Comenzó ha acariciar el torso de su princesa , rozó con su palma la cadera y luego deslizó su mano hasta los pechos diminutos que apenas se notaban bajo el cobijo del primaveral vestido y la invernal enguatada. Delicadamente tocó uno de los senos y con la mano libre buscó el muslo desnudo de ella dónde dejó a su palma descansar. Con su boca encontró el pelo y le dio pequeños besos en las hebras.
_Estoy muy ansioso de que llegue ese día_dijo él.
_¿Qué día , amor?
_Nuestro quinto aniversario de noviazgo , el día de tu cumpleaños dieciocho. Ansío poseerte , hacerte mujer y hacerme hombre.
_Yo también estoy ansiosa porque llegue ese día , será el día más feliz de mi vida.
Él besó su cuello.
_Este caballero ya no aguanta la espera de llegar a la torre de la hermosa princesa que lo aguarda.
_Y esta princesa no puede esperar ver a su caballero aparecer despojado de su resplandeciente armadura y con su espada campeona alzada en pos de la victoria.
Él la puso a su altura y besó la pequeña oreja , sin dejar de acariciar su seno. Ella ,que continuaba con los ojos cerrados se sonrojó.
_Pero es bueno esa espera_añadió_esa sensación de impaciencia , de que llegue el día pactado , esa adrenalina que causa , es exquisita. Me encanta tener esas ansias acumuladas , hará que la experiencia sea inolvidable. Amo la espera.
_Yo también la amo , es adorable la impaciencia_comentó él.
Ella puso su mano sobre la que acariciaba su seno y allí la dejó.
_Tana , mantén los ojos cerrados , tengo una idea_dijo levantándose de la tabla y levando consigo a su novia.
_Déjate guiar por mí , te llevaré afuera de la iglesia , lejos del demonio.
Sin reflexionarlo ni manifestar desconfiaza , ella se entregó a las manos guidoras de él y con sus luceros vendados por la pasión salió a ciegas de la iglesia. Él iba delante , sosténiendola con ambas manos ; ella caminaba lento pero segura de su guía , cual personaje saramagoniano. Pronto , dentro de su ceguera voluntaria , sintió el roce de la fresca hierba en sus piernas , supo que habían escapado del demonio de piedra. Sabiéndose segura , quizo abrir los párpado , pero su lazarillo le pidió que no lo hiciera. Avanzaron un poco más entre la yerba en un punto determinado , donde la tierra se hacía cúspide y los girasoles eran más altos , el lazarillo soltó a su invidente. Por un momento se sintió abandonada , pero fue mucha su tranquilidad cuando unas palmas amigas rozaron sus brazos y un susurro en el oido le sugirió estirarlos. Así lo hizo , los estiró cual Cristo Redentor en Janeiro o para honrar en sumo la cultura pop , cual escena memorable del "Titanic" donde Rose hace lo mismo en la proa del barco. La suave brisa ártica la acariciaba y como permanecía ausente trás sus párpados , a veces creía que era él quien la tocaba y no el viento de la "Zona baja".
_Abre los ojos.
Los abrió y la sagrada luz del claro le bañó la vista. La última imagen que conservaba era la del demonio de piedra y fue mucho la dicha cuando vio de nuevo las copas de los pinos , los flexibles girasoles y el petricor que trás los párpados solo era un perfume natural ,pero al abrirlos tomó forma , era algo que ella creía ver , no percibir. Aquel paisaje armonioso , aquella luz después de tantas sombras e imágenes barrocas , era la consagración de la alegría y el mejor disipador de tinieblas. A su novio ya no se lo arrancaría un diablo con rostro de mujer , pues estaba trás ella , resguardado por el paraje mágico , lejos de la iglesia y sus estatuas.
_Ves , ya no hay demonios aquí.
_Solo ángeles_añadió ella trás mirar el celeste techo del mundo y las esponjosas nubes que allí pululaban_ Tú eres mi ángel.
_Sí , Tana , soy tu ángel , siempre estaré ahí para protegerte , de un demonio o de lo que sea que quiera atormentarte. Recuerda eso , siempre estaré ahí.
Y se acostaron en la hierba , rodeados de girasoles. Estaban relajados en aquel lecho , admiraban enternecidos el vasto cielo y aunque de día , buscaban estrellas , pues los conocimientos astrológicos de Sebastián le permitían saber que las estrellas siempre están ahí , mas ocultas , tal vez porque le temían al sol o para que los enamorados no estuviesen toda la vida contemplándolas.
_¿Habrá un cielo así mañana en la universidad?_preguntó ella.
_Claro , Tana, el cielo es el mismo , lo que cambian son los ojos que lo ven y los puntos de vista , por eso hay gente como los del Abismo que dicen no haber visto nunca el cielo , pero no cambia para nadie ni para ningún lugar.
_¿Crees que en la universidad podríamos pasar tantos buenos momentos como ahora?
_Y mejores , conoceremos gente nueva , sitios nuevos , veremos el mar , dicen que por la ventana de las aulas se ve el mar y estaremos en las puertas de un nuevo mundo que comienza para nosotros.
_Estoy feliz de empezar en la universidad mañana , siempre fue mi sueño , pero a veces temo que esas clases , esas aulas y esa nueva gente me alejen un poco de ti.
_No será así.
_Seba.
_Sí , Tana mía.
_Algo me está tocando el pie.
Sebastián se reclinó para ver cual era el ser o el ente que importunaba a su novia y descubrió jugueteando en la pierna de ella , un pequeño conejo , blanco como la nieve del campanario , brincaba con la agilidad de sus patas la pantorrilla y mordiscaba los cordones de las zapatillas. Era un animal hermoso.
_Es un conejito_dijo él con tono tierno.
_¡Un conejito!_se reclinó también para verlo , pero en el proceso movió levemente el pie y el pequeño animal huyó dando brincos a través de los girasoles , desapareció entre los tallos como un susurro en el bullicio.
_¡Se ha ido!_se lamentó ella.
_Se asustó porque te moviste.
_Pobre conejito_por un instante se quedó meditabunda_¿Habrá conejos en la universidad?
_Eso sí no lo creo , los conejos solo se ven silvestres aquí , en la ciudad no los hay , además ,prefieren la paz y la brisa fría del páramo y no los pastos uniformes y la mundanal marcha de la Universidad.
_Extrañaré los conejos.
_Hay granjas conejeras en la ciudad , y en la casa del Ministro de la Ganadería hay un montón de conejos y podemos visitarla cuando queramos , pero no están silvestres como aquí , este sitio es único por eso te traigo todos los años.
_No me gustaría ver a los conejos encerrados , amo verlos saltando entre las flores , verlos rociándose con el petricor , pero no en una jaula , eso me destruiría.
_Adoro tu amor por la libertad.
_Siempre amaré la libertad por eso adoro el ballet , esa danza habla de libertad y del libre albeldrío de las formas , pero el ballet también puede ser esclavo y eso es lo que no me gusta del clásico. Cuando bailo siempre me veo como una coneja entre las flores.
_Mi coneja_dijo él y la besó. El viento hacía que la hieba rozara sus cuerpos. El beso se convirtió en un retozo y los jóvenes enamorados rodaron por los girasoles como los dos niños inocentes que eran. Pero cuando se delizaban entre las flores buscándose los labios y más inmersos en el jugueteo romántico estaban , sonó en el bolsillo del pantalón de Sebastián el timbre de su celular , asustándolos a los dos por lo inesperado del momento.
_Vaya timbre más inoportuno_sentenció metiendo la mano en el bolsillo en búsqueda de aquel aparatico malicioso.
_Debe de ser tu tío_supuso ella.
_El mismo_y contestó la llamada.
Ella lo contempló mientras hablaba. La llamada fue corta , era para avisar de que debían regresar al entronque y él solo le dijo "ya vamos".
_¿Ya hay que regresar? _preguntó ella con voz lastimera.
_Sí , dice mi tío que regresaremos a la ciudad en dos horas.
_Me gusta este sitio , me quedaría eternamente aquí.
_Lo sé Tana , a mí también me gusta , pero hay que irnos.
Ella trancó el rostro y puso cara de niño majadero. Éntonces él le dio un manotazo juguetón en la nariz y echó a correr.
_¡El último que llegue no come manzanas en la merienda!_gritó con alegría.
Ella se levantó de la floresta y volteándose hacia la iglesia abandonada se despidió del paraíso. Luego trotó trás su novio , dando largos saltos de ballet. La persecusión arremolinó las madrigueras y a cada Satuer y Revelé de la bailarina del claro , huían saltando los conejos perfumados por el petricor.

La inocencia que perdimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora