Capítulo 1

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Narrador:
 
_______ Jones, una chica de clase baja acostumbrada a la humillación de la sociedad, había quedado huérfana de madre a los 11 años. Y también de padre aún que el seguía vivo.
 
Alejandro Jones era solo un mal hombre qué explotaba a su hija, cuando debía cuidar de ella y de su madre la señora Alicia.
 
El un borracho adicto al juego lo que le había causado perder lo poco que tenían.
 
_______ sufría mucho. Esa vida no era para ella, no anhelaba riqueza ni joyas.
 
Queríaser una chica que pudiera disfrutar su vida, ir a la escuela y tener una carrera.
 
Encambio era sólo la mesera de un restaurante de mala muerte.
 
Pov _______:

Algún día iba salir de este infierno. Me había estado repitiendo eso durante meses,quizá años.
 
Ya no lo recordaba muy bien, me había esforzado en cumplir y trabajar para traer dinero a casa.
 
Papá decía que era una mierda, que era poco.
 
En realidad yo ocultaba el dinero de él y compraba las medicinas de mi abuela.
 
Así que papá solo obtenía poco y eso le enojaba aun más.
 
Se sentaba a ver televisión mientras bebía y fumaba, se comía lo poco que podía traer a casa y después se enojaba conmigo por todo.
Era como si el hecho de que yo
respiraba le molestara.
 
-Cielo? - escuche la voz de mi abuela y salí de mi pequeño cuarto en el que dormia.
 
Mi cama era individual, un colchón viejo que solo hacía que mi espalda se lastimarla.
Así qué desde hace meses decidí dormir en el suelo.

-Si abuela?
 
-Puedes ayudarme a colocar el hilo en la aguja?.
 
-Claro.
 
- Tome las cosas y lo hice. Vi que estaba reparando uno de mis pantalones, aquí tienes.
 
--Hija, tendrás un descosedor? quiero remendar mi reboso
 
-Si, iré a buscarlo. Regrese a mi habitación y comencé a mover las cosas, mis gavetas eran pomos reciclados que yo misma había decorado.
 
Mi porta lapiceros era un tubo de papel
higiénico al que le di doble vida. Lo pinte funsia y amarillo y se veía lindo.
 
Abrí la caja de zapatos y encontré lo que buscaba. Pero algo llamó mi atención.Aquella vieja roca que había estado guardando desde que tenía 6 o 7 años.
Me recordaba a mamá y por eso es que aún la mantenía conmigo. La habíamos encontrado mientras mamá atendía su jardín, vivíamos en Oregon en aquel tiempo, era una casita pequeña pero mamá amaba las plantas y en sus ratos libres se dedicaba a cuidarlas por lo que me heredó esa pasión.
 
Tomé la piedra y la acune contra mi pecho en donde sentí una especie de electricidad.La dejé donde mismo y fui a ver a mi abuela.
 
-Ten cuidado cuando vuelvas niña. No me gusta que trabajes tan noche.
 
-Ni a mi abuela. Pero es lo que hay.
El restaurante rotaba los turnos, por lo que no eran fijos.
 
Algunas veces trabajaba de 5 am a 2 pm. Otras de 2 a 8 pm. Y como el día de hoy de7pm a 2 am.
 
Era cuando había más propinas y ni aún así me agradaba ese horario.Por muchos motivos, el principal por que después de las 11 solo había borrochos estúpidos faltandonos al respeto.
 
Cada día mis pies dolían por pasar horas y horas de pie. Esa noche cuando volvía acasa lo hice caminando para ahorrarme el dinero.
 
Rezaba mucho para lograr llegar a salvó y cuando miraba aquella lámpara de casa alo lejos, respiraba aliviada.
 
Al llegar a la puerta escuché el ruido de la televisión, de seguro papá estaba dormidoen el sofá. Abrí con cuidado y quise pasar sin que me notará, cuando estaba casi llegando al pasillo que llevaba a mi cuarto, el despertó.
 
-Imbecil! Traeme una cerveza.
 
Aguante la respiración. - Camila! Te dije que me dieras una cerveza
 
-Si. Entre a la cocina y abrí el refrigerador, comida no había. Pero cerveza jamás faltaba. Le entregue la botella.

- Me iré a acostar
 
-Si pequeña idiota. Descansa de hacer nada.
 
Soltó una risa y cuando avance unos pasos me lanzó la botella vacía en la espalda,me dolió mucho pero seguí caminando mientras el reía y yo lloraba.
 
Cerré la vieja y frágil puerta, llendo a tomar aquella caja de la cual saque la piedra.
La mire algunos segundos y mis lágrimas cayeron sobre ella, primero una, luego dos,tres. Cerré los ojos tan fuerte como pude para evitar llorar, pero no podía controlarlo.
 
Un destello iluminó, aun cuando tenía los ojos cerrados me percate de ello así que los abrí, de la piedra emanaba una luz pequeña salía del centro e iluminaba todo.
 
Asustada la deje al suelo y la luz desapareció unos segundos para luego iluminarsepor completo, pequeñas líneas de luz pasaban sobre ella.

*****
(Te estaba buscando)
 
Con toda claridad escuché una voz lejana, en árabe quizás. Me incline para levantar la roca y de pronto me sentí atraída, succionada. Quise dar un paso y alejarme pero me fue imposible. Antes mis ojos se abrió un portal que me trago.
 
Era un tunel colorido, lleno de estrellas, casi parecía una galaxia. El aire quemaba mi piel, pegaba con fuerza mientras yo caía a no se donde. Quizá era un hoyo negro sin salida. Cerré los ojos y de pronto sentí un impacto tan fuerte y me quedé dormida.
 
Con pesadez abrí los ojos y cuando traté de mover los brazos no pude. Estaba encadenada a una pared. A mi lado había hombres, niñas, mujeres. De todo y todos encadenados.
 
Traté de hablar pero mi garganta era una especie de vidrio roto y lastimaba mucho. Tenía sed.
 
- Me sorprendí al escucharme.
Estaba hablando otro idioma que no era ni inglés ni español.
 
Había querido pedir agua y preguntar dónde estaba pero hablé en árabe. Una mujer enfrente de mí me respondió también en árabe y lo entendí sin problemas.
 
-La tierra de la faraona. El Egipto de los dioses. - me dijo.
 
Abrí la boca sorprendida. Y asustada. Detalle los rostros y sus vestimentas. Tenía que estar soñando. No podía estar en Egipto, mucho menos en el antiguo Egipto.
 
Egipto de dioses, faraones y reyes. No podía ser cierto.
 
-Soy ______, vengo de Miami.
 
-Del otro lado del Nilo? - preguntó la misma mujer
 
-más lejos que eso. Puedo beber agua?
 
-Te dan agua cuando terminas de trabajar. Agua y pan.

Asentí rendida. Un rato después los soldados con sus petos, espadas y látigos entraron a la celda y nos cambiaron de cadena, solo para sacarnos. El sol cegó mis ojos y me tuve que esforzar para poder ver.
 
La vista fue... impactante, el calor abrumador hacia que las olas sobre la arena aparecieran.
 
A mis cuatro puntos no veía nada más que arena, desierto y calor. Caminamos un largo rato hasta llegar a una especie de mina. Al estar arriba esperando indicacioneso los gritos de los soldados, pude observar que dentro de la mina había cientos, miles de esclavos, eso eran, esclavos cargando rocas enormes. Un soldado me quito la cadena y me empujó.
 
-A trabajar! - grito en mi cara - Sacaran el oro y lo colocarán aquí mismo - señaló las carretas - si alguien trata de robarse algo, le cortare las manos!
 
Baje siguiendo a aquella mujer. Y comencé a hacer lo que hacía o me indicaba ella.

Fueron horas y horas de trabajo pesado y si anteriormente me había quejado de dolorde pies y de los imbéciles del restaurante. Ahora entendía que nuestros trabajos del nuevo milenio eran la gloria.
 
Tenía erupciones en la piel por el sol, cortadas por cargar las rocas de oro.
 
Era el oro puro. Lo miré sin pulir, sin trabajar. Y seguía siendo hermoso y enigmático.
 
Cuando el sol se puso hicieron sonar un cuerno y todos los esclavos comenzaron asubir cargando herramientas de trabajo y piezas de oro.
 
-Nos lavaran un poco para luego darnos de comer y beber.

-Lavaran? Quieres decir ellos van a bañarnos? - la idea de que alguien me tocará me asustaba. Jamás nadie había tocado mi cuerpo. Era virgen.
 
-No. Ellos solo arrojan agua y ya. Respire aliviada. El agua cayó sobre mi y después me dieron una hogaza de pan y una copa de vino. No era fanática de beber, pero este vino era exquisito y estaba controlando mi sed.
 
En la noche cuando cerré los ojos atada aquella cadena suplique por salir de ese sueño, despertar y regresar a mi triste vida.
 
Pero eso no pasó.
 
Llevaba 5 días ya siendo una esclava en el viejo Egipto. Aquella piedra me había traído hasta aquí por un portal en el tiempo.
 
Mi abuela estaría preocupada buscándome, de seguro ya había ido a la policía.
 
-La faraona viene para acá, a trabajar, muevanse, trabajen más fuerte!.

Gritaba un soldado mientras hacía sonar su látigo. Nosotros solo seguíamoscaminando portando las rocas o lo que fuera.
 
De pronto una carruaje paro en lo alto, a unos metros de mi.
 
Y esa mirada penetrante me hizo girar, era una mujer alta y fuerte, piel blanca y ojos color salvaje que no podía distinguir de lejos. Estaba mirándome.
 
-Inclinate es la la faraona. Hice caso a la mujer y caí de rodillas, con la cabeza abajo. De pronto alguien melevantó del brazo con violencia y Solté un chillido de dolor.
 
-¡¡¡Dejala!!!
 
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Chicos esta historia no es mía, la escribió emilia2clarke, según se, pero busco la cuenta y no me aparece.
Saque esto de un fan fic que hizo una chica.

Se que esta mal hacer esto sin su permiso, pero si ella aparece y dice que lo borre lo haré.

Reina Del Nilo (Billie Eilish y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora