El ángel

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Tal vez creerán que morí, yo pensé lo mismo, pero no fue así, quién iba a imaginar que incluso un Avada kedabra es inútil para acabar con la hija de Merlín y que un ser supremo la salvaría del peor castigo para un shadowhunter...

— ¡ERES UN IMBÉCIL! ¡POR TU PUTA CULPA ELLA ESTA MUERTA! ¡DEJASTE QUE SE ARRIESGARA POR TI! ¡POR TU PUTA EQUIVOCACIÓN EL AMOR DE MI VIDA SE HA IDO PARA SIEMPRE, JAMÁS VOLVERE A VERLA, A DECIRLE QUE LA AMO! ¡DEBISTE MORIR TÚ Y NO ELLA!

Escuché a lo lejos la voz entrecortada y enojada de Alec, sentía su odio por Draco, su odio por la vida, su odio por perderme y no haberme salvado.

— ¡Y CREES QUE A MÍ NO ME DUELE VERLA ASÍ LIGHTWOOD! ¡YA NO VOLVERÉ A VERLA REÍR, YA NO ESTARÁ MÁS CONMIGO JUGANDO QUIDDITCH, MOLESTANDO A LOS DEMÁS, CANTANDO, YA NO ESTARÁ MÁS, PERDÍ MI MUNDO ENTERO PARA SIEMPRE!

— ¡TE ODIO MALFOY, ODIO ESA MALDITA ESCUELA A LA QUÉ JAMÁS DEBIÓ IR! ¡JAMÁS DEBIÓ CONOCERTE! ¡DEBISTE DEJAR QUE ELLA REGRESARÁ CONMIGO, ELLA ESTARÍA VIVA, ELLA ERA FELIZ CONMIGO HASTA QUE TODOS USTEDES LLEGARON A FASTIDIAR ESO, TE ODIO MALFOY Y NO TE MATO PORQUE SERÍA POCO CASTIGÓ PARA TI, MEJOR VIVIRÁS CON SU MUERTE EN TU CONSCIENCIA ATORMENTANDOTE TODOS LOS PUTOS DÍAS!

Aún estaba medio inconsciente, no sabía si lo que estaba escuchando era real, intenté abrir los ojos pero no pude, seguía muy cansada y adolorida, seguí escuchando voces, a personas llorando y otras gritando desgarradoramente, sentí que tomaban mi mano, por la forma en como lo hacían supe que era mi padre.

— No pude salvarte mi niña, no pude defenderte, debí llegar antes, debiste llamarme antes de esto, pude evitar tu muerte, pude evitar que Peterson abusará de ti, sé qué no fui el mejor padre, pero jamás creí que viviría esto, mañana iba a ir a buscarte para decirte que junto a los cazadores logramos crear algo que podría quitarte la marca tenebrosa, que apoyaría tu decisión de volver al instituto cuando quieras, ahora no veré tu carita de felicidad, perdóname, perdóname por todo...

¿Estamos muertas?

— Merlín, es hora...

— Magnus, mi hija...

— Lo sé amigo, créeme que a mí también me duele perderla para siempre, pero ya no puedes hacer nada.

— Debí cuidarla y amarla como lo haría cualquier padre, debí estar para ella, no ahora Magnus, no cuando ya no puedo cambiarla.

— Ella sabe que la amaste a tu forma, que estuviste para ella.

— No fue así Magnus, sabes lo que le hice desde que supe que era un shadowhunter, la alejé de mí, la desprecié un tiempo, le hice miserable su existencia, me empeñe en alejarla de Lightwood sabiendo que ella lo ama, que él es el amor de su vida, debí dejarla ser feliz, debí dejarla en ese instituto...

— No te atormentes amigo, ella te perdonó, es hora de que los chicos se despidan de ella.

— Adiós mi niña — escuché a mi padre decirme entre lágrimas y me dió un beso en la frente.

— Es hora chicos — escuché decirle Magnus a los que estaban ahí.

Mientras intentaba reaccionar escuchaba a los chicos, a Blaise, Mason, Steve, Stuart, Adrian, Jace, Izzy, Clary, al trío de oro y más de mis amigos de ambos mundos, todos estaban llorando, incluso algunos profesores fueron a decirme cosas, Snape dijo que me había agarrado cariño y me veía como una hija aunque era su más grande dolor de cabeza.

— ¿Ya pasaron todos?, es hora de llevarla a su ceremonia.

— No Magnus, espera.

— Blaise...

Las sombras en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora