🐻[Final]

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Kookie lloró, demasiado pero aún así no era capaz de abandonarlo porque YoonGi era su todo y siempre lo seria. YoonGi dejó de convulsionar en el instante que el azabache besó su frente y transmitió a través de una luz calma y tranquilidad. El brillo del mismo, hizo que YoonGi reaccionara y abriera sus ojos.

— ¿Qué me pasó?.- tocó su cabeza, sintiendo un poco de dolor y molestia.

— Sólo tuviste una pesadilla provocada a causa de tu tristeza, dejaste ingresar nuevamente esos malos recuerdos. Esto seguirá ocurriendo, sino deseas lo en que verdad quieres, no sólo esto pasará, también yo desapareceré para siempre.

YoonGi negó varias veces, no le apetecía volver a la vida de antes.. que su Kookie se fuese, no volver a verlo. Frunció su ceño y apretó sus puños con fuerza sobre las sábanas. El tiempo corría y su mente igual.

— Me queda solo un día, Gi.

— N-no, Kookie n-no p-puedes i-irte.- mencionó con su voz entrecortada.

Este le sonrió y limpió con su pulgar las gotas saladas que caían como una cascada de YoonGi. — Todo depende de tí, mi hermoso y bello YoonGi...

El mencionado cerró sus ojos y suspiró decidido. — ¿Qué es lo que deseas, YoonGi?.

— A tí, Kookie. Quiero que te quedes conmigo para siempre, permanece a mi lado así como estás y formemos un futuro juntos.

Kookie se alegró y asintió mirándolo.— Así será, Gi.

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YoonGi ingresó alegremente a su nuevo hogar, porque gracias a Kook, ahora ambos convivían juntos desde ya hace tres años.

Desde aquel día en el que ambos decidieron encaminar su vida juntos, sus sonrisas no desaparecían. Por supuesto, en algún momento, discutían por cosas exageradamente estúpidas y ya a los minutos lo solucionaban.

Estudiaban la misma carrera por lo que sus horarios eran prácticamente iguales, con confianza y seguridad, hicieron muchos amigos, entre ellos, una hermosa pareja TaeHyung y Jennie.

— ¿Qué es ese aroma tan sabroso?.

Y antes de poder ir hacía la cocina, en su camino, se encontró con sus dos hermosos cachorritos que adoptaron poco tiempo después de mudarse.

Bam, el favorito de Kook y Holly, el favorito de YoonGi.

Aunque el amor que sentían hacía esos animales peludos, era el mismo. Tomó en brazos a ambos caninos y continuó su camino. Encontrándose por supuesto con su novio, cocinando un rico pollo a la crema con tortilla de papas y queso.

A la ahora peli negro, se le hizo agua la boca y más desde su perfil, ver cocinar a Kook con solo un chandal negro y sin nada cubriendo su zona de arriba de la cadera, la ponía mucho.

Mordió su labio y bajando silenciosamente a Bam y Holly, de puntillas se dirigió hacía su Kookie, rodeó la isla de la cocina y sigilosamente se ubicó detrás de él, contemplando su espalda perfectamente tallada y marcada. Una vista exquisita para sus ojitos.

YoonGi besó lentamente la misma y con sus dedos suavemente acarició los omoplatos de Kookie, trazando líneas imaginarias sobre los mismos y sonriendo triunfante, ya que con ello estremeció el cuerpo completo del ahora castaño.

— Buenas noches, bebé.

Kookie se dio la vuelta y rodeó rápidamente la cintura de su novio, pegando su cuerpo al de él, provocando una queja llegando a jadeo por parte de YoonGi. Por supuesto sus manos acabaron por ubicarse en su zona favorita, el trasero redondo y firme de su chico.

Sonriendose, Kookie fue el primero en romper el hielo y besó tiernamente los labios de YoonGi. Dándose el gusto de probar su delicioso manjar, el sabor a cereza del labial y la forma en como estos eran, iguales a un corazón.

El peli negro rodeó su cuello con sus brazos y se puso de puntillas, profundizó de tal manera aquel beso en el cuál ambos gimieron y detuvieron cuando este se puso caliente y excitante, buscando así, recuperar el aire perdido.

— Llegas justo a tiempo, la cena casi está lista.

— Perfecto, entonces iré a darme una ducha rápida y...

Los labios de Kookie se apoderaron otra vez de los suyos, dejándola sin aire. — Ve, después de la cena te tengo una sorpresa.

YoonGi con curiosidad, asintió y soltándose de Kookie, corrió hacía su habitación, encontrándose con una cama llena de pétalos de rosa blanca.

— ¿Qué rayos?.

En la misma había una notita en un papel rosa. YoonGi lo abrió y leyó detenidamente.

"Seguramente la curiosidad invadió tu ser después de haberte dicho sobre una sorpresa... bueno jovencito, quiero que usted sepa una sola cosa y espero lo tenga presente, posteriormente cuando todo se revele, te haré el amor como no tienes idea. Será nuestra noche mágica Gi, solo tú y yo."

Con el corazón casi saliendo de el, YoonGi se encerró el baño y casi que grita en el cuarto cuando leyó lo último. Una noche mágica.. 

Si bien, desde que lo hicieron por primera vez que sus cuerpos ansiaban caprichosamente entregarse seguido. Y es que, YoonGi no podía describir con palabras lo bien que ese hombre le hacía sentir tanto sexual como sentimentalmente.

Ansiosa por lo que pasaría, no esperó ni perdió más tiempo para meterse bajo el agua y ponerse lindo para su novio.

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— Ya puedes abrir los ojos, amor.

La venda de sus ojos fue sacada y el instintivamente abrió sus ojos, quedándose completamente sorprendido.

El jardín de atrás, estaba decorado con los clases de flores, más bien sus pétalos, lilas y rosas. Formando un camino hacía el centro del mismo el cuál estaba rodeado e iluminado por velas.

— Quiero que camines hasta el centro y recojas ese ramo de flores, cuando cuente hasta tres, te darás la vuelta. ¿De acuerdo?.

YoonGi asintió, dirigiéndose al centro del círculo lentamente. Una vez llegó, se puso de cuclillas y recogió el ramo de flores. Aspirando su aroma, volvió a ponerse de pie. Cerró sus ojos brevemente. — Uno, dos y...... tres.

Giró en dirección contrario a la que estaba y vio a su novio, de rodillas y con una cajita de porcelana azul abierta en mano, dentro un anillo completo el juego, dorado y con tres diamantes incrustados los cuáles brillaban a la luz de la luna.

YoonGi quedó estático, sintiendo que sus piernas flaquearon con tan sólo ver esa hermosa sonrisa de conejo que sólo él tenía. — Min YoonGi, recuerdo el momento en el que nuestras vidas se volvieron una sola, desde esa tarde en el que deseaste finalmente ser feliz. Te agradezco cada día el que me hayas dado la oportunidad hacerte feliz y formar parte de tí, es por ello que estoy aquí, viéndote a los ojos, YoonGi... este anillo representa lo mucho que yo te amo y lo seguiré haciendo. Tú, ¿me harías el honor de ser mi esposo?.

El ramo cayó al suelo, lágrimas invadieron sus ojos y sus manos taparon su boca. — Claro que sí, claro que acepto ser tu esposo, Kookie.- respondió emocionado, el castaño sonrió y colocó el anillo en el dedo anular derecho de su novio y ahora prometido.

Kookie antes de que YoonGi saliese del baño, tuvo tiempo suficiente para cambiarse. Ahora, que los dos se encontraban en el centro de su hermoso jardín, se fundieron en un beso el cuál les hizo recordar su felicidad y emoción. Bajo aquella luna llena, dos almas unirían sus vidas a través de una manera simplemente bella.

YoonGi por fin encontró lo que siempre soñó, ser amado y amar al hombre que llegó a su vida para cambiarla por completo. Y así fue.

Al rato subo el epílogo gracias mis niñ@s por estar con migo está bella adaptación que hice ❤️

Osito ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora