-•Sweet Deception•-

Capitulo 4: Movimientos de hilos.

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-wow, vaya golpe-

Pronunció con una ceja levantada el azabache con gran ornamentación en la cabeza mientras se acercaba caminando hacia el hechicero, era extrano que se encontraban, siendo que el castaño evitaba todo lo posible cualquier interacción con su interlocutor.

-No estoy de humor, Drako- Dijo Juan en un tono molesto por todo lo que había ocurrido, estaba cansado, sin fuerzas, solo quería irse de una vez por todas a su templo, acostarse y olvidarse de todo.

-Hermano mío, no hace falta ponerse a la defensiva- Dijo ladeando la cabeza al compás de que se acercaba peligrosamente -Yo no quiero hacerte ningun tipo de mal, vamos, para que veas que voy de buena fe, te curaré, hemos abierto un consultorio comunitario con el profeta en el pueblo central - Dijo mirando para abajo Dada la poca cercanía y la baja estatura del hechicero.

Juan solamente se aleja un paso, con desagrado, ¿Ahora se hacían los buenos y altruistas? Cómo si ese hombre fuera realmente tan generoso como se hacía ver.

-Creo que mejor paso- Dijo suspirando para luego tratar de darse media vuelta para tomar otro camino pero el fuerte agarre en su muñeca por parte del contrario lo detuvo.

-E_espera - Exclamó, ¿Qué le pasaba? estaba más insistente que de costumbre -Vamos, en serio, voy a poder curarte-

-Solo es un golpe - Trata de decir Juan en un tono desinteresado pero Drako, aún con el agarre voltea el brazo de Juan, mostrando la tela rasgada del traje y una cortada en su interior, la tela estaba manchada de aquel líquido carmesí, esto confundió al hechicero, juraría que hace unos segundon no tenía nada, no se había golpeado con nada más en la imprenta. Además que recién ahora sentía el ardor y dolor de la cortada.

-Como mano derecha del profeta, velo por la seguridad de todos los fieles- Pronunció con suavidad y aunque esa frase se escuchara lo más honesta e inocente posible, había algo raro, sus ojos, cómo lo miraba, no podía saber que, pero algo ocultaba, no entendía por qué estaba siendo tan "amable", normalmente se burlaría del sufrimiento del hechicero y se iria sin preocupaciones.

"Yo no soy un maldito fiel" piensa Juan mientras cierra los ojos y respira profundamente, no tenía la energía ni las ganas como para comenzar a discutir, además ¿Que es lo peor que podría pasar? Seguramente quería algo y por eso era tan amable, al menos así podría conseguir algo el también -Da - No había terminado de hablar cuando el alado comenzó a caminar tirando de su brazo sin delicadeza alguna.

"Ah, sí, se nota como quiere ayudar", pensó, emprendiendo el viaje al pueblo central.

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Reborn abotona su camisa con una sonrisa en sus labios mientras miraba a su compañero aún en la cama, Auron estaba acostado boca abajo.

-Hey, sin vergüenza, ya es hora de trabajar, tenemos cosas que hacer y tú aún en la cama- Pronunció, atando la corbata mientras se acercaba a su socio, se sienta en la cama y pasa su dedo por su espalda descubierta dibujando círculos y espirales.

-aah ahora no jodas - Respondió finalmente, tomando una almohada para que luego se la tire -El que estaba tocando los cojones para quedarse eras tú - Lo único que recibió del contrario fue una risa.

-Vamos - se acerca a su oído - Ya pasamos la ansiada hora, si quieres otro más espera a la noche - Se logro escuchar un suspiro, por fin se había dignado a levantarse, primero se estira, recordando todo lo que debían hacer.