Capítulo 2

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Billie Amun Ra:
 
Salte del carruaje y y corrí entre las rocas hacia mí alma.
 
El soldado que la había lastimado me miraba con miedo, y debía tenerlo pues lo que planeaba hacerle no era comparado con nada.
 
Nadie tocaba a mi amada y la hacía sufrir.
 
-Estas bien, amada mía?
 
Con cuidado tomé una de sus manos. De a poco ella elevó el rostro y me congele ante su belleza.
 
Su piel morena y tersa lastimada por el fuerte sol de mi reino.
 
Tenía manchas debarro que no ocultaban su belleza. Su ojos marrones y grandes le daban luz a mi alma oscura, pero en ellos sólo había dolor y tristeza, cansancio.
 
Mi corazón se apretó y una lagrima salió de mis ojos haciendo que ella hiciera un gesto con su rostro.La había visto de lejos, la forma en que su cuerpo quedaba en esos viejos arapos de ropa para esclavos.
Ella no pertenecía aquí.
 
Me había cautivado su forma de moverse. Me había quedado minutos mirándola hasta que ella me miró y nuestras almas se entre lanzaron a través de nuestros ojos.
 
Me coloque sobre una rodilla ante ella y bese su mano, la misma que había estado sosteniendo.
 
-Te llévare a nuestro reino, mi hermosa reina.
 
Al ver que no respondía levante la cabeza para ver que su cara era de conmoción total. Sonreí y me levante.
 
La hice caminar a mi lado pero de pronto la cargue entremis brazos. Me acerque a mi general.
 
-Haz que lo azoten, nadie trata así a mi reina
 
-Si majestad.
 
-¡No!

- Escuche su dulce voz por primera vez.
 
- Por favor. No seas cruel.
 
Una serie de confusión atravesó mis ojos, mi mente y alma.
 
-Haré todo lo que tu demandes reina mía. Me acerque mucho a su rostro. Cual estu nombre?
 
-_______.
 
-_______.
Repetí sintiéndome hipnotizada.
 
- Hermosa mía. Soy Billie Amun Ra. Le deje un suave beso en los labios. Eran tan delicados y deliciosos. Quería besarla por horas.
 
- Te llévare a casa.
 
Me monte al carruaje con ella sobre mis piernas. Hundi la nariz en su cuello y la olfatee, olía a tierra y sudor. A trabajo.Tomé sus manos y las analice.
- Tu hermosa piel está lastimada amor mío. Haré que venga la mejor curandera del reino.
 
-Gracias.
 
Sonreí al escucharla.
 
Nada me había echo más feliz que recibir su agradecimiento.
 
Al llegar a palacio la cargue de nuevo hasta mi habitación, la recosté en mi cama y fui a llenar la tina.
Regrese a la cama y la hice sentar llevando mis manos al lazo que sostenía la tela en su cuerpo.
 
- No.
 
- Colocó las manos sobre las mías. Su rostro estaba rojo y no me miraba.
 
De nuevo moví las manos logrando que el lazo cediera un poco y su ropa aflojara.
Ella me miró brevemente con vergüenza
 
-Voy a ver tu precioso cuerpo y luego te haré el amor.- Sus ojos asustados se abrieron al máximo
 
- Serás mi mujer en cuerpo y alma, así como yo soy tuya.
 
Deslice la tela sobre sus hombros y cuando quedó expuesto me acerque para besarlo.
 
La sentí temblar. Chupe su cuello y me separe antes de no poder parar.
 
La puse en pie dejando caer su vestido. Su cuerpo era perfecto.
 
Tenía algunos moretones que me encargaría de sanar y de que nunca más estuvieran sobre su hermosa piel.
 
Tenía unas tetas pequeñas pero llenas y paradas, pezones rosados. Su vientre plano y su cintura estrecha con curvas que acentuaba su cadera. Su coño tenía risos negros que no me dejaban ver lo que me pertenecía.
Muslos delgados y piernas largas. Me puse a su espalda solo para apreciar el culo más perfecto que jamás había visto. Sus nalgas grandes y bien firmes.
 
Me saque el peto quedando desnuda de la cintura para arriba y me pegue su espalda.
Coloque mis manos en su vientre y luego las moví hacia los huesos de su cadera, acariciandolos ya que los encontré sexys. Bese su cuello y hombros.
 
-Vamos a bañarnos, mi reina. Le pedí.
 
De la mano la metí a la tina y ante sus ojos tímidos me saque el resto de mi ropa.
 
Mi polla larga y erecta se mantenía firme ante sus ojos. Tenía algo de vello púbico y mis bolas pesadas por la excitacion que mi alma gemela me provocaba.Me metí a la tina detrás de ella y la hice pegar su cuerpo al mío. Comencé a lavarla tocando su tetas. Camila suspiro y se relajo contra mi, coloco la cabeza en mi hombro y seguí masajeando sus tetas
 
-Te vestire de la seda más fina, tu cuerpo será portador de las más valiosas joyas.
 
-No quiero joyas. No me gustan.
 
-No? - pregunté asomando mi cabeza a su costado ella negó y después me miró.
 
-Tus ojos me gustan. Se sonrojo agachado la cabeza y yo sonreí.
 
-Son tuyos. Son para verte a ti
 
- Lleve su mano a mis labios y deje varios besos dulces. Mis manos bajaron hasta los bellos de su pubis, jugué con ellos enredandolos en mis dedos y aproveche para meter un dedo entre los labios calientes de su coño.coño.
Mi _______ bella tembló y se acurrucó más contra mí como si aquello fuera nuevo para ella. - Alguien te ha tocado antes, amor de mi vida?
 
-No. Su voz tembló pero respondió de inmediato.
 
Decidí dejar de tocarla. El día llegaría y sería nuestra máxima unión. Solo tenía que esperar un poco más tal como mis sueños lo indicaban.
 
-Algún día voy a tocar todo tu cuerpo, mis dedos conocerán cada rincón de ti, mi boca probará tu sabor y estaremos unidas para la eternidad, dulce amor mío. Pero aún no es tiempo, debemos esperar nuestra Luna y Sol.
 
Termine de bañarnos y la lleve a la cama. La servidumbre había traído comida, un banquete. Desde pollo frito, filete de ternera, vino, leche, café, frutas, semillas y pan.
Había ordenado de todo lo que hubiera en la cocina pues quería que ________ comiera a su antojo. La invite a sentarse a mi lado en la pequeña mesa que usaba para comeren mi habitación

-Sírvete. Le dije cuando miré qué no tocaba su plato y sus ojos brillaban al ver la comida. Sonreí con cariño y me levante tomando su plato.

- Comes de todo?
 
-Si. - Sonrió cuando comenzó a ver que llenaba su plato. Se lo pasé y después llene el mío.
 
- Gracias majestad.
 
Levante una ceja negando.
 
-Puedes llamarme como tu quieras amor mio, pero jamás te inclines a mí como sifueras una sirviente .
Sus ojos brillaron con lágrimas y tomé su mano.
 
- Eres el amor de mi alma - le dije con sinceridad. Y serás la reina de Egipto quien me aconsejará para cuidar y gobernar a nuestro pueblo. Serás mi esposa y mujer, la madre de mis hijos.
 
De mi plato tomé comida en la cuchara y la acerque a sus labios, sonrió un poco antes de abrir su boquita y tomar el bocado.
Podía pasar el resto de mi vida consintiendola.








Reina Del Nilo (Billie Eilish y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora