Capítulo 36: Darse cuenta...

1.8K 214 76
                                    


.

Caía el sol de medio día y la vieja puerta de la antigua casa Xiao fue abierta por aquel propietario que casi nunca se veía por aquel lugar.

La casa en la que alguna vez creció rodeado de su familia y amigos era tan pequeña comparada con la nueva casa en la que vivía, las habitaciones podían contarse con una sola mano y no alcanzaba para más, pero aquella casa era la que siempre consideraría su hogar, el único recuerdo que le quedaba de aquellos viejos y maravillosos años del pasado.

Ahora solo eran muebles viejos cubiertos por sábanas blancas y polvo, rodeados por un lamentable silencio que se rompió primero con el suave rechinido de la puerta de madera al abrirse y luego por la voz del doncel mientras conversaba por teléfono.

-— No se preocupe señor Xiao, llegaré a la ciudad sin contratiempos -— la voz del joven abogado se escuchó muy clara y firme, denotando la seguridad con la que siempre hablaba —-, lo que usted necesite puede confiar en mí.

-— Está bien, entonces lo veo luego, por favor cuídese.

Una vez terminada la llamada Xiao Zhan soltó un suave suspiro y cerró la puerta para luego quedarse observando su solitario entorno. Había regresado a su viejo hogar por un par de cosas que quería llevar consigo y también porque no estaba muy cómodo viviendo solo en la Villa.

El doncel subió las escaleras, moviendo con sus pasos la fina capa de polvo que se había asentado en cada escalón con el pasar del tiempo.

Alguna vez Liu Tingyu le aconsejó vender aquella casa o alquilarla, pero él no tenía corazón para hacerlo; no quería despedirse de sus recuerdos ni tampoco borrarlos con la presencia de alguien más, pero ahora que se tomaba el tiempo para verla tan solitaria y silenciosa sintió un poco de pena.

Sin duda, ese lugar tenía recuerdos, tanto buenos como malos.

El tiempo que Darren vivió con él y todas las noches que jugaban juegos de mesa o se contaban historias de terror que al final los asustaban tanto que terminaban durmiendo en la misma cama.

Las animadas festividades junto a sus padres y sus amigos, los viejos recuerdos que nunca regresarían. Sólo quedaba sonreír observando lo que quedaba y pensando en lo que extrañaba del pasado.

Cuando ingresó a su habitación fue directo a su cama y sacó de una caja del buró un viejo libro que había leído tantas veces en el pasado, ese era el libro favorito de su padre y un regalo muy especial que le hizo cuando Xiao Zhan aprendió a leer. También tomó un marco color azul que guardaba la fotografía de su infancia junto a sus padres. Eran dos objetos entre tantos que nunca se había atrevido a llevar a la residencia Wang porque siempre se sintió como un visitante que en algún momento se iría de ahí. Xiao Zhan vivió por varios años con la familia Wang, pero nunca se atrevió a personalizar aquella habitación que ocupó en su estadía y dejó que Liu Tingyu lo decore como quisiese, pero ahora que viviría solo quería llevarse algo más con él y tomó los dos objetos para guardarlos cuidadosamente en su mochila.

Xiao Zhan dejó la mochila sobre la cama y se acostó al lado mientras llevaba la vista hacia el techo, la cama no era tan suave y cómoda a como se había acostumbrado con el pasar de los años, pero eso era lo de menos. Al final lo tenía más pensativo el asunto de vender la casa o conservarla, porque aún si algún día se iba de la casa Wang no estaba seguro si volvería al mismo lugar de su infancia.

Era una buena excusa para quedarse en silencio y descansar un rato para recuperar esas energías que últimamente se le habían ido demasiado rápido, cerró los ojos y se quedó en silencia en aquel hogar deshabitado, recordando también aquellos años de su vida que nunca volverían y que solía extrañar.

El Prometido De La Familia Wang. // YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora