único.

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Donde Vegas detesta las fresas pero ama ese delicioso labial que usa su novio.


◇♡◇

Vegas.

Era una tarde de otoño normal en Seúl, notaba las hojas secas caer al piso de una forma dramática casi como en los programas de televisión.

Acaba de bajarme de mi motocicleta y esperaba recargado en ella, Pete terminaba su  última clase de pintura en aquella institución privada como en diez minutos así que decidí venir por el y llevarlo a almorzar.

Tenía seis meses que decidimos mudarnos un tiempo a Corea, pero debido a el tiempo libre le propuse a Pete que entrara a cursos de algo de su interés. Mi chico era muy talentoso y amaba pintar así que fue lo que escogió, también tenía clases de cocina los sábados por la tarde.

Había pasado los últimos meses manejando el negocio familiar desde acá, Macao se encargaba de algunas cosas y Porsche le ayudaba pero el trabajo era mucho para dos personas sin experiencia. Venice vino con nosotros, ahora mismo se encontraba con Hannie; una niñera extremadamente agradable y eso es mucho decir para mí. Honestamente Hannie llegó solicitando el empleo porque su hermana menor estaba enferma y Pete sintió pena por ella, yo me negué no confiando en ella debido a las circunstancias pero entonces ella me gritó en la cara que era un "idiota sin sentimientos". Ella me agrada, a Venice y Pete también entonces se quedó con nosotros, es como la persona que ayuda a que la casa siga de pie.

Pero volviendo a este momento, estaba fuera de la institución. Es un lugar bonito y privado, lo investigué lo suficiente como para saber que Pete estaría seguro aquí.

El sonido de un timbre me hizo voltear a ver la entrada del lugar, varias personas con rasgos diferentes a los míos salían del lugar con algo de calma y justo detrás de un grupo de chicas venía mi Pete con una gran sonrisa en el rostro.

Perdí a Pete por un momento gracias al estúpido que se había puesto delante de mí.

–Hola, perdón la molestia. ¿Tienes kakaotalk?–Una suave voz habló en coreano de manera lenta, claramente sabía que no era de aquí. Bueno, no era estúpida.

La miré un par de segundos más antes de ignorarla y desviar mi vista nuevamente a Pete quien ya no tenía esa sonrisa en su rostro. Sonreí.

Alrededor de Pete habían chicos, lo veían y murmuraban cosas. Esos chicos estaban demasiado delgados, iban en crop top igual que Pete pero la diferencia es que ellos tenían vientres planos y Pete digamos que había estado siento bien alimentado por mí.

–Buen día, ¿podrías darme permiso? Voy a subirme a la moto de mi novio y contigo enfrente no puedo.–La tensa pero orgullosa voz de Pete llenó mis oídos, la chica lo miró y abrió un poco la boca antes de pedir disculpas y caminar hacia otro lado, se veía apenada.

Cuando su camino estaba libre, me miró por unos momentos antes de arrebatarme el casco de la mano y ponérselo.

Sí, ese es mi Pete y no lo cambiaría por nadie en el universo.

–¿Todo bien, cariño?–Pregunto viendo como sus ojos intentan enfrentarme. Se veía precioso, su rostro tenía algunas manchas de pintura igual que sus manos y ropa, además de que llevaba una totebag cargando en su hombro derecho.

–No tuve un buen día gracias a esa chica y la encuentro aquí contigo, no me gusta.–Dice juntando sus labios y haciendo una mueca. ¿Qué le hicieron a mi chico?

–¿Qué pasó, bonito?–Pregunto con gentileza esperando que Pete quiera hablar conmigo.

—¿Podemos ir a casa?–Más que una pregunta sale como súplica así que asiento lentamente antes de subirme rápido a la moto, siento como casi enseguida sube detrás mío y entonces arranco. Pete coloca sus manos alrededor de mi abdomen y siento como recarga su cabeza en mi espalda haciéndome estrujar el pecho. Maldita sea, Pete. ¿Qué pasó?

Strawberry kisses.| VegasPete OS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora